jueves, 2 de agosto de 2012

Gastrobar O´Birran. Ribadavia. Orense.

Este reciente gastrobar, dota a Ribadavia de una estupenda gastronomía tradicional evolucionada, en pleno barrio judío.

Ribadavia, capital de la comarca del Ribeiro, es un municipio de la provincia de Orense de cuya capital dista 20 kilómetros, ubicada entre los ríos Miño y Avia, que entrega aquí sus aguas al primero y da el nombre etimológicamente a la ciudad capitalina del municipio. Su rica historia se remonta a los celtas, y en su territorio habitaron los romanos y los musulmanes. En el siglo XII se inició la expansión demográfica y económica de la ciudad, potenciada por el poder monástico de los cercanos monasterios de San Clodio, Melón y Oseira, unida a la producción y comercialización del vino Ribeiro.
Fue este último el que motivo la presencia de una importante población judía a partir del siglo XII, que fue creciendo a lo largo del tiempo, hasta constituir en los siglos XIV y XV la mitad de su población, contando con su sinagoga y llegando a formar un pueblo único –a pesar de la religión- con los lugareños. Con el decreto de expulsión de los judíos de España realizada por los Reyes Católicos en 1492, muchos se fueron, pero otros se convirtieron a la cristiandad.
En la actualidad es un rico municipio, con un censo de cerca de 5.500 habitantes, cuyo motor económico sigue siendo el vino, y cuya capital fue declarada en 1947 Monumento Histórico Artístico. Es mucho el patrimonio y la historia con la que cuenta que la hacen merecedor de esta declaración, entre lo que destaca su “barrio judío” que aún conserva su estado del medievo.

Entrada al barrio judío e iglesia de la Magdalena.

En dicho barrio el monumento más destacado es la iglesia consagrada a Santa María Magdalena, datada en el siglo XII aunque puede ser anterior. Históricamente conocida como la parroquia de San Aplicación, fue en 1486 cuando tomo su nombre actual. El edificio actual fue reformado en el siglo XVIII, contando con una fachada barroca en la que destaca su torre del campanario, en ella en la actualidad no se realiza culto alguno y se utiliza para fines culturales. A la entrada, a la derecha en el soportales del último edificio de la plaza que hay delante de esta iglesia, que cuenta en su fachada con dos escudos y dos bustos, se encuentra otro “templo”, aunque este gastronómico, el gastro bar O´Birran.


Fue en marzo de 2012, cuando las jóvenes hermanas Emma y Sara, dieron el paso de montar el mismo, en el edificio familiar deshabitado, rendir honores a su abuelo poniéndole el mote con el que era conocido, y revitalizar la gastronomía del pueblo y comarca con su cocina tradicional evolucionada. Emma, formada en la Escuela Superior de Hostelería de Santiago de Compostela, es la que lleva la gestión y se encarga de la cocina, mientras que Sara se encarga del servicio.
Su local no es de grandes dimensiones, apenas 60 metros cuadrados, con una capacidad para su capacidad es para 32 personas, sin grandes elementos decorativos ni de diseño, y es que sus enormes y preciosas paredes de piedra son ya de por sí el mejor elemento decorativo. En su interior a un pequeño hall de entrada, dónde están ubicadas dos mesas de pie, le sigue una barra de un par de metros, con cómodo espacio final, teniendo a su derecha un precioso comedor de piedra, que escenifica la antigüedad del edificio, y que da cobijo a cuatro mesas. En el exterior otras cuatro mesas, protegidas por el soportal, complementan unas instalaciones, con posibilidades de ampliarse con mesas en la plaza.


A él he acudido con el amigo Carlos Cuesta, el 21 de junio de 2012, con motivo de la entrega de los premios de la D.O.P. Ribeiro 2012, por indicación de Marta Fernández, responsable de comunicación y promoción de la D.O.P. y la experiencia no ha podido ser más placentera.
Conceptuado como gastrobar por sus creadoras, su carta es lo suficiente amplía para satisfacer los paladares más exigentes. La misma esta a caballo entre la tradición y las tendencias de moda actual, en un mestizaje de platos nacionales sin olvidarse de la cocina tradicional gallega a la que se le ha dado un toque innovador. Dividida en cuatro secciones: 10 tapas, 3 tostas, 6 raciones y 8 platos, a la que se añaden sugerencias del día y postres. Las cantidades de servicios son de un tamaño más que correcto y su precio aún más. En cuanto a su carta de vinos, es igualmente suficientemente amplía, con predominio de las elaboraciones de la DOP de la que Ribadavia es su ícono, pero con alternativas suficientes para los que demanden otros estilos.
En nuestro caso y como es mi costumbre en este tipo de establecimiento, nos dejamos asesorar por el servicio y cocina, y hemos degustado una cena a base de tapas y raciones compartidas, maridadas con vinos de la D.O.P. Ribeiro, que nos ha satisfecho altamente.
De primero y del apartado de tostas, dos medias de auténtico pan gallego, la primera de trigo con queixo do país, seta de cardo y jamón ibérico de Salamanca y la segunda de millo con escalibada y bonito, en su perfecto punto acompañadas del blanco Cordón de Santo André 2011.


Del apartado pratiños o raciones, seleccionaron uno, que fue sin duda el que más me ha sorprendido, una buena copa de salmorejo cordobés, con todos sus atributos, al que acompañaban y eran los verdaderos protagonistas, unos estupendos mejillones gallegos en temperatura para pinchar en el mismo. Sorprendente plato sabiamente maridado con el blanco Antonio Montero Autor 2010.


Si en el plato anterior, ya se pudo ver su cocina evolutiva en el tratamiento de uno de los productos típicos gallegos, no lo fue menos el que se sirvió a continuación, y más en un territorio tan cercano a Carballiño, considerado el templo del “pulpo a feira”. Era un plato de pulpo, pero no a feira, sino “polvo a grella”, en su justo punto de plancha sobre una sencilla patata cocina, mostró que Emma tiene claros sus conceptos culinarios. El blanco Fincateira 2011, de Manuel Formigo, seleccionado por Sara, fue su perfecto compañero.


Como sugerencia del día y que no figuraba en la carta, de carnes nos fueron servidas unas carrilleras ibéricas acompañadas de patatas de la tierra y de pimientos del Padrón. Muy buen mestizaje, en su perfecto punto de elaboración, que complementaban perfectamente los buenos productos gallegos. Una muy buena patata, explica porqué en tapas tienen oferta de la misma en “bravas” y “alioli”. El tinto Abadía de Gomariz 2009, fue su perfecto maridaje.


Su propuesta dulce mostró el arraigo a la cocina tradicional, y una tarta de galletas al más puro estilo de “la abuela”, puso colofón a una estupenda cena.


Como todo debe de tener una referencia económica, como decía al inicio, sus precios son más que correctos. El precio de cada tosta es de 3 €, del salmorejo 4 €, del pulpo 8,50 € y de las carrilleras 6 €. Los vinos por copas, están a una media de 2 €.
La carta tiene atractivas sugerencias, como la “musaka”, “almejas con algas” “tataky de ternera” o elaboraciones al que un enamorado del queso, se quedo con las ganas de probar, como los “rollitos de pollo con queso crema e ibérico” “queso de Arzúa a la plancha con confitura de pimientos verdes” o el “taco de buey sobre crema de queso San Simón”. Son las cosas que tiene ver la carta cuando uno acaba de comer.
Pero O´Birran, también tiene sus “pero”, aunque sean mínimos. Su propuesta gastronómica es atractiva, su producto de alta calidad, y sus puntos de elaboración y puesta en escena muy buena. De lo degustado lo único que he encontrado mejorable es un vinagre que Emma utilizó en varios platos y que se mostraba demasiado presente.
En cuanto al servicio, la elección de los vinos fue perfecta y en consonancia con nuestra petición, un detalle –que uno valora mucho- se le escapo a Sara. Mientras que las mesas del comedor estaban perfectamente vestidas, las del soportal que fueron las elegidas por nosotros dada la excelente noche, no fue vestida para la cena, y se echo en falta un mantel. Un mantel que sin duda hubiese puesto más en valor una más que buena y variada vajilla, los correctos cubiertos y una buena cristalería.
Hay un punto mejorable, y más de cara al verano en el que seguro que las mesas de los soportales serán demandas por la clientela, y es la luz. Hay un luz indirecta de la plaza, pero no directa, y una iluminación más directa –velas u otras similares- sería más que de agradecer.

Con Emma a mi derecha y Sara a mi izquierda.

En la sobremesa pudimos charlar tranquilamente con las hermanas , intercambiar impresiones y conocer un poco más su proyecto empresarial, que tanto me ha gustado, y que puso colofón a un estupendo día vivido en la comarca del Ribeiro, en torno al vino que le da su nombre. Mi felicitación por su iniciativa, por abrir brecha en un nuevo concepto de gastronomía y brindar la posibilidad de encontrar una propuesta de tanta calidad en la preciosa localidad de Ribadavia, cuya visita recomiendo, así como a toda la comarca del Ribeiro.

“La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un porvenir mejor” Anatole France (1844-1924) escritor francés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario