La plaza de Trascorrales de
Oviedo acogió una edición más del Festival, organizado por el Centro Riojano de Asturias.
Febrero y junio son los meses elegidos por los riojanos en el Principado de Asturias, para realizar sus festivales gastronómicos en honor a su amada tierra. Si en junio con la entrada del verano realizan el de la Chuletada, es en febrero cuando arrecia el frío y se necesitan más calorías cuando organizan la Caparronada.
El domingo, 10 de febrero de
2013, fue la fecha elegida para realizar la
que ya es la VIII edición de este festival, que se ha celebrado de nuevo en la
plaza de Trascorrales de Oviedo, cedida para el evento por el Ayuntamiento
de Oviedo, siguiendo el modelo de años anteriores. Logística y servicio a cargo
del personal de Casa Ovidio de Corvera; gestión, adquisición y elaboración de
los caparrones a cargo de Tomás Sanchis -uno de los puntales que sustenta el
Centro- ejerciendo Modesta de repostera mayor.
Vista general de la plaza con las mesas de los comensales.
A la cita hemos acudido cerca de dos doscientos comensales, con la amplía presencia de riojanos arropando a sus invitados asturianos, y al que he tenido de nuevo el placer de asistir una vez más y disfrutar de la rica gastronomía riojana, invitado por Julián Ruiz-Cantabrana, el eficaz presidente de un Centro Rioja pequeño en asociados pero grande en actividades.
Y si disfrutar de la gastronomía
bien merece de por sí la asistencia, más aún lo merece el disfrutar de la
compañía que suele aglutinar Julián en su entorno. En esta ocasión he tenido el
placer de compartir mesa con el anfitrión y su esposa Esperanza; Inmaculada
González, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oviedo; Carmen Ruiz Tilve,
cronista oficial de Oviedo; Eugenio Martínez Pérez, más conocido como Eugenio
de Rioja, primer presidente y socio honorífico del Centro Riojano; Alfredo
Canteli, presidente del Centro Asturiano de Oviedo, y su esposa Marta y
Fernando Aldea, ex jefe de la de la Comandancia de la Guardia Civil en Asturias
y de su esposa Araceli.
Con Fernando, a la
izquierda, y Julián.
Ubicados ya en las mesas, y con los aperitivos sobre las mismas comenzó la degustación gastronómica. Típico aperitivo riojano a base de chorizo y salchichón; morcilla riojana con pimientos; pimientos del piquillo rellenos de anchoas y bacalao ahumado con aceite de oliva.
A continuación se sirvieron los
caparrones, plato estrella y fundamento de este Festival. El caparrón o caparrón
pinto -como también se le conoce- es una alubia de la variedad roja, de semilla
más corta y redondeada de lo habitual, cultivado en prácticamente todas las
huertas de la geografía riojana, en las que su crecimiento es guiado por los
palos de caparrón, varas obtenidas de árboles como el chopo o el saúco
reutilizables año a año. No sólo es uno de los productos gastronómicos de La
Rioja, sino de zonas limítrofes como Soria o Burgos, siendo la localidad
riojana de Anguiano la que más fama goza en elaboración de esta legumbre,
celebrándose en la misma unas jornadas gastronómicas y de exaltación en el mes
de noviembre.
Unos buenos caparrones, deben de
ser enriquecidos en su elaboración con los productos derivados de la matanza
del cerdo, no pudiendo faltar los chorizos, tocino, panceta, manos y orejas del
animal, degustándose todo ello junto acompañado de guindillas en vinagre. Así
fue como degustamos la exquisita preparación realizada por Tomás, caparrones
que se deshacían en boca, sabrosos y nada grasientos, que a muchos riojanos
trasladaron a tiempos pretéritos con importante carga de nostalgia.
Y si los caparrones son el plato estrella de este Festival, no lo es menos los “Fardalejos al estilo de Arnedo” que se degustan gracias al trabajo que realiza Modesta hace año tras año, elaborando los mismos y que son el complemento ideal de los caparronada. Modesta, asturiana casada con el riojano Juan José Pomar, de Cervera del río Alhama, elabora los mismos siguiendo la recetal de su madre política.
De origen árabe, es típico de la
riojana Arnedo, localidad en donde la influencia árabe ha sido grande y ha
pervivido a través de los siglos en sus calles, casas y gastronomía. Los árabes
los llama “fard”, que significa muesca o incisión, por las ondas o medias lunas
con que se cierran los laterales de la parte exterior. Por ser un producto tan
exquisito, los árabes de los territorios reconquistados obsequiaban con él a
sus nuevos señores, los jefes cristianos, pasando el nombre “fard” (por
derivación, farda=alfarda) a significar “rendir obsequio o atenciones a uno por
respeto, temor o interés”, forma aún utilizada en algunas comarcas. Muy en línea
con nuestras casadielles, se trata de un hojaldre frito relleno de almendras,
huevos y azúcar.
En esta edición, los mismos fueron acompañados por uno de los productos estrellas hortofrutícolas riojanos, las peras de Rincón del Soto, primer fruto de este tipo en conseguir la Denominación de Origen Protegida por la Comunidad Europea, en el año 2002. Las mismas fueron fieles al estilo que indican en su DOP: intenso sabor y dulzor, marcado aroma, jugosa textura, consistente y de generosos tamaño. Sus cualidades dicen encontrarse en las fértiles tierras bañadas por los ríos Ebro, Cidacos y Alhama, en la climatología y en el buen hacer y sabiduría de los agricultores de la zona, en la qu el cultivo de esta fruta es una auténtica tradicion que se remonta al siglo XVIII.
El riojano vino de Fuenmayor,
marca Alfonsina, el café y el pacharán Las Endrinas, completaron un Festival,
que año a año goza de mejor salud, y al que puso colofón las intervenciones de
Julián, como presidente del Centro Riojano, de Inmaculada en representación del
Ayuntamiento y del diputado riojano Conrado Escobar. Todos ellos agradecieron
la asistencia y se felicitaron por poder llevar a cabo este tipo de actos en
nuestro Principado, acto que sirve de hermanamiento a ambas Comunidades y que
ponen de manifiesto la buena sintonía existente entre ambas, y que tiene como
fin principal la reunión de riojanos en torno a su gastronomía.
Conrado
Escobar, que anteriormente fue Consejero de Administraciones Públicas y Política
Local del Gobierno de la Rioja, después de su intervención, acaparó la atención
de muchos comensales, entre los que se encontraban sus padres políticos, Carmen y Gabino. Llegado ex
proceso para el acto –aunque a la hora del café- pone de manifiesto una vez más
la buena sintonía del Centro Riojano con las autoridades riojanas y la buena
consideración y aprecio que al mismo se le tiene a nivel institucional. Conrado,
que estudio su carrera de Derecho en Oviedo, está casado en estas tierras con Ana, en
ella tiene su segunda residencia y a
ella acude con regularidad, teniendo en su persona el Centro Riojano a un firme
valedor.
De izquierda a derecha Conrado, Carmen, Julián e Inmaculada.
Estupenda velada la vivida en este Festival, en la que he tenido el placer de compartir mesa con viejos conocidos, y que un año más ha servido de confraternización de muchos de los riojanos que tienen en nuestro Principado su residencia, pero que jamás olvidan su tierra y sus productos.
Gracias Esperanza y Julián por
vuestras continuas invitaciones, reiterar mis felicitaciones a Tomás y a
Modesta por sus elaboraciones, y a todos los miembros del Centro Riojano por
ser tan activos y mostrarnos los muchos encantos que tienen en su tierra.
MÁS INFORMACIÓN.
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