Iglesia del románico rural de
finales del siglo XII, en el pueblo de Lafuente, Lamasón, Cantabria.
Lafuente, ubicado a 339 metros de altitud, es
una pequeña población de Cantabria, de apenas 30 habitantes, que pertenece al
municipio de Lamasón, ubicado en la carretera CA-282, que une Puentenansa y la
Hermida, y cuyo nombre le viene dado de una surgencia kársticas que hay en el
mismo.
A la entrada de este pueblo, se
encuentra la iglesia de Santa Juliana, una preciosa joya del románico rural de
finales del siglo XII y principios del XIII, reformada en los años setenta del
siglo pasado y declarada bien de interés cultural en 1983.
De pequeño tamaño, presenta una sola nave de planta rectangular, con tejado a dos aguas, presbiterio y ábside semicircular al que se accede mediante un arco triunfal de medio punto, que descansa sobre dos capiteles coronados con esculturas historiadas. Los muros de la nave están levantados en mampostería, mientras que el presbiterio y el ábside son de sillería.
Sobre el hastial se levanta una espadaña de dos troneras, que sobresale un tanto respecto al lienzo del muro y está enmarcada bajo un tejaroz pórtico por un tejadillo cuya cornisa descansa sobre ocho canecillos sin decoración.
La puerta principal se abre, en este caso, al
oeste, avanzada del muro, es de arco de medio punto, con arquivoltas apoyadas
sobre columnillas, compuesta por cinco arcos ligeramente apuntados y la cubre
un pequeño tejadillo con cornisa sostenida por ocho canecillos sin decoración.
El acceso presenta arquivoltas
simples, ligeramente apuntadas, con seis capiteles esculpidos llenos de
ingenuidad formal, arcaica naturalidad, con formas geométricas y figuras
humanas deformes y bastantes toscas.
Entre la fachada oeste y la fachada sur, dos
piedras del vértice, recogen grabaciones que hacen referencia a una época
pasada reciente, en el que figura el yugo y las flechas, logo de la Falange
Española, y los nombres de José Antonio Primo de Rivera, Francisco Fernández
González y Antonio González González.
En el muro, de la fachada sur, hay una antojana cubierta con otra pequeña
puerta en misma línea que la principal, con también arco de medio punto, con
arquivoltas apoyadas sobre columnillas, compuesto en este caso por cuatro arcos
ligeramente apuntados, con columnas a casa lado, que rematan en capiteles del
tipo de los de la puerta principal.
El ábside semicircular está dividido por columnas dobles que bajan hasta una línea de ajedrezado y descansan sobre contrafuertes escalonados y en su parte superior en capiteles dobles. Hay en el lienzo central, señales de haber tenido en origen una ventana, hoy desaparecida, conservando canecillos de distintos tipos: en caveto, con rollos, con motivos vegetales y algunos figurados.
En el interior de la iglesia, su nave es de
madera, en la que destaca el arco triunfal de medio punto, que descansa sobre
cimacios decorados con motivos vegetales y zarcillos, apoyados sobre capiteles
figurados. Esta franja ornamental continúa por el muro del presbiterio y el
ábside. Los capiteles, también toscos, pero de mejor factura que los de la
puerta, presentan mayor cuidado en la ejecución y motivos más complejos; el de la izquierda representa la adoración de los Magos, curioso por la organización de las figuras en tan reducido espacio y por la arcaica sonrisa que se aprecia en los rostros de los personajes; en el el de la derecha, de menor calidad, se representa una escena al parecer ceremonial, de difícil interpretación en la que destaca en su parte central un personaje con una bandeja sobre la que descansa un libro.
MÁS INFORMACIÓN:
Camino de Santiago. Dendecagüelu.MÁS INFORMACIÓN:
Etapa del Camino Lebaniego: De Lafuente a Castro Cillorigo.
“Tú verás que los males de los hombres son fruto de su elección, y que
la fuente del bien lo buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazón”.
Pitágoras de Samos (580-495 a .C)
filósofo y matemático griego.
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