martes, 11 de enero de 2011

Un mundo sin fin. Kent Follet.

 “Un mundo sin fin”. Kent Follet.
Plaza & Janes, S.A. 6º Edición enero de 2008. Barcelona. 1179 páginas.
Nota: Aconsejable leerlo despúes de "Los Pilares de la Tierra" del mismo autor.

PRIMERA PARTE : 1 de Noviembre de 1327

CAPITULO 1
Gwenda con 8 años esta con su familia pasando la noche en el hospital del priorato de Kingsbridge, como el resto de habitantes de su entorno para poder acudir a los actos del día de todos los Santos como es la costumbre del lugar. No tiene miedo, aunque cada noche sueña con que es cogida cuando esta realizando algún robo y le cortan la mano como habían hecho con su padre y el resto de las personas a las que cogían robando.
Al levantarse para los actos, su padre le hace una indicación para que se fije en un familia de un caballero de armas que había pasado la noche junto a ellos, de su cintura colgaba una bolsa de cuero voluminosa que se suponía contenía dinero, rápidamente se dio cuenta de que era para que se la robara en el transcurso del día, desde que su hermano Philemon se había hecho mayor y tremendamente torpe los hurtos y robos eran cuestión de ella, y por tanto de ella dependía el pasar el menor hambre posible.
La gente acudía en masa hacía la Catedral, en dónde se celebraban los actos del día, y ella enseguida se puso al lado de su victima, Sir Gerald y su familia, en el momento que considero mejor llevo a cabo el robo no sin antes pasar momentos de nerviosismo y posteriormente temor de ser descubierta, para luego juntarse con su familia y con su adorable perro Brinco, al que le faltaba una pata.

CAPITULO 2
Merthin que tenía 11 años, estaba con su padre Sir Gerald, su madre y su hermano Ralph en la Catedral no sólo para celebrar el día señalado sino además porque su padre había sido citado para resarcir las cuentas con el prior. Era propietario de unas cuantas tierras y debía de contribuir por ellas, pero no lo hacía desde un tiempo atrás y su mujer ya le había advertido de que se las quitarían. La bolsa que le habían robado era todo el dinero de que disponía la familia.
Una vez sufrido el robo y después de dar cuenta a los monjes, el padre dejo a los hermanos a ir a jugar. Se fueron al campo de tiro con arco, en dónde Merthin intentó participar sin éxito en el concurso por ser menor de edad. Allí conoció a Caris, algo menor que él, que enseguida le convenció para que fueran a probar el arco a algún claro del bosque, a pesar del peligro que eso constituía. Hacía allí se fueron los hermanos con la recién conocida, seguidos por un perro de solo tres patas, la muchacha ordenó parar ya que se sentía seguida y así era, Gwenda les seguía sus pasos en busca de su perro, y pronto se sumo a ellos.
Intentó lanzar sus flechas sin ningún tipo de éxito, al contrario que su odiado hermano que parecía tener un don natural para el arco, que no solo acertó en la diana con la primera de las flechas, sino que con su característica maldad lanzo una segunda contra el pobre perro y la tercera contra una liebre que correteaba por allí, causando la muerte de ambos animales. Al poco escucharon ruidos de hombres en desbandada hacía ellos, sin apenas tiempo para poder esconderse, vieron que se trataba de un caballero al que perseguían dos soldados de la reina.
En el claro el caballero ya no pudo más y se entrego a sus perseguidores, que lo hacían para que les entregase una carta que al parecer estaba en su poder. El caballero les hizo ver que había testigos observando la escena, lo que inquieto a los soldados, los niños salieron de su escondite huyendo, pero antes Ralph mato a uno de ellos, al clavarle una de las flechas en un ojo. Ese momento lo aprovecho el caballero –llamado Thomas de Langley- para enfrentarse al otro y después de ser herido acabar con su vida.
En la huida Merthin fue incapaz de dar un paso y observo todo lo que ocurría en primera línea, el caballero le solicito ayuda primero para hacerle un torniquete con el que cortar la pérdida de sangre y después para cavar un pozo dónde guardar la carta a buen recaudo durante unos cuantos años. Ambos se hicieron un juramento de no contárselo a nadie, con el fin de salvaguardar sus vidas.
Relativamente cerca el resto de los niños lo estaban esperando, él nada les dijo de lo acontecido, excepto de la muerte de los dos soldados, y juntos se fueron del bosque. Al llegar con su familia los hermanos escucharon que su padre tuvo que llegar a un acuerdo con el prior con la intermediación del conde Roland, por el que entregaba sus tierras a cambio de vivir en el priorato, su hermano pequeño – que aún tenía en su poder la liebre- sería escudero del conde cuando cumpliera la edad y Merthin que manifestó haber hecho el arco, aprendiz de carpintero.

CAPITULO 3
Caris llevo a su casa a Gwenda, una de las lujosas casas de la ciudad, con la disculpa de enseñarle los cachorros que su perra acababa de tener, antes de enseñárselos la mostró a su madre que estaba muy enferma desde hacía un año y la única que aliviaba de vez en cuando su dolor era la priora Cecilia. Le regalo uno, al que llamaría Tranco, que le recordaría a su querido y fallecido Brinco. Caris pensó que aquél día había echo dos amigos, Ralph no le interesaba lo más mínimo.
Luego le presento a su padre, a su tía Petranilla y a su hermana Alice que no se alegro de que se llevara un cachorro, posteriormente cenaron todos juntos. Rose, su madre se puso peor y enviaron a buscar a la priora para aliviarla, que a su vez mando avisar a los médicos, que no pudieron hacer nada por evitar su muerte. Mientras tanto Cecilia hacia ver a Caris lo conveniente de ir a su escuela, pero su padre no era partidario, quería que heredara su negocio de comerciante de lanas, pero ella manifestó su voluntad de ser médico.

CAPITULO 4
Godwyn en su calidad de monje supervisor de la comida, superviso y sirvió la que iban a tener el prior y la priora, que por otra lado eran bastante comunes, como lo eran los temas que tenían que tratar en sus reuniones, aunque tenían que rendir cuentas por separado al obispo de Kingsbridge. El monje que ese día cumplía 21 años quería ir a estudiar Oxford después de 10 años en el priorato, su tío no compartía ni entendía tal decisión y se negó en rotunda a apoyarle, este ante la negativa solicito ayuda a la priora que tenía una plaza vacante, pero dos candidatos.
El otro candidato era el monje Saúl y ambos les hizo una prueba médica, cuando a ella la vinieron a buscar al haber llegado un herido al hospital. Era el caballero Thomas de Langley, uno de los hombres del conde de Monmouth, el cuál se había negado a que el hermano Joseph le curara y pidió que en su lugar lo hiciera Matthew, uno de los cirujanos barberos de la ciudad, Godwyn se puso de parte del hermano médico creyendo contar con el beneplácito de Cecilia, que por un lado ordeno que lo curara Joseph y por otro anuncio a Godwyn que la plaza era para Saúl.
En la cura llego uno de los hijos de conde Roland, que obligo al prior a recoger a Thomas en su monasterio como un monje más, aunque compensándolo económicamente por ello. Al poco llego Petronilla que dijo a su hijo que su tía se estaba muriendo, él le manifestó su tristeza por las conversaciones con los priores y la negativa de estos de enviarle a Oxford; su madre previa reprimenda por no saber enfocar la estrategia, le manifestó su voluntad de vender todas sus posesiones e irse a vivir con su hermano mayor Edmundo y sus sobrinas, para poder pagarle los gastos que sus estudios causarán, a pesar del gran sacrificio que ello supondría, como bien le hizo ver a su hijo

CAPITULO 5
Gwanda le contó todo lo sucedido a su padre, que le ordeno que le guiase dónde yacían los cuerpos de los soldados, quitándoles los dineros, sus espadas e incluso sus ropas, yéndose después la familia se fue a pasar la noche y a cenar en una pensión, a cuyo mesonero su padre vendió todo lo robado. En plena noche unos soldados asaltaron su habitación y tras darle una paliza obligaron al padre y a la hija que los llevasen hasta el bosque dónde yacían sus compañeros, quedando pasmados de la fuerza de Thomas, para acabar con sus compañeros, y aprovechando un descuido Joby se escapó y los soldados dejaron el libertad a su hija.
Caris viendo llorar a su padre comprendió la muerte de su madre, y cuando su tía Petranilla le indico que de ahora en adelante ella sería su madre, se negó tajantemente.

SEGUNDA PARTE: DEL 8 AL 14 DE JUNIO DE 1337

CAPITULO 6
El día de Pentecostés del año en que Merthin cumplió los veintiuno, él estaba de aprendiz de carpintero del maestro Elfric Builder, y en la feria coincidió una vez más con Caris con la que compartía noviazgo, aunque sin posibilidades de casarse al no tener la edad para ser maestro.
Estando con ella en la Catedral, y después que esta le presentara al comerciante italiano y cliente de su padre Buenaventura Carola al que le explicó circunstancias de la construcción de la misma, una parte de esta se derrumbó ante ellos por causa del agua. Al rato cuatro hombres supervisaron los destrozos, el hermano Godwyn responsable de la iglesia, su ayudante el hermano Thomas, su maestro Elfric y él como ayudante de este. Se abrió un debate sobre como se resolvería el problema y el aprendiz propuso una forma que conocía por haber leído en un libro sobre la construcción de la misma, que enfureció a su maestro al ahorrarse trabajo y por tanto tiempo y dinero, pero que cautivó a Godwyn por lo contrario. Merthin y Thomas recordaron el episodio de hacía muchos años en el bosque.
El gremio de comerciantes organizo una comida para festejar la fiesta, a la que asistió entre otros Caris con su padre y sus patronos. Merthin se quedó en casa a solas con la hija de estos, Griselda, que lo ignoraba por completo, sin embargo aquella tarde fue en su búsqueda con el objeto de conquistarle, cosa que consiguió a pesar del rechazo inicial de él, acabando la pareja en la cama.

CAPITULO 7
Caroli le manifestó a Edmond su intención de no volver a la feria de Kingsbridge por el poder que había perdido a favor del de Shiring que había ganado a este en calidad; el inglés consiguió que el italiano esperara a tomar una decisión final hasta que hiciera unas gestiones.
Emprendió el camino hacía el priorato en busca de su hermano el prior, para convencerle de que la gente iba al mercado a Shiring porque el puente para llegar a la catedral era tan estrecho que hacía que muchos de ellos no llegaran a tiempo. Mando a su hija a buscar al aprendiz de carpintero para que acudiera a reunirse con ellos en el puente, lo encontró trabajando en la catedral en la elaboración de una puerta que le estaba quedando francamente bonita. Allí el joven viendo las grietas en los pilares opino sobre las soluciones y los tiempos de ejecución, a la vez que observaba la tremenda disputa de los dos hermanos, uno en defensa de la feria y el otro en no gastar dinero del priorato, que concluyo sin llegar a ningún tipo de acuerdo.

CAPITULO 8
El conde de Shiring llego a Kingsbridge el martes de la semana de la feria del vellón con toda su familia y su comitiva, entre los que se encontraba un feliz Ralph, que se había convertido en uno de sus escuderos, y que fue a visitar a sus padres, que vivían en uno de los barrios más humildes desde la perdida de sus tierras, lo que para él era una total humillación.
Posteriormente busco a su hermano, a este le presento a lady Philippa, nuera del conde y de la que estaba locamente enamorado; en el mercado una vendedora les ofreció huevos y el escudero no dejo de rondarla y manosearla pese a la intermediación del hermano, lo que acabo en una pelea con un campesino que salió en defensa de la vendedora. El escudero se cebó con el campesino, y tuvo que mediar el alguacil para que no acabara con su vida. Philippa que lo había visto todo intervino en defensa del campesino y este solo fue castigado. Los hermanos se fueron y Merthin le echo en cara que no había cambado nada, de lo que el otro estaba orgulloso.

CAPITULO 9
Godwyn estaba fascinado por el “Libro de Timothy” que narraba la historia del priorato, sobre todo de la época del Prior Philip hacía 200 años, cuando se construyo la catedral. Se sentía orgulloso por un lado de ser descendiente directo del maestro constructor, al igual que lo era Merthin y por otro de la disciplina férrea y la ausencia de monjas en el priorato.
Observando las obras de la reparación de la catedral valoro una vez más que el hermano Thomas no le consultaba nada como era su obligación, a la vez que vio que a este se le acercaba lord William y mantenían una conversación acalorada, eso le recordaba la entrada del hermano a través del hermano menor del lord, el actual obispo, con el que también mantuvo una conversación igual hacía diez años.
Recibió la visita de su madre, a la que le hablo del contenido del Libro, ella le informo de las intenciones de los comerciantes italianos y lo que ello significaba, sobre todo por la negativa de su tío a ampliar el puente. La conversación fue interrumpida por Philemon, que aún no había sido admitido como monje, que ya a solas le llevo a una habitación con una piedra que permitía la visión de otra, dónde eyaculaban el obispo Richard con su prima Margery, comprometida con el hijo de un conde.
Valoro lo que eso significaba para su carrera y entro bruscamente en la habitación como si no pasase nada, de esta forma el obispo siempre estaría en deuda con él, deuda que se incremento al llegar en ese momento su cuñada lady Philippa y poder avisarle a tiempo de recomponer la situación. Esta le hizo ver al monje que había perdido un brazalete y que estaba segura que lo había dejado en las habitaciones. El obispo no se atrevió a decirle nada, intentando él dejarle claro la situación e incluso recordándole la relación anterior entre su padre y su madre y que incluso podían haber sido hermanos.
Encontró en el hermano Theodoric la complicidad necesaria para que le apoyara durante el capítulo con las tesis que traía el Libro, las monjas y los monjes debían de estar separados, ambos defendieron magníficamente sus tesis, pero la intervención final de Simeón –el tesorero- echo por tierra todo el trabajo. Ante la sorpresa por el desconocimiento afirmo que las monjas no podían abandonar el priorato, ya que participan en el mantenimiento económico mucho más que los monjes. Una vez más pensó que la gestión de su tío no era la correcta.
Al acabar el capítulo subió a la habitación del agujero y como se temía allí encontró el brazalete extraviado, Philemon lo había robado. Para sorpresa de su madre ese mismo día fue a pedirle consejo, por un lado estaba lo acontecido con el obispo y por otro lo de su amigo, que resulto ser un ladrón. Le felicito por su actuación en el primer caso y le aconsejo que no denunciara a su amigo, ya que aún siendo peligroso su amistad merecía la pena.

CAPITULO 10
Merthin que había acabado la puerta por la que trabajaba en la catedral, aunque tardando más de lo previsto al estar distraído por la relación que había mantenido con Griselda, recibe la visita de Elizabeth Clerk con la que había tenido algún escarceo amoroso, que después de felicitarle al verle el trabajo realizada, le advirtió que su maestro sabía que era mejor que él, que le detestaba y que tendría problemas con él.
Recogió la obra y la llevo a la casa para mostrarla a su maestro, este al verlo se abalanzo contra el golpeándole violentamente por haber deshonrado a su hija, estaba embarazada y junto con su esposa Alice le exigía casarse con ella. Él se negó, y el otro enfurecido destrozo con su hacha la puerta ante lo que se derrumbo desolado, a la vez que le golpeó violentamente.

CAPITULO 11
Gwenda mantenía la amistad con Caris, a la que visitaba dos o tres veces al año. Conversaron con la misma sinceridad de siempre, y la campesina le hablo del amor que sentía hacía Wulfric –que resultaba ser el campesino que se peleo con Ralph- pero que este no le hacía caso al estar enamorado de otra de su categoría social. En el mercado tuvo ocasión de enseñárselo y ver las secuelas de la pelea en su cara; le comento que su padre tenía que comprar una vaca al morir la anterior, pero que al no tener dinero no sabía como se las ingeniaría.
Para ayudarla a conseguir su objetivo Caris la llevo a casa de su amiga, la curandera Mattie, que le preparo un compuesto que dado a beber al hombre que deseaba lo conseguiría sin ningún problema.
De vuelta al mercado se encontraron con su padre que llevaba una escuálida vaca cogida, este le presento a un hojalatero al que se la había comprado, la gran sorpresa era que el pago no era en dinero, sino que era ella, la cambiaba por la vaca. Desesperada y con la ayuda de Caris consiguió llamar la atención de la gente, pero primero el alguacil y luego Gondwyn no pudieron encontrar argumentos ni en la justicia ni en la Iglesia que prohibieran el trueque, no le quedaba otra alternativa que irse con él.
La desesperación fue total entre las amigas, una por la impotencia y otra por el miedo. El hombre se la llevo atada sin ningún tipo de miramiento ni explicaciones. Después de mucho caminar por el bosque llegaron a un claro dónde había un campamento con muchos hombres y solo un par de mujeres, enseguida comprendió que eran proscritos y que ella iba a servir de prostituta para ellos. Esa noche le salvo que los hombres estaban borrachos, y pese a su debilidad pudo hacer un plan de escape.

CAPITULO 12
Atada como estaba tuvo que tirar de persuasión para que uno de ellos, primero la desatara a cambio de sexo y luego antes de que este acabara matarlo arrebatándole su daga. Consiguió su objetivo y se escapo.
En la ciudad mientras tanto se juzgaba por bruja a una pobre loca, la muchedumbre estaba enloquecida y solo Caris se atrevió a defenderla públicamente, a su lado estaba su novio que había acudido para hablar con ella, y aunque esta le hizo esperar, al final se fueron a la vera del río.
Allí le explicó su situación actual y el embarazo de Griselda, ella a la par que no daba crédito a la situación le daba argumentos para que no se casara, y le hacia ver que su hermana defendía a su hijastra porque siempre estuvo enamorada de él. El enfrentamiento entre ambos estaba cada vez más caliente, cuando él reparo en el peligro que se venía sobre la gente que estaba encima del puente en ese momento, acaba de descubrir que el problema del cuarteamiento de las vigas del mismo, no eran los años, ni las vigas sino el cambio del curso del río que estaba dejando sin sujeción su parte central. En ello estaba cuando Caris vio a una desesperada Gwenda que corría delante de un hombre que la perseguía claramente.
En efecto su dueño, el proscrito, la había perseguido desde el campamento y ahora estaba a punto de darle caza, justo cuando ella contaba llegar a cobijarse bajo la protección de su amiga.

CAPITULO 13
El puente estaba totalmente tomado por la gente, cruzándose en el mismo la comitiva de linchamiento de la bruja, y la salida de la corte del conde a su ciudad por otra. La pareja observo con desesperación como el puente cedía ante la muchedumbre en el congregada, al ceder las vigas del mismo y desquebrajarse. El resultado fue catastrófico, el puente se derrumbaba por completo, la muchedumbre caía al río y como la gran mayoría de la gente no sabía nadar la tragedia se consumaba. La pareja fue de los primeros que se volcaron en el auxilio, así como Ralph que fue de los que se cayó. Este salvo al conde que había llevado un fuerte golpe en el cráneo. Gwenda también se salvó y al final consiguió dar muerte a su dueño en el propio río.
Tanto los heridos como los muertos fueron llevados a la catedral dónde los hermanos los iban separando y las monjas prestándoles los primeros auxilios. La familia de Caris estaba bien, y en una muestra de orgullo saco del río a Griselda, que no había sufrido perdida alguna, encontrándose perfectamente. Gwenda encontró a Wulfric al que ayudo a buscar a su familia, estando toda ella entre los muertos, para su desesperación le escucho decir que ahora solo le quedaba su amada Anett.
El conde fue operado de urgencia por el barbero de la ciudad, que asumió una responsabilidad de gran riesgo, ante la viva mirada de una Caris que estaba alucinada por el trabajo del galeno.
Entre los desaparecidos estaba el prior Anthony que al final fue encontrado por Merthin, que seguía trabajando para intentar ayudar a los supervivientes y rescatar los cuerpos de los muertos. Godwyn estaba expectante, por un lado estaba el amor a su tío, y por otro su idea de cambiar al prior; cuando vio su cuerpo pensó para si: “ahora tendrá que haber elecciones”.

TERCERA PARTE. DE JUNIO A DICIEMBRE DE 1337

CAPITULO 14
La catedral era un auténtico pandemonio y lo que allí se veía era una sucesión de imágenes dantescas. En medio de aquel horror, un pequeño remanso de paz y eficiencia se extendía alrededor de la figura de la madre Cecilia, que controlaba toda la situación, curaba a los heridos y animaba a los familiares. Todo aquello le recordaba a Caris vivamente el día del fallecimiento de su madre; ella estaba incorporada al grupo de la priora como una más.
El trabajo la dejo extenuada, al llegar a su casa encontró a su padre y su tía llorando la muerte del hermano de estos, pero no tuvo fuerzas para consolar a su padre. Al día siguiente más descansada comenzó a pensar en el futuro. Merthin trabaja codo con codo con su jefe, estaba claro que habían aparcado sus diferencias por el bien común. Busco a su joven amado y juntos se fueron a la vera del río, estaba dispuesto a convencerle de que no se podía casar, pero él mantuvo una postura inflexible, la despedida fue terrible, la quería pero se iba a casar con Griselda.
La vida y la muerte siguieron su curso, Caris y Edmund se acercaron al río y pudieron observar como Merthin había construido con los restos de madera del puente una balsa en el cual poder cruzar el ganado y los carros, no era un puente, pero uno de los problemas se solucionaba. Les explicó que el nuevo puente no podía ser de madera, ya que le pasaría lo mismo que al antiguo, debería ser de piedra, las obras durarían tres años, su maestro asintió las afirmaciones del joven. A la vuelta en su casa les esperaban su tía y su hermana, que en seguida aprovecharon para atacar a Merthin y defender a Griselda, aquello no lo podía soportar.
Caris llevo a Gwenda de nuevo a ver a Mattie Wise, una vez que pudo aclarar ante John Constable su nueva situación, que le preparo un nuevo filtro amoroso, a la vez que le dijo a ella que el embarazo de Griselda era de tres meses. Fue a por Merthin convencida de que la había engañado, pero este se reafirmo en que solo lo habían hecho una vez, hacía quince días. Por tanto el hijo que ella esperaba no podía ser de él.
La balsa no era suficiente para las necesidades y Edmund y su hija se fueron a convencer al prior en funciones de que la construcción del nuevo puente no se podía demorar, pero Carlus, no estaba muy por la labor, la elección se podía demorar, el conde tenía potestad para nombrar un candidato y el tiempo de su recuperación era imprevisible. Discutieron sobre el precio del nuevo puente, sobre el material, de la necesidad real y de la financiación sin llegar a ningún acuerdo. Era evidente de que aquél no podía ser el nuevo prior.

CAPITULO 15
Godwyn quería ser prior, lo deseaba con todo su corazón, tenía que pedir consejo a su madre, debería de meditar un plan para poder llegar al puesto sin levantar sospechas, debería de luchar con Carlus y contra el otro candidato Robert, no interesaba que la gente supiera que él iba a ser candidato.
Petronilla le mando descubrir el secreto que sin duda guardaba Robert, él se acordaba perfectamente de su llegada hacía diez años. Buscó en compañía de su fiel Philemon en la biblioteca sin éxito, pero inspeccionando la casa del prior encontraron allí la respuesta. En uno de los pergaminos descubrió que fue la misma reina Isabel la que lo dispuso todo y entrego las tierras para que entrara en el monasterio. Le busco y le animo a ser candidato, él no se presentaría y sería uno de sus valedores, y así lo haría ver ante los habitantes de la ciudad, pidiendo después a su prima que apoyasen dicha candidatura a cambio de la construcción del nuevo puente.

CAPITULO 16
Wulfric y Gwenda abandonaron la ciudad de regreso a su aldea de Wigleigh, despedidos por sus amigos, ella le comento que le había suministrado un elixir del amor, lo que él desaprobó; luego se dirigieron a casa de su maestro, aunque ella no entró. Allí le hizo frente a su maestro y a Griselda le dijo que el hijo que esperaba no era suyo, pero cuando quiso recoger sus herramientas no le dejo, eran suyas y no solo no se las daba, sino que además le afirmo que nadie en el gremio le daría trabajo.
Merthin acudió a la iglesia de Sr. Mark, al funeral del carpintero fallecido en la reconstrucción de su techo, era una iglesia pobre gestionada por el padre Joffroi. Allí abordo a Hill Watkin, el segundo constructor más importante y enemigo de Elfric, para ofrecerle sus servicios, pero para su sorpresa no solo no lo contrato pese a reconocerle su valía, sino que le dejo claro que nadie lo iba a contratar, casi todos tenían hijas y nadie correr riesgos: La unión del gremio era imposible de superar.
Estaba dispuesto a abandonar al ciudad, pero Caris le hizo ver que podía comprar las herramientas del difunto con un préstamo de su padre; él vio el cielo abierto, iría a ver al padre Joffroi y plantearle la reparación del techo de la iglesia por un método que él había pensado por el que no era necesario cerrar la iglesia -opción que darían el resto de constructores- y de esa manera poder seguir generando ingresos. El padre acepto el trato, contratándole y dispuesto a hacer frente al gremio cuando le fueran a protestar.

CAPITULO 17
Durante los 30 kilómetros de recorrido hasta el pueblo, Gwenda no vio el momento de utilizar el elixir, al llegar él se fue directo a la casa de su prometida Annet y ella tuvo que continuar hasta su casa, con la ilusión de ver a sus hermanos más pequeños Carh, Jonnie y Eric, pero con la duda de cómo sería recibida. La sorpresa de sus padres fue mayúscula, su padre se alegró, así la podría volver a vender y ella escaparse. Montó en cólera, pero al ver que su madre le defendía no tuvo más remedio que tomar la decisión de irse de casa, allí peligraba su libertad.

CAPITULO 18
Al día siguiente se celebraría la audiencia que decidiría la suerte del hombre que amaba, el tribunal señorial se reuniría y Nate Revé, el alguacil de sir Stephen sería el presidente, no teniendo intención de darle las tierras de sus padres. El pueblo estaba sin señor tras la muerte de este en el derrumbamiento del puente y por tanto la decisión no podía ser definitiva.
Tenía 17 años no era mayor de edad, ni dinero para pagar el heriot -impuesto de transmisión- por la transmisión, pero ella estaba dispuesta a ayudarlo, consiguió idear una formula para salvarlo, convenció a los vecinos que si cedían el alguacil siempre se podría quedar con todas las tierras, se planteó la posibilidad de que le dejasen trabajarlas y que con el fruto de la cosecha pagar el heriot, si no conseguía pagar no podría recuperarlas, pero el Señor no perdería nada. El alguacil tuvo que aceptar la solución propuesta, a pesar de haber mentido sobre el pago realizado por los padres para poder sacar mayor tajada. Él conocedor de su huída del hogar se intereso por dónde vivía.

CAPITULO 19
Gwenda trabajaba en las tierras del Señor, pero antes de hacerlo y de volver a casa, trabajaba por las tierras del que amaba, era sólo para trabajar una inmensidad de terreno, solo aspiraba a quitarle trabajo y sufrimiento. Uno de los días le pidió que le dejara trabajar para él sin cobrar y que para ello le pidiera permiso a su prometida, pero al día siguiente contrato a un jornalero que iba de paso.
De domingo en la misa, pudo ver a sus hermanos –a los que nunca pensó que los podía echar en falta tanto- y a su madre, que le aconsejo que si se quedaba en el pueblo, que tuviera cuidado con su padre que no había perdido la esperanza de volver a venderla.
No hizo caso y siguió trabajando sus tierras, uno de los días él se le acerco corriendo, el jornalero se había marchado y robado su caballo, aquello era la ruina total. Aprovecho el momento para manifestarle su idea de ayudarlo, juntos ararían las tierras. Así fue, trabajaban todo el día, y de noche ella dormía en el establo, mientras él se iba a casa de su prometida. Uno de los días que estaba sola se presento su padre con un peletero al que le había vendido su vida, intento defenderse pero no le fue imposible, ya perdida llegó Wulfric y acabo con la vida del peletero, ella por su parte le quemó parte de la cara a su padre. Perkin y su hija acudieron a oír los ruidos, pero pronto se fueron. Le dio las gracias y al servirle él vino vio el momento de usar el elixir, él se puso eufórico, ella se desnudo e intentó por todos los medios persuadirlo pero la mando al establo y a pesar de oírlo debatirse entre acudir a ella o no, fue lo suficiente fuerte y fiel a Annet y se contuvo, consolándose el solo.

CAPITULO 20
Godwyn movió ficha contra Carlus el Ciego el domingo anterior a la festividad de San Adolfo, fecha en la que se celebraba una misa especial en la catedral. El prior en funciones cada vez tenía más confianza en sí mismo, y en los ensayos con un atril nuevo su seguridad era total, observando como contaba sus pasos ordeno a Philemon que moviera un metro hacía delante el altar el día de la celebración. Ese mismo día se encontró con la priora Cecilia a la que le hablo de los dos candidatos y de lo conveniente que sería apoyar a Thomas, el cual traería orden y control al monasterio.
El día señalado la catedral estaba espléndida, toda decorada y los feligreses observaban fascinantes el desfile con el relicario de marfil que contenía el crucifijo de oro con los restos del santo. Carlus cayó en la trampa, tropezó y las reliquias con los huesos del santo volaron por los aires. Lo llevaron al hospital, él se hizo cargo de la situación mientras sus fieles Theodoric y Philemon recogía y ponían las reliquias en el altar y Thomas dirigía a la congregación en el canto del salmo. Mal que bien, concluyó la celebración y él se pregunto si alguna vez Dios le perdonaría lo que había hecho.
Pasado el trago escucho a muchos monjes hablar sobre la inconveniencia de que Carlus fuera prior, el plan funcionaba. Acudió a verlo y este junto a su fiel tesorero Simón, manifestó su idea de renuncia al cargo, aquello era una clara señal de que no era el elegido. La priora vino en busca de Carlus, el conde se había despertado y lo reclamaba, al seguir convaleciente fueron él y Simeón. El deseo del conde era celebrar la boda de su sobrina Margery en tres semanas y que en esa fecha el monasterio tuviera un nuevo prior; él explico que solo estaba la candidatura de Robert, al cual el conde rechazo y mando ir a buscar a su sobrino Saúl Whitchead, prior de St-John-in-the-Forest, sería su candidato para prior.

CAPITULO 21
Merthin estaba sentado en el tejado de la iglesia de St. Mark, en una semana habían sucedido las cosas demasiado rápidas, tenía trabajo, herramientas y ayudante; se había corrido la voz que iba aplicar una maquina nueva en la reconstrucción del tejado, y tanto sus amigos como su mayor enemigo Elfric estaban allí para observarlo todo. El invento funciono perfectamente ante la incredulidad y asombro de los congregados, pagándole el padre Joffroi lo convenido sin tener en cuenta las amenazas de Elfric de acudir a los tribunales al no tener la categoría de maestro, entre la aprobación general.
En la comida en casa de Caris su felicidad era total, había demostrado su valía y tendría la vida asegurada. Edmund le apremiaba para que pronto comenzara la construcción del puente cuando Godwyn los interrumpió. Venia a hablarle a su madre de la retirada de Carlus, de la orden recibida para ir en busca de Saúl, al que pensaba persuadir de que se negase al cargo, y a comunicarle el candidato para ofrecer al conde, fray Murdo, que sin dunda no saldría elegido. Todos aprobaron su estrategia.
Caris felicito muy cariñosamente a su amado por el éxito conseguido, y este le hizo ver que pronto podrían estar ellos dos solos juntos, sin embargo a ella esa idea no le gustaba lo más mínimo, lo que desconcertó por completo al muchacho.

CAPITULO 22
Godwyn que preparaba la catedral para los esponsales, fue avisado por Philemon que fray Murdo deseaba ver al conde, su madre había hablado con él el día anterior y el plan funcionaba. Ralph los paso ante el conde, el fraile le solicito su apoyo y Godwyn se aseguro de dejar claro que este en ese caso haría la voluntad del conde, pero este manifestó de nuevo su predilección por Saúl.
St-john-in-the-Forest era una versión en miniatura del priorato, pero con un orden y financiación ejemplar, al primero que vio al llegar para su sorpresa fue al prior que estaba limpiando las cuadras como cualquier sirviente, pronto llegaron el resto de compañeros de realizar las funciones del campo. En seguida le explico la recuperación del conde, la candidatura de Thomas, la renuncia de Carlus y que Ronald estaba valorando proponerle a él. Este como se temía no se sorprendió por las noticias y recordó que el prior Philip había sido nombrado cuando ejercía el cargo que él ocupa en aquellos momentos. No tendría fácil conseguir su objetivo.
Con sus artilugios hizo ver que lo que realmente quería el conde, era un prior a quién manejar y manipular en beneficio propio, y recomendó a su compañero que se lo pensase bien. Al día siguiente Saúl le comunico que no podía aceptar la propuesta.
El conde al recibir la noticia montó en cólera sin entender la negativa de su sobrino y decidió sobre la marcha apoyar a fray Murdo, el plan funcionaba. Lo comunico a parte de sus compañeros, Theodoric sería el encargado de correr la voz, Simeón manifestó la voluntad de los mayores de apoyar a Thomas, y él ordenaba a Philemon que le enseñara a Murdo el pergamino encontrado.
Murdo después de la comida con el resto de los monjes comenzó a atacar a su contrincante con los datos facilitados, ante la sorpresa de todos y el desconcierto de Carlus y Simeón, incapaces de detectar de dónde había sacado la información. Thomas al no poder dejar atrás su pasado, renuncio a presentarse. Los monjes no daban crédito y pronto decidieron nombrar a Godwyn como su candidato con el beneplácito de todos, que acepto obedeciendo los deseos de sus hermanos. El objetivo estaba conseguido.

CAPITULO 23
Sabía que al conde no le iba a complacer el resultado y postergó todo lo que pudo la elección, realmente estaba aterrado, se iba a enfrentar a uno de los hombres más poderosos de Inglaterra. A la ciudad estaban llegando grandes personajes y se estaba ingresando una gran cantidad de dinero, imprescindible después de los exiguos beneficios de la feria del vellón.
Godwyn en su calidad de sacristán y Simeón como tesorero acudieron en busca de las joyas celosamente guardadas para las grandes ocasiones, cuando se dieron cuenta de que faltaba el rubí situado en la parte posterior de la cruz derramada por Carlus en su caída, buscaron y buscaron sin ningún resultado positivo, había que ir al lugar del accidente. Él intuyó la causa de su falta y fue en busca de Philemon, que rápidamente reconoció el robo y con su beneplácito raudo acudió a llevarla al lugar de la caída, dónde fue encontrado por Simeón sin sospechar nada.
Al comunicarle la decisión al conde, este monto en cólera, manifestó ser una conspiración y al tener el nombramiento que ser ratificado por el obispo juro que jamás sucedería. Mando a su hijo Richard a negociar con él, su propuesta era que Murdo fuera el prior y él el suprior y llevar la gestión diaria. Se lleno de valor y se negó, comunicando que si no era nombrado ni los monjes ni las monjas admitirían a otro y las nupcias no se celebrarían; el obispo hizo ver que él mismo podría realizar el casamiento, pero le recordó que le debía un favor y que era el momento de devolvérselo.
Se realizaron las pruebas de la boda y transmitió tranquilidad a una comunidad que ya era conocedora de la decisión del conde. Le visito su madre y le hizo ver la necesidad de que el noble supiese que su sobrina no era virgen; lady Philippa llego en la reunión y les propuso nombrar un tercer candidato, asegurándole a él el supriorato, pero su madre rechazo la propuesta.
En la inspección de la catedral del conde con sus hijos y sus colaboradores más directos, se le enfrentó negándose a permitir la boda, acogiéndose a que la novia no era virgen. Manifestó tener dos testigos de lo acontecido y no dudo en señalar al obispo cuando fue requerido para comunicar con quién había mantenido relaciones. El padre después de golpear a su hijo, se aseguro que los testigos guardarían secreto, y reconoció respeto al prior elegido. El objetivo se había conseguido.

CAPITULO 24
Caris estaba afuera de la catedral junto otra multitud mientras pensaba en el matrimonio y la discusión mantenida con su amado recientemente; ella quería un amante, no un señor, quería vivir a su lado, no consagrar su vida a él ¿por qué no podían continuar las cosas como hasta entonces?.
Al concluir la boda hicieron las paces y subieron al presbiterio para ver el desarrollo de las obras, proponiéndole ella ir a su casa dónde estarían solos. Al irse escucharon una conversación que se desarrollaba debajo de ellos entre una pareja; la sorpresa fue mayúscula era el hermano Thomas con su mujer, hablaron sobre sus hijos de 13 y 12 años, sobre el porqué de su ida al monasterio para despedirse probablemente de por vida, ella pertenecía al séquito de la condesa de Monmouth. La pareja converso sobre lo oído, y para desesperación de ambos volvieron a discutir por el mismo motivo de siempre, marchándose é a la taberna.
Cecilia fue a casa de Caris, quería hablar con ella y convencerla para que se fuese al monasterio y se hiciese monja, su forma de comportarse tras la tragedia del hundimiento del puente no dejaba dudas de que cumpliría sus funciones a la perfección. Ella denegó amablemente la invitación. Al poco llego su amado en su búsqueda, la encontró llorando, ambos no querían aquella situación tan estúpida, se reconciliaron y acabaron haciendo el amor por primera vez en su cama.

CAPITULO 25
Edmund nada más nombrarse nuevo prior, se presento en casa de los padres de Merthin, Gerald y Maud, con el fin de ver si el diseño del puente ya estaba realizado; no solo estaba sino que además lo había diseñado de forma que se ahorraría un tercio en su construcción., los bocetos se encontraban en el taller de la catedral dónde los albañiles guardan el material. Allí se fueron directamente, aunque antes el joven lo llevo a unos cuatrocientos metros más debajo de dónde estaba el viejo puente, lo levantaría en aquél lugar, serían dos puentes no uno, y en el medio estaría la actual isla de los leprosos, aquello maravillo a Edmund.
Al llegar a la catedral se llevaron un gran disgusto, Elfric estaba trabajando sobre los bocetos de su puente, que previamente había borrado, se enzarzaron en una discusión sin sentido ya que aquél también estaba trabajando sobre el proyecto por encargo del prior y para su desazón cometiendo enorme errores.
En el bautizo de la hija de John Constable, Petronilla interrogo a su hijo sobre el puente y este le manifestó el encargo ya realizado, ella lo valoro positivamente al quedar en alguien de la familia. Caris y su padre lo escucharon y manifestaron su contrariedad, el proyecto y presupuesto tenían que ser libres y tanto el gremio de constructores como el prior deberían valorarlos, aunque luego este hiciese la elección.
La sede del gremio fue el lugar de la reunión, que con varios siglos de antigüedad era el edificio civil más importante de la ciudad, al concurso solo se presentaron el maestro y su antiguo aprendiz: El de este último tenía un coste superior de veintidós libras, pero el resultado final no era el mismo, ya que su proyecto contenía dos puentes. Se dieron las oportunas explicaciones por parte y parte, los constructores se pusieron a favor de Elfric, pero a la hora de concretar como fijarían la base del mismo a petición del hermano Thomas, la balanza se desnivelo a favor de Merthin.
Los Wooler se fueron a ver al prior con una gran propuesta, el puente se comenzaría a construir de inmediato con un préstamo que realizarían los principales comerciantes de la ciudad, y cuando estuviese construido estos cobrarían el pontazgo para recuperar la inversión. Godwyn se negó en redondo, su objetivo era que le saliese gratis, Caris reacciono hábilmente ofreciéndole el pago de un alquiler anual fijo a cambio de los derechos del pontazgo, media hectárea de terreno y la isla de los leprosos, aceptando él la propuse, quedando el acuerdo pendiente de la aprobación gremial.
La pareja se dirigió a un calvero del bosque en el que hicieron el amor, la felicito por su inteligencia y le comento su intención de comprarle la isla al gremio, primero sería muelle de descarga pero luego haría allí su casa: Ella no solo valido la idea sino que además le animo a que después construyera más casas para alquilarlas.

CAPITULO 26
Ralph regresa feliz a Earlscastle feliz junto a sus compañeros después de un día de caza, aprovechando que esta al lado de William le recuerda que hace ya tres meses que salvo a su padre sacándolo del río, haciéndole ver que esta a la espera de su recompensa, pero este le da largas e incluso le hace ver que no solo él fue el que salvo la vida a su padre.
En el salón del conde, Ralph escucha la conversación entre este y Philippa, en el que ella se queja de la incomodidad del castillo para vivir al estar diseñado para la guerra, a la vez que le sugiere la construcción de una nueva casa. Se mete en la conversación y sugiere que su hermano es la persona indicada para realizarla, a la vez que les menciona su gran calidad como artesano, lo que le valió ser contratado para realizar el nuevo puente de Kingsbridge. El conde desconocedor de las intenciones del priorato llama a su hijo que no reconoce no saber nada y nada poder hacer para evitar la construcción. Ronald ordena a su escudero hablar con su hermano para que le construya su nuevo palacio: Quitándole al constructor no podrán hacer el puente y eso no perjudicara la actividad comercial de su ciudad.
En casa de sus padres observa como la buena posición de su hermano les permite mantener un nivel de vida digno, a pesar de esa la alegría que le produce tenía un cierto resentimiento al ser el aún escudero. Allí le comunica a su hermano el mandato del conde, invadiendo una gran alegría a sus padres, pero su hermano deduce las intenciones del encargo, negándose a aceptar el encargo. Ralph le manifiesta el revés que eso significara en su vida, al no poder dejar de ser escudero y su padre le apoya haciendo ver lo importante que es ser un buen hombre de armas.
De camino al castillo no para de dar vueltas para ver la forma de contentar al conde, decidiéndose a aconsejarle que les cobre a los monjes un tributo por pasar con las piedras de la cantera por su territorio, siguiendo para ello el ejemplo que le había comentado anteriormente su hermano del maderero del priorato que traía la madera de Gales para evitar pagar tributos al conde de Shaftesvury.
El conde queda encantado con la idea y le manda junto a varios hombres a la cantera a realizar el cobro. El primer carro que intenta salir es el de Ben Wheeler, un conocido suyo de Kingsbridge, ordenándole el pago del impuesto por imposición del conde, este al no tener dinero acude en busca de Merthin, que estaba allí en ese momento. Los hermanos discute acaloradamente y el mayor le hace ver que él era el culpable al darle la idea al conde basándose en un comentario suyo. Ben pensando que estaba solucionado emprendió el camino, uno de los escuderos lo intentó parar, pero se encontró con la fortaleza de su oponente que acabo con su vida, Ralph envuelto en furia le clavo la espada dando muerte al instante ante la desesperación de su hermano.

CAPITULO 27
La cosecha era pobre, en Wigleigh los ánimos estaban por los suelos, a Wulfric no le daba tiempo recoger la cosecha y sus vecinos decidieron ayudarle al acabar sus faenas. En uno de esos momentos Nathan Reeve fue a buscarles, convocándolos urgentemente a la iglesia ya que el nuevo señor estaba a punto de llegar, el joven aprovecho el momento para pedirle que le recomendara para la herencia, podría pagar en función del precio del trigo. Annet sin embargo apremio a su padre que le había prometido pagar el impuesto a condición de que se casaran, comprometiéndose él al pago del impuesto. A Gwenda se le escapo todas las posibilidades de hacerle suyo, y su desazón se incremento al ver al nuevo señor, no era otro que Ralph Fitzgerald.
La primera audiencia tuvo lugar de domingo, el joven estaba expectante y escucho anunciar a Nathan: “ A Wulfric no se le permitirá heredar las tierras de su padre por tener sólo dieciséis años”. Se le vino el mundo encima, Annet se iba con su padre sin hacerle caso, la abordo y le reitero su intención de casarse igualmente, trabajaría de jornalero, pero ella le dejo bien claro que no se casaría con él si no tenía las tierras.
A las dos semanas Annet se casaba con Billy Howard, el hijo del mayor propietario de tierras de la aldea. Todo el pueblo acudió a la boda excepto Wulfric, que se refugio en el llanto en su casa dónde lo encontró Gwenda, consolándolo y acabando entregándole su cuerpo a él, que esta vez si lo acepto aunque en el momento final se acordó de la recién casada, circunstancia que a ella no le importo.

CAPITULO 28
Gwenda le comunico su intención de acudir al priorato a hablar con su hermano para ver si había alguna opción de recuperar la herencia, sin embargo él opinaba si alguien la podía ayudar era su amiga Caris, por la amistad que tenía con el hermano del nuevo señor. Acudió a la casa amiga, en la que se encontró al abogado que defendería los intereses del monasterio con respecto a la cantera ante el tribunal real, pero al igual que su hermano ella no la podía ayudar al estar enfadada con su prometido. Se lleno de valor y acudió a la posada dónde se alojaba Ralph, dónde acabo haciendo con él el amor a condición de que le entregase las tierras a su amado, el solo prometió pensárselo.
Al domingo siguiente, Nathan acudió en busca de la pareja que hacían vida común aunque luego ella siguiera durmiendo en el establo, para que fuesen a la casa señorial. También acudió Perkin con su yerno, Ralph manifestó su voluntad de reconsiderar la decisión tomada, pero Nathan que no salía de su asombro negoció rápidamente con Perkin quién ofreció pagar el doble del tributo para quedarse con las tierras, oferta que el señor acepto rápidamente ante las quejas de la joven que le pedía explicaciones. Perkin le oferto al muchacho trabajar para él, a lo que se negó sobre la marcha, jamás trabajaría por un jornal las tierras de sus antepasados.

CAPITULO 29
Godwyn, Edmund y Caris se encontraban incómodos en Londres y a la vez impresionados por todo el entorno del palacio de Westminster, estaban allí para mantener el juicio contra el conde ante el tribunal real, el abogado Gregory Longfellow era el encargado de su defensa ante el juez, al que conocía y sabia que ante todo defendería los intereses del rey. Celebrado el juicio el veredicto fue a favor del monasterio y de la ciudad, el puente era necesario para mantener la actividad comercial de la ciudad y sin esta no había impuestos que pagar, por lo que el rey no recibiría los tributos necesarios para mantener sus gastos.
Era una gran victoria, pero igual llegaba tarde, el conde con su decisión había conseguido retrasar casi un año la construcción. A su llegada Merthin recibió a su amada a la que echo mucho de menos en aquellas ocho semanas, había poco tiempo para reiniciar las obras antes de que se echase el invierno encima. El joven ideó un plan, si el prior concedía indulgencias a los vecinos a cambio de que estos llevaran sus carros a la cantera para transportar las piedras, los pilares se podrían construir. La alegría era inmensa, pero Caris aun tenia más, estaba embarazada, Merthin enloquecía de felicidad, pero ella estaba tremendamente defraudada, no quería tener ningún hijo ni casarse; de nuevo chocaron en los planteamientos y se volvieron a enfadar.
Merthin junto con el prior y el mayordomo del gremio fueron casa por casa explicando la situación y solicitando ayuda, el pueblo respondió en su totalidad y el traslado se hizo de acuerdo con lo previsto, una vez más el maestro dio muestras de su inteligencia y durante el tiempo de paralización del trasporte los obreros trabajaron la piedra en la propia cantera, por lo que gran parte del trabajo ya estaba echo. El trabajo en el río consistió en sacar el agua de los pilares, lo que hicieron con baldes y trabajando en equipo, al final los seis metros de cada pilar estaba libre sin agua para ser cubierto.
En la casa de la aldea la desolación era total, el muchacho no trabajaba y estaba totalmente deprimido, ella le comunicó que estaba embarazada y él reacciono de forma muy positiva, alegrándose y manifestando su voluntad de casarse y ponerse a trabajar para mantener a su familia.
Merthin antes de las navidades se traslado a la casa que había construido en la isla, mientras que Caris acudió a Mettie en busca de ayuda para perder el hijo que esperaba. Esta le dio un bebedizo que pronto hizo efecto, acudió al hospital dónde las monjas la atendieron y cuando se despertó ya no estaba embarazada.

CUARTA PARTE: JUNIO DE 1338 A MAYO DE 1339.

CAPITULO 30
En junio de 1338 la feria del vellón fue una auténtica catástrofe para Kingsbrid en general y para Edmund Wooler en particular, su hija se dio cuenta a la mitad de la feria de que su padre estaba arruinado, a pesar de las medidas tomadas para suplir la ausencia del puente, estas no funcionaron todo lo bien que se deseaba y la afluencia fue tremendamente menor de lo esperado.
Un día de la feria padre e hija fueron a ver las obras del nuevo puente con un comerciante de Londres, allí encontraron al joven maestro, la pareja no había llegado a hacer las paces, él sabia que ella ya no estaba embarazada y le propuso volver pero ella lo rechazo. El comerciante elogio al maestro y a la construcción, que tenía a casi todos los obreros trabajando a la vista para que los visitantes vieran que la obra iba a buen ritmo. Caris le explico la situación económica de su padre y le comunico que probablemente a corto plazo se paralizarían las obras por falta de dinero.
Se dio cuenta que su padre estaba perdiendo la memoria y ella no lo había detectado, quizá por eso invirtió todo su dinero en una lana, que les costaba vender a menos del precio de coste. En la feria vio a su amiga con su marido en el puesto de venta de huevos de Perkin para el que trabajaban, ella estaba embarazada de ocho meses, Edmund no la había reconocido. Deambuló por el mercado viendo puestos y valorando vender la lana como paño, sin embargo la llegada de Ralph la distrajo, este miro a Annet y a Gwenda y su esposo ufano, dándole ganas de decirle a este la relación que había mantenido con su esposa, pero su dignidad no se lo permitió.

CAPITULO 31
Escucho un grito de dolor y reconoció la voz de su amiga, esta había roto aguas en el puesto, el parto se había adelantado por lo que mando llevarla al hospital, Wulfric la llevo en brazos y allí la anciana Julie le ayudo a traer a su primer hijo a la vida, pero el parto se complico y no dejaba de sangrar. Avisaron a la madre Cecilia que fue a ver a un médico, que le dio un liquido, Caris estaba indignada el medico ni se digno ir a verla, ya que en su calidad de sacerdote no podía ver las partes pudientes de una mujer.
Al ver que se desangraba corrió a casa de Mattie Wise y juntas volvieron al hospital, la curandera le dio masajes en el estomago para que el útero se contrajese y la joven dejo de sangrar. Luego valoraron el parecido del niño, observando el asombroso parecido con Merthin, pero ante la mirada de su amiga no lo hizo público, el hijo no era Wulfric, ni de Merthin debía de ser de Ralph. Llevaría el nombre de Samuel, en homenaje al padre del agricultor.

CAPITULO 32
Godwyn reflexionaba sobre su año de mandato en el que la separación entre monjas y monjes era la nota principal, después acompañado por su fiel Philemon le manifestó al tesorero Simeón su idea de construir una nueva casa para el prior, estaba seguro de ser el único en vivir en una casa de aquellas características.
Era imposible, no había dinero, el derrumbe del puente había sido una ruina y las malas cosechas obligaron a que los siervos pagaran menos de lo previsto. Philemon propuso crear la figura de un inspector que asegurase que los administradores realizasen bien su labor, le nombro a él para el cargo, pero como aún con ello no solucionaba el problema económico decidió ir como siempre a pedírselo a las monjas.
Se lo sugirió diciendo que sería conveniente construir dos nuevas casas, una para cada prior, pero majestuosas de acorde con la categoría de las visitas que podrían recibir. Esta le llevo a su campo, le saco sus verdaderas intenciones, y le explico que por los cambios realizados por él durante tres años no sería posible, antes tendría que construir las celdas para las monjas, la biblioteca, comprar libros y cubrir los pasillos de desplazamiento al no poder compartir las de los monjes.
Estaba enfadadísimo y lleno de odio, pero su lugarteniente acudió en su ayuda y le recordó la vieja costumbre de pagar una multa por usar los molinos y las conejeras en las casas, en lugar de pagar por usar la del monasterio. Le sugirió que anunciase desde el púlpito la vuelta a aquella costumbre.

CAPITULO 33
Caris planteo a su padre una alternativa para salvar la fortuna familiar y el puente de Merthin, en lugar de vender la lana virgen, la cardarían, hilarían y tejerían, pero además abatanaría el paño y lo teñirían. Su padre le dio un saco para que comenzara con las pruebas.
Al poco tiempo vio como Mark Webber, un pobre hombre destrozaba su propio molino obedeciendo la orden dadas por el prior, que reestablecía la vieja normativa que obligaba a usar el del priorato y pagar por él, lo que la indigno sobremanera. Hablaron sobre el nuevo negocio, ya que a él le confió la labor de tejedor, lo hecho era insignificante y debería encontrar más mano de obra para realizar su proyecto, de vuelta comento la nueva orden y discutió con su tía que defendía la decisión tomada.
La llegada de la feria del vellón en Shiring supuso un nuevo revés para la familia, las ventas fueron mucho menos de lo previsto y jamás vio a su padre tan hundido. Dando una vuelta por el mercado observo que el único comerciante que vendía todo era la familia italiana Loro, lo interrogó y supo que el tinte utilizado era “rubia” que lo fijaban con “alumbre” procedente de Turquía y que el azul se conseguía del uso del “índigo” procedente de Bengala.
En casa del teñidor Peter Dyer le dio ordenes sobre la nueva forma de teñir, pero el maestro no conocía el alumbre y además no sabía utilizarlo. Enfadada se fue a ver a Mattie Wise, que si lo conocía y lo usaba en algunas formulas, ella lo comprobaba en Melcombe. Allí se fue y compro rubia y alumbre sin saber si el precio era el correcto o no, y de inmediato comenzó en su casa a hacer las pruebas en los paños, sabía que aquél no sería su destino final, pero tenía claro que no lo abandonaría hasta triunfar en él. En las pruebas tuvo que discutir con su hermana Alice, que le achaco el dilapidar la fortuna de su padre, cuando este estaba teniendo síntomas de senilidad. Al final dio con la formula adecuada y se la dio a Peter Dyer para que la aplicase, con las prendas terminadas acudió a la feria de San Gil dónde vendió toda la producción a un comerciante de Londres, que le prometió adquirir todo lo que produjese.
De vuelta convenció a su padre para transformar toda la lana almacenada, para lo que acudió a Mark Webber y a su mujer Madge para que buscaran tejedores por las aldeas. Su tía y hermana le volvieron a recriminar el proyecto, pero lo peor fue la negativa de Peter, el priorato había prohibido todos los batanes, excepto el del priorato, que era lento al tener la maquinaria muy vieja, aquello no era justo y estaba dispuesta a decírselo a su primo. Su padre le explicó que el batán fue construido por Jack Builder y concedido el uso al pueblo en perpetuidad por el prior Philip. El prior no solo no se mostró receptivo con ellos, sino que les echo en cara que no le pagaran los estudios y manifestó su voluntad de mantener la orden, ella le amenazo con ir al tribunal del rey al conocer la voluntad del antiguo prior, y aquél les animó a que allí fueran.

CAPITULO 34
Ralph y su fiel Alan estaban de cacería, intentando dar muerte a una cierva, lo hombres como ellos solo vivían para la guerra, tenían que mantenerse en forma, no perder el manejo del caballo y tal vez lo más importante la sed de sangre; la caza era la solución. Había herido a la cierva y al perseguirla su fiel caballo Griff pisoteo a uno de los mastines causándole la muerte y la vuelta por los aires de su amo, lo que le indigno.
Hicieron un receso para el descanso cuando oyeron voces procedentes del río, eran las mujeres de la aldea que estaban lavando la ropa, allí estaba Gwenda con su criatura, la mujer de Perkin y su hija Anet, la cual al no acabar su trabajo fue obligada por su madre a quedarse a concluirla. Aprovecharon el momento, le cortaron la salida y Ralph la violo sin escuchar sus súplicas, estaba casada y no había virtud que mancillar.

CAPITULO 35
Al retrasarse Peg envío a Gwenda, que hacía labores de ayuda en casa en su búsqueda, en el camino vio a los violadores dirigirse a la aldea, dando con ella rápidamente. Aunque no quiso decir nada, ante el interrogatorio de su madre confeso la verdad, aquello motivaría la ira de los hombres. Gwenda detecto el peligro y fue a la casa señorial mintiendo al señor diciéndole que había venido un emisario del conde y debería irse a allí de inmediato. En la casa Perkin intento suavizar la situación por miedo a las represalias, pero su marido Billy primero y luego Wulfric manifestaron su sed de venganza. Este se fue en búsqueda de Ralph, que en ese momento espoleaba a su caballo, al intentar lanzarse sobre él su mujer le zancadillo, cayendo sin que sin tan siquiera Ralph lo hubiese visto, él le manifestó que jamás se lo perdonaría.
En Earlscastle les dijeron que el conde no les había llamado, Alan le explico que había visto entrar en la casa al irse a Wulfric probablemente con idea de hacerle frente y dedujeron el engaño. Al segundo día el Conde lo llamo para comunicarle que el sacerdote de Wigleigh estaba allí para denunciar una violación, él manifestó que no lo había sido al consentirlo ella, pero quedo sin argumentos cuando le comunicaron la presencia de ella allí. Ronald le hizo ver que su nuera ya le advirtió de lo peligroso que podría ser, y le reconoció que no le ascendió cuando le salvo la vida por aquellos consejos, pero no quería problemas ni con los campesinos ni para uno de sus hombres, por lo que mando decir al sacerdote que el incidente fue en tierras de Lord William.
Todos los aldeanos se reunieron en la iglesia para debatir la situación, Wulfric llevo la voz cantante, manifestando su voluntad de acudir al Lord, el sacerdote lo apoyo y el matrimonio accedió a pesar de la negativa de Perkin, Gwenda cargo contra su esposo, que defendía a la de otro y no solo no le hablaba a la suya, sino que la rechazaba, al final ella se ofreció a ayudarle en el asunto.

CAPITULO 36
Los dos matrimonios y el sacerdote acudieron a la casa del Lord en Casterhm para explicarle lo sucedido, sin embargo hasta la noche eso no era posible, momento en el que Gwenda aprovecho para intentar dar un mensaje a lady Philippa. La encontró por casualidad en las cocinas y le recordó primero el episodio de Ralph y Wulfric en el mercado hacía muchos años y luego los hechos acaecidos, para pedirle que intercediera para que no le ocurriera más a ninguna otra mujer.
Al día siguiente William le mando a Annet hacer una acusación oficial para que se realizase un juicio, necesitaría dos avalistas, uno sería el sacerdote de la aldea y otro él mismo. En el caso de salir culpable para los violadores solo había la horca.
La noche anterior el matrimonio se reconcilio haciendo el amor entre toda la gente que los rodeaba, llevando ella la iniciativa, sin importarles nada el entorno.

CAPITULO 37
Caris se encontraba más segura la segunda vez que acudía al tribunal del rey aunque el abogado del prior era el victorioso Gregory Longfellow, el prior no se arrepentía de nada y eso le indignaba. El juicio comenzó muy bien al mostrar su abogado copia del testamento del prior Philip, pero el contrario utilizo la artimaña de que Kingsbridge no era un municipio foral, y por tanto los siervos no podían acudir al tribunal real, al no haber concesiones, no poder entrar libremente el sheriff real y alegar exención los ciudadanos para no formar parte de los jurados reales. Al ser la demanda denegada, padre e hija se interesaron en como poder solucionarlo, la única alternativa era pedir la consideración de municipio con una cédula real en la que se reconociesen derechos y libertades, pero solo se conseguiría apelando al rey. Eso haría aunque el prior se indignase y lo intentara impedir.
A llegar fue a buscar a Merthin a casa de sus padres, a pesar de que hacía un año que habían puesto fin a su relación, justo cuando Ralph tenía que escuchar las lamentaciones de su madre, la vergüenza de su padre y la incredulidad de su hermano. Aquél justifico su comportamiento y se escudo en que nunca lo condenarían. Le explico el resultado del juicio y lo que ello significaba: no habría ingresos para la construcción del puente; él la ánimo a construir un batán fuera del priorato, en Wigleigh. Pediría permiso a su hermano, la construcción se podría realizar en relativo poco tiempo.
Merthin jugaba a las tablas reales con Elizabeth Clerk, a la que visitaba con asiduidad desde la ruptura de relaciones con Caris, en casa de ella, cuando fueron interrumpidos para que acudiera con urgencia a la junta de la cofradía gremial. Se estaba celebrando una junta y en ella estaba presente el prior, que manifestó su voluntad de despedirle de maestro constructor del puente, no había cumplido los tiempos y había excedido el presupuesto. Estaba claro que era en desagravio por la construcción del batán y así se lo hicieron ver él y Edmund, pero la decisión final era suya y esta era irrevocable, la mayor parte del puente esta acabada y ahora no lo podría terminar. Solo se derrumbo en su casa, fue más listo que el prior, pero este fue más implacable.

CAPITULO 38
Ralph permaneció en vela la noche anterior a su juicio, había visto morir a muchos hombres en la horca. Había planeado que Annet no volviera a testificar, encarcelándola en el pueblo, pero ella quizá lo intuyo y se había ido con anterioridad. En el desayuno manifestó su miedo a su hermano, y este le hizo ver que únicamente un soborno a la campesina le salvaría, ofreciéndole para ello el dinero que tenía ahorrado. Al ser Wulfric el auténtico problema, se fueron a hablar con él, Merthin consiguió que al menos trasladara la oferta, pero al poco tiempo les contesto que no era aceptada y no admitió más dialogo.
Cuando el juicio iba a comenzar para su sorpresa el secretario del conde, el padre Jerome, le comunico que afuera estaban sus caballos listos para huir. Cuando lo declararon culpable cogió su espada y huyo junto a su fiel Alan hacia la puerta cogiendo a todos de improvisto, Wulfric fue el único que le hizo frente y aunque no lo mato si le hizo un corte en la mejilla izquierda de la sien a la mandíbula, el portavoz del tribunal fue tras él pero también le hirió, el resto no reacciono. Afuera en efecto un mozo estaba con los caballos, le seguirían pero contaba con una ligera ventaja, en el bosque no lo localizarían aunque no sabía que hacer después.

CAPITULO 39
Merthin comentaba a Elizabeth lo listo que había sido el conde planeando la huída y no tener que hacer nada que pusiese en duda su situación; estaba claro que merecía el castigo, pero a pesar de ello no lo deseaba y si lo mejor para su hermano. La joven era inteligente y compasiva y estaba a gusto compartiendo las tardes de los domingos con ella. Hablaron de la nueva casa que estaba construyendo para uno de los cerveceros y la animo a ir a conocerla, en realidad se parecía más a un palacio y quedo maravillada; aprovecho la soledad para besarle y ofrecerle su cuerpo, pero él la rechazo y aunque se quiso disculpar ella no le dejo y culpo a Caris de endemoniarle y de no dejar que se casara con nadie.
El maestro fue a ver a Edmund y a hacerle ver la necesidad que pusieran en los pilares del puente las piedras previstas por él, ya que sino le pasaría lo mismo que al anterior, quería recordárselo por qué él se iba de la ciudad. En ese momento llego Caris a buscar a su padre y este le dio la noticia, ella quedo turbada por la noticia, él se regodeo y le hizo ver que ya nada le retenía en ella, se iba a Florencia dónde esperaba ser recomendado por Buenaventura Caroli y quería que ella administrara sus propiedades. Ella le recrimino la huída y él le hizo ver que le gustaría casarse y que la que deseaba no quería tener marido. Caris no quería que se fuese y ante la petición de boda por parte de él, ella accedió ante los vítores de todos los presentes.

CAPITULO 40
Ralph y Alan no levantaban cabeza, robaban a los indefensos, iban de un lado para otro y echaban en menos aquello que con anterioridad detestaban; tenían claro que debían organizarse y decidió asentarse en una cabaña de pastores en una sierra cercana al priorato que descubrió con su hermano en sus tiempos mozos, allí no había peligro y podía organizar los saqueos a los visitantes del priorato. En uno de sus ataques a una familia de campesinos, dieron muerte al hombre, la mujer y al hijo, pero la hija se escapo no sin antes herir en la cabeza a Alan. Cuando se disponían a recoger todo lo robado, una cuadrilla de proscritos los rodearon y les robaban lo que ellos con tanto esfuerzo habían conseguido. El que los mandaba mando parar y se identificaron, era Tam Hiding el famoso proscrito que asentaba golpes continuamente, él también sabía que Ralph estaba huido, estaba claro que tenían mucho de que hablar.
En la ciudad Edmund convoco a la cofradía para buscar una solución a los continuos saqueos de los proscritos, y delego en su hija la dirección de la reunión, él estaba ya vieja y cansado, esta lo único que deseaba es que viera su boda prevista para dentro de un mes, el domingo siguiente a la feria del vellón. En la reunión le recriminaron que los robos era cosa del hermano de su prometido, ella era consciente de ello, pero también de la ruina a la que estaban abocados de seguir los robos. Nadie vendría a la feria y tanto el conde como lord William se negaban a ayudarles, ante ello les presento al hermano Thomas cuya experiencia de soldado les podía ser muy útil, este les aconsejo formar una milicia, los proscritos debían de ser un número importante.
Thomas fue a visitar a su casa a Merthin, al que encontró dibujando nuevos proyectos, pidiéndole que le ayudara a capturar a su hermano ya que podía saber dónde se escondía. Se lo dijo pero antes le hizo jurar que lo capturarían vivo.
Ralph y Tam hicieron una buena sociedad, y en apenas dos horas de trabajo conseguían lo suficiente para sobrevivir toda una semana, cazar y beber de noche eran el resto de su entretenimiento, solo les faltaban mujeres, pero aquél día se resarcieron con un par de hermanas. Ya en el campamento se sorprendió de ver a un hombre, era un monje, Thomas, que se le acercaba a darle la mano, luego vio salir uno tras otro a un montón de hombres más que estaban escondidos en las cabañas, estaba claro que era una emboscada. Cuando quiso reaccionar el monje lo tiro al suelo y lo inmovilizo al tiempo que una nube de flechas acababa con los proscritos que no lograron huir, le había salvado la vida, pero solo porque se lo pidió su hermano como así le hizo ver.
Fue llevado a la prisión del priorato, sito en el sótano de la sede del gremio, junto a él esta Alan que herido no pudo huir como Tam Hiding, solo esperaban la llegada del sheriff que los llevaría a Shiring, dónde los ahorcarían a su llegada. Su familia fue a despedirse de él, no querían ir a ver como lo colgaban, interrogo a su hermano que confeso que le había dicho al monje el escondite, llamándole traidor a la vez que le reprochaba que hubiese mandado que no le matasen. El sheriff llego en su búsqueda, pero los hombres que lo acompañaban eran los del conde Roland, y él mismo estaba con ellos; venía con un mandato real, todos los prisioneros eran libres a condición de unirse a él para luchar con el rey en Francia, salto de contento mientras veía llorar a su hermano, no sabía si las lagrimas eran de alegría o frustración, pero no tenía tiempo para averiguarlo.

CAPITULO 41
Godwyn recibió la visita del abogado Gregory que venía a comunicarle que con casi toda la seguridad el rey concedería el fuero municipal a la ciudad, y esta ya no estaría gobernada por el prior, además de ir a cobrar sus honorarios. Se basaba en que la cofradía había asegurado que la ciudad sería más prospera siendo independiente, lo que reportaría mayores tributos al rey, que los necesitaba para sus luchas en Francia. Le aconsejo que buscara soluciones en la cofradía gremial ya que con el rey lo tendrían muy difícil, el prior llamo bruja a su prima y esto le basto al abogado para animarle a que la denunciase por brujería, a la vez que le mandaba delegar en alguien. Como no podía ser de otra forma delego en Philemon.
Caris observaba la entrada de la gente en la ciudad y el nuevo sistema de pontazgo ideado por su prometido que funcionaba a la perfección y no causaba ninguna cola, estaba feliz. Fue a la catedral a encontrarse con su amado cuando ya había dentro una gran muchedumbre, él observa las reparaciones realizadas hacía dos años con la seguridad de que algo no esta bien y que volvería a derruirse, los monjes y las monjas penetraron en el recinto y al frente iba Elizabeth, que con su mirada les manifestó su rencor al verles juntos. Al acabar los actos, Philemon le pidió permiso para hablarle, interrogándola sobre los métodos de Mattie Wise y le insinuó que era una bruja, ella la defendió de tal acusación. Aquel interrogatorio no tenía lógica e inquieto a Merthin.
El paño color escarlata de Caris no era de la calidad del que vendía Loro Florentino y por eso lo vendía una décima parte más barato, pero era sin duda el mejor elaborado en Inglaterra y su negocio junto a sus socios Mark y Magde iba viento en popa. Dio una vuelta por el mercado, fue a ver a sus amigos aldeanos y luego fue a ver al puesto de su padre, que estaba feliz, lo estaba vendiendo todo. Estando con él le dio un ataque y se desplomo, mando llevarlo al hospital donde la madre Cecilia le dio los primeros auxilios y mando avisar a un medico que probablemente le hiciera un sangrado. Ella fue rápido a buscar a su amiga Mattie, pero se encontró la casa vacía y sin ninguno de sus bienes, estaba claro que se había marchado y se imaginaba el porqué. Desolada por la ausencia de su amiga, y pensando en su espíritu práctico tuvo claro que ella sería la sanadora de la ciudad, sería la sustituta de su amiga mientras volvía al hospital temiendo ya lo peor, pero allí se encontró con su padre repuesto.
Merthin fue en su búsqueda, estaba preocupado le habían preguntado que decisión iba a tomar en la elección del mayordomo; Elfric aprovechando el ataque a Edmund había convencido a la gente de que era muy mayor y de la necesidad de un cambio, rápidamente fueron a ver a su padre que reconoció la necesidad de nombrar un nuevo mayordomo y les indico que el más adecuado sería Dick Brewer, el cervecero. Pero este no solo renunció al jubilarse próximamente sino que hizo ver a Caris que ella era la única alternativa y la convenció para presentarse al cargo, aceptando ella.
Godwyn invito a Elfric a cenar con él el viernes de feria y le manifestó su apoyo para salir elegido mayordomo, si él ha cambio declaraba que su cuñada invocaba al diablo. No solo sería elegido sino que además se quedaría con toda la fortuna de los Wooler, gran parte de ella amasada por su cuñada. El maestro acepto la propuesta.

CAPITULO 42
De sábado Caris se dirigió a la catedral a un juicio por herejía sin saber a quién, ella iba a defender a Mattie o a cualquiera por algo que no entendía que molestara tanto a los monjes. Esperaba la entrada del tribunal junto a su amado con el que contraería matrimonio el día siguiente. Entraron los monjes, las monjas, el obispo Richard y el arcediano Lloyd, el prior tomo la palabra y anunció que se habían reunido para demostrar la acusación de herejía de Caris, la hija de Edmund Wooler, Merthin grito desesperado y ella miro a la multitud, entre las que estaba su tía Petranilla que avergonzada bajo la vista, todo el mundo estaba sorprendido.
Philemon fue el acusador oficial e hizo declarar a la hermana Elizabeth Clerk y luego a su cuñado el prestigioso constructor y ambos mintiendo conscientemente reconocieron las acusaciones motivo de herejía. Le dieron la palabra para defenderse, fue rebatiendo cada una de las acusaciones consiguiendo que el obispo le diera la razón y dando por cerrado el caso salvo que alguien quisiera intervenir. Fray Murdo tomo la palabra sintiéndose importante como siempre y propuso que ya la acusación y la defensa había sido muy rotundas, proponía una solución intermedia, que comprobasen si la mujer tenía la marca del diablo, prueba que proponía siempre en este tipo de juicios. Caris creyó que se le paraba el corazón, el obispo acepto y ordeno que la madre Cecilia hiciera la correspondiente comprobación , cuando estaban a solas reconoció tener una marca, la madre ya lo sabía de cuando había tenido el aborto y le propuso una solución para que no fuera condenada a muerte.
La aflicción embargada a Merthin, su amada sería condenada a muerte y él no podía hacer nada por evitarlo, el prior sabía que su prima no era ninguna bruja pero a pesar de todo estaba dispuesto a verla morir, y pensó en matarle si ella moría. La priora entro en la sala y dirigiéndose al obispo dijo que Caris había confesado sus pecados, que había recibido la absolución del padre Joffroi de St. Mark y que deseaba ingresar como novicia en el priorato, aceptándolo ella como priora. Godwyn y Philemon montaban en cólera ante el divertimiento del obispo y la perplejidad de los acusadores, al final el obispo la condeno a muerte, pero la sentencia quedaba suspendida mientras fuera monja. Merthin estaba aturdido, quiso verla, pero la anciana Julie le manifestó que ella no deseaba verle, fue en su búsqueda desesperado, no la encontró y la priora le dijo lo mismo, ella no tenía intención de verle. Desolado fue a casa de los Webber y Madge se ofreció para ir al convento; allí se entrevisto con ella, era verdad no lo quería ver puesto que se le rompería el corazón, estaba convencida que los monjes la matarían si salía del convento y no quería vivir el resto de su vida como unos fugitivos fuera de su entorno natural, estaba decidida a ser una buena monja; él agradeció al matrimonio su amistad y les comunico que se iba a Florencia.

QUINTA PARTE: DE MARZO DE 1346 A DICIEMBRE DE 1348

CAPITULO 43
La hermana Caris se encargaba del hospital tras pactar con la priora, pero en los siete años que llevaba en el monasterio aún no había logrado la virtud de la paciencia, y no vacilaba en mantener discusiones por lo que creía incorrecto. Le llamo la atención a un hombre por no orinar en las letrinas, era un peregrino venido para rendir culto a las reliquias de san Adolfo y ella le invito a pasar la noche en el hospital. Al poco entró un hombre con una niña de ocho años con una tremenda quemadura en el brazo, aunque el padre Joseph le mando poner una cataplasma con excrementos de cabra entre otros, ella no le obedeció, sino que hizo lo que creyó más conveniente. Había cogido la costumbre de apuntar todo en una libreta, lo mejor para aplicar según los síntomas de cada enfermedad, el historial de cada enfermo y otras notas complementarias.
La hermana Mair que tenía una gran relación con ella, se le insinuó y la beso en la boca, ella no daba crédito pero la suavidad de sus labios, muy diferentes a los de su Merthin que se había convertido en el maestro constructor más rico de Florencia, le sorprendió muy agradablemente. En ello estaban cuando oyeron un golpe seco, provenía de la biblioteca, allí fueron y vieron abierto el armario en el que se guardaba el tesoro y también diviso una figura siniestra, que en seguida reconoció como la del que se había identificado como peregrino, que resulto ser un vil ladrón. Mando a Mair avisar a los monjes y ella se enfrento a él, primero derribándolo y luego arañándole la cara, su compañera ya en presencia de los monjes le golpeo la cabeza con un crucifijo.

CAPITULO 44
El prior como presidente del tribunal eclesiástico juzgo al ladrón y condenó a ser desollado en vida, como era la regla para los ladrones de iglesias. El día del desollamiento debía realizarse la reunión semanal de los priores, y en ella tenía que convencerla de construir una nueva sala para el tesoro, que debía de costearse entre las dos partes, él a pesar de actuar con mano de hierro no conseguía enderezar las arcas del priorato. Philemon le hizo ver que sería bueno que el nuevo local fuera conjunto, al ser beneficioso para ellos; también le comento un pequeño problema con la propiedad de unas tierras en un poblado de su dependencia, la hermana Elizabeth había intercedido ante él para que se le diesen a unos parientes suyos, ella era la matricularius y supervisaba todas las obras, les sería de gran ayuda y además le había hecho ver que no era bueno que se enterara la priora, sería una aliada muy valiosa. Antes de la reunión su madre fue a verle, le insistía una vez más de la necesidad de construir un palacio para que lo visitasen los condes, era prior desde hacía nueve años y no ascendería sino mostraba signos de grandeza.
Cecilia le comunico la importantísima donación de una pía mujer, y ambos estuvieron de acuerdo en la conveniencia de hacer una nueva sala del tesoro, proponiéndole ella que fuese en la catedral, justo lo que él deseaba al ser su territorio, acordando construirla de inmediato. El desollamiento fue público y realizado por el verdugo con tanta crueldad que a muchos de los presentes les dieron arcadas; al acabar su labor la multitud lo jaleó.
Caris no se sentía cómoda compartiendo la nueva sala del tesoro con los monjes y acoso tanto a Berh la tesorera que fueron a inspeccionar el lugar. Al hacerlo aparecieron el prior y el suprior y ella se les enfrento en defensa de sus derechos, asegurándose de saber lo que habría en cada sitio y de poder tener ellas acceso a todo en todo momento. Al salir vio con espanto como colocaban la piel seca del falso peregrino en la puerta como señal de advertencia a futuros ladrones. Philemon le mostró al prior el cuantioso donativo que se guardaba en un cofre independiente, y que la tesorera nunca abría, él había manipulado el cierre y lo podía abrir tantas veces quisiera. Busco a Elfric y le indico el lugar dónde quería levantar su nuevo palacio, aquello le traería grandes disgustos con las monjas, pero estaba dispuesto a arriesgarse, cogió dinero del cofre y se lo entrego como anticipo para comenzar de forma inmediata la construcción.
Tres días más tarde Elizabeth comunico a Godwyn que la tesorera convencida por Caris iban a realizar un recuento del dinero del donativo ese mismo día; acudió a casa del constructor a que le devolviera el anticipo, pero lo hizo en monedas distintas a las entregadas, Philemon las metió dentro y disimulo con otras cosas cuando llegaron las hermanas, ellas contaron las monedas, observaron que había algunas diferentes y aunque Caris quiso investigar el motivo, la tesorera lo dio por bueno.

CAPITULO 45
Caris pensaba en Mair, y como la había besado, le tenía mucho cariño, pero no estaba dispuesta a que aquello continuara. La feria del vellón se había recuperado gracias sobre todo al nuevo negocio iniciado por ella. Estaba con mucho trabajo en su calidad de hospedera cuando recibió la visita de Buenaventura Caroli, que ante sus preguntas le dijo que Merthin se había casado hacía dos años con una joven adinerada seis años más joven que él y que tenía una niña de dos años; recibió el mazazo como mejor pudo y al comenzar a sollozar Mair acudió rápidamente en su consuelo.
En la feria una extraña enfermedad fue contraída por una gran parte de la población, comenzaba con cólicos estomacales, daba paso casi inmediatamente paso a vómitos y diarreas y duraba unos dos días. Ella no daba con la solución para evitarlo, pero conversando con su amigo italiano, llego a la conclusión que solo la frenaría si los enfermos no tenían contacto con los sanos. Una idea le ardía en la cabeza, igual no era conveniente ampliar el hospital, lo correcto era construir uno nuevo y poder tener a los enfermos separados, se lo propuso a la priora y esta accedió, al igual que a pedir presupuesto a otro maestro constructor que no fuera Elfric, que estaba muy ocupado en la construcción del nuevo e impresionante palacio del prior.
Le comunicaron la decisión al prior que estaba con el arcediano Lloyd, se lo notificaban por cortesía aunque él no lo había hecho con su palacio, pero se negó rotundamente y Caris lo asedió hasta que reconoció que ya había invertido más de la mitad del donativo en su obra. Pidieron su paralización al arcediano, pero este no quiso actuar, el caso le sobrepasaba y la decisión era del obispo Richard, y este se encontraba luchando con el rey en Francia y nadie sabía cuando sería su regreso. Caris decidió que debería ir en busca de su obispo para recuperar lo que era de ellas.

CAPITULO 46
El 13 de julio de 1346 Caris y Mair llegaron a Portsmouth dos días después de que el rey Eduardo III partiera con toda su escuadra hacia Francia, y con él el obispo Richard. Las monjas decidieron seguir al ejército, querían recuperar el dinero que les habían robado. Tuvieron que estar varios días en un convento de la ciudad ya que no había ningún barco disponible, al haber sido utilizados por el rey, luego consiguieron alquilar uno que las llevo hasta el puerto de Caen, con sus dos caballos, pero no sabían por dónde seguir al ejército, nadie conocía los planes del rey. Lo que veían era espeluznante, estaba todo arrasado, por dónde habían pasado los ingleses quedaba solo la desolación. En su búsqueda fueron atacadas por dos hombres en un bosque, pero la imaginación de Caris basto para librarse de ellos. Iban en busca del Hospital des Soeurs, y hacía allí les guió una anciana, pero al llegar la imagen fue dantesca con todo destruido, ardiendo y monjas vilmente asesinadas, volvieron al lugar en el que habían visto a la anciana, que les dio cobijo y allí cambiaron su indumentaria de monjas por ropa de jóvenes muchachos, aquello les permitiría seguir camino con más tranquilidad.

CAPITULO 47
El 22 de agosto el ejército inglés estaba huyendo por primera vez desde el desembarco triunfal en Normandía, Ralph formaba parte del mismo, estaba identificado con un rey que amaba batallar, cada soldado podía matar a destajo y apropiarse de todo lo que viera. A la llegada al río Sena, el rey Felipe VI de Francia en persona les estaba esperando, y ahora eran los contrarios los que llevaban la iniciativa, Ralph –que seguía sin ser nombrado caballero- recibió la orden de acudir a una aldea a conocer por dónde podrían pasar el estuario del Somme por su régimen de mareas. Amenazando con matar a una joven consiguió que los lugareños le dijeran dónde esta el paso, se trataba de la aldea de La Blanchetaque..
Los franceses una vez más los estaban esperando junto a los mercenarios italianos que con sus ballestas y debidamente protegidos constituían la primera línea, el ataque produjo enormes pérdidas en las filas inglesas. A pesar de resultar increíble habían escapado de la trampa francesa.

CAPITULO 48
Llegaron a las proximidades de Abbeville justo cuando el ejército inglés se había ido, todas las gentes eran francesas o aliados de los mismos, y todos a la caza de las huestes del rey Eduardo: Viendo realizar una cura al médico Martín Chirurgien Caris entablo conversación con él haciéndose pasar por hija de un cirujano y le presto ayuda a su petición, eso les valió el reconocimiento, comida y cobijo para la noche. Allí vieron a los cuatros reyes que luchaban contra su país, el de Francia, el de Bohemia, el de Roma y el de Mallorca. Martín servia para Carlos III, conde de Alençon y hermano del rey, el cual era el más contrario a los ingleses alegando su poca nobleza por todo lo que estaban haciendo. Para su indignación Mair bebió demasiado y se emborracho.
Tenía claro que debían de partir antes de que el ejército sin querían llegar primero, pero se encontraron con que toda la maquinaria de guerra se puso en pie casi cuando ellas, y al final tuvieron que ir juntos a ellos. Martín las acogió con su equipo, estaba indignado con su señor que había roto el orden y quería atacar sin el consenso de todos, el cirujano necesitaría su ayuda.

CAPITULO 49
Los ingleses estaban acampados en una colina y Ralph vio con pavor que ya estaban a sus pies, estaba en el flanco derecho con los hombres del conde Ronald dirigidos por el joven príncipe de Gales. La batalla fue tremenda consiguiendo parar a sus enemigos, mucho más numerosos a través de la técnica de defensa en cuña, Ralph lucho mano con mano junto a su conde, que cayo herido de muerte y al joven príncipe al que defendió con todas sus fuerzas para salvarle la vida, los hombres del conde de Arundel vinieron en su ayuda, y los franceses huyeron con su derrota. El joven príncipe le reconoció su ayuda, le pregunto quien era y le dijo que si lo concedía el rey al día siguiente sería sir Ralph, él estaba radiante de felicidad.

CAPITULO 50
Caris fue testigo desde el primer momento de la batalla y tanto ella como su compañera tenían total libertad de movimientos dada por el cirujano, no daban a vasto, de las primeras bajas de alto rango fue Carlos de Alençon. Su conocimiento y entendimiento del cuerpo humano estaba creciendo a pasos agigantados, allí se dio cuenta del porque de los amplios conocimientos de su amigo Matthew Barber. La carnicería continuo hasta caer la noche, la oscuridad era su oportunidad de intentar pasar al lado inglés y localizar al deseado obispo. Pasaron por multitud de cadáveres hasta llegar a las filas inglesas, allí se identificaron al darles el alto, y se lo dio nada menos que Lord William de Caster, que acaba de pasar a ser el conde de Shiring, su padre acababa de fallecer hacía unas horas, así como su hermano el obispo Richard. La desolación fue total al oír la noticia, pero aún así contó al nuevo conde el motivo de su presencia allí.
Este intercedió ante el rey, que la recibió y escucho con atención su historia, realmente era una mujer muy valiente, pero él no debía interferir en cuestiones internas de la iglesia, ya que sino tendría a todos los obispos todo el día a su puerta. Aún así hizo ver al rey que cuando nombrara nuevo obispo le recordara lo sucedido, el rey le dio su palabra. William aprovecho la reunión para hacer ver que ahora él era el nuevo conde, y que se debería nombrar un nuevo señor en Caster, el rey le dijo que iba a ser Ralph. Tanto ella como el conde se estremecieron, este le hizo ver que era un proscrito, y que no fiaba de él, el rey estaba dispuesto a darle una nueva oportunidad, aunque no lo nombraría si no estaba de acuerdo. Al final decidió que retrasaría la nominación dos o tres años, y que mientras tanto Ralph se casara con Matilda, su prima de apenas doce años, y que tenía varias aldeas cerca de Shiring, ella se opuso a la decisión y el nuevo conde la tuvo que sacar de la presencia del rey antes sus continuas quejas.

CAPITULO 51
La cosecha de 1347 no fue abundante en Wigleigh, Gwenda miraba a sus hijos Sam de ocho años y David de seis, cuando vio que su patrón Perkin volvían con todos los productos de vuelta sin vender, él no estaba dispuestos a pagarles, y al final ella negoció que solo trabajaría su marido a cambio de comida y dinero cuando pudiera; el matrimonio de vuelta a su casa –al antigua de los padres de su marido- discutieron y eso motivo aún la cólera de ella, que había visto a la hija del patrón coquetear una vez más con su marido, ante el consentimiento de este.
El domingo antes de navidad se convoco a los vecinos, uno de ellos que tenía cuatro hectáreas había fallecido y alguien las debía de coger. Perkin las quiso para sí, pero Gwenda hizo ver que no pagaba los jornales y que las quería para ellos. No podían pagar el tributo de traspaso, pero lo harían a cuenta, al final los vecinos convinieron al alguacil, que hizo ver que su señor odiaba al matrimonio, pero este hacía muchos años que no aparecía por allí.

CAPITULO 52
La muerte del conde en la batalla de Crécy trajo consigo cambios en el escalafón, por una lado William paso a ser conde, su primo Edgard Corourthose señor de Caster y Ralph Fitzgerald señor de Tench.. Este tomo posesión de su nueva propiedad dieciocho meses después, en enero de 1348. Tench. Hall era una casa señorial de piedra, y aunque necesitaba reformas él estaba orgulloso, había conseguido lo que se había propuesto, su padre estaría orgulloso. Para su molestia encontró al conde y su adorada lady Philippa en la casa, estaban allí para que conociera a Daniel, el alguacil que llevaba el control de la casa, aconsejarle que le mantuviese en el cargo, y para pedirle que aún no se casara con Matilda. Estaba claro que el nuevo conde lo quería intimidar quizá alentado por su mujer, pero él no estaba dispuesto a consentirlo, se casaría con su prima de solo catorce años. La reunión la interrumpió la visita de sus padres, que tenían la intención de vivir en su casa, circunstancia que les hizo ver era imposible. También apareció Perkin, venía a comentarle la decisión tomada por el alguacil sobre las tierras del difunto vecino, y al momento de pronunciar el nombre del nuevo propietario consiguió que pasasen a su poder.
Al poco llego Mair con la joven Tilly escoltados por Thomas, el monje que le había apresado hacía nueve años, Caris había vestido a la niña para parecer más joven, peo el efecto causado fue el contrario al esperado. Fijo la boda para dentro de cuatro semanas en la catedral y volvió a acallar a todos al decir que no era ninguna niña, tenía ya pechos y vello propio de una mujer como bien intuía y se iba a casar gustase o no, como bien había ordenado el rey.

CAPITULO 53
En la primavera de 1348 Merthin se despertó con la sensación de que acababa de tener una pesadilla que no podía recordar del todo, lo primero que recordó fue la enfermedad, que empezó con un sarpullido, luego le salieron unas manchas de color púrpura oscuro en el pecho que se extendieron por todo el cuerpo. No era el único que lo sufría, miles de italianos lo estaban padeciendo, era la ”moria grande” la gran peste. Vivía en Florencia, que no estaba gobernada por ningún príncipe ni conde, sino por una elite de familias de mercaderes, en un palacete de cuatro plantas construido por él. Acudió en busca de su mujer Silvia y de su hija de tres años Laura, aunque todos la llamaban Lolla, recordando que ambas habían contraído también la enfermedad, pero solo encontró a su hija, su mujer había fallecido.
Era una bella mujer, con la que se había casado cuatro años atrás y de la que siempre tuvo dudas de que la amase, ella era consciente de que él había dejado un amor en Inglaterra, aunque nunca se lo había dicho. La niñera le comunicó que estuvo enfermo dos semanas, y ante sus preguntas no sabía si el resto de la familia estaba viva. Se dirigió a casa de su suegro Alesandro Christi, su primer amigo y el que le hizo el primer encargo, era un rico mercader, pero al igual que su hija, tanto el matrimonio como su hermano habían muerto, solo lograron sobrevivir su sobrino y la esclava asiática Lena, con la que su suegro había tendido dos hijos. Lena le comunico que ahora todo era de él, eso la incluía a ella, Merthin le hizo ver que no la necesitaba pero que cuidaría de ella y de sus hijos, cuando crecieran serían ricos. Salio a la ciudad, todas las casas estaban cerradas a cal y canto, tanta desolación resultaba desconcertante, Florencia era la ciudad más importante del mundo cristiano. Decidió ver sus construcciones, primero una fuente, encargo del ayuntamiento, todo estaba parado y los materiales allí sin que nadie los robase; luego un palacete de un hermano de Buenaventura, pero también estaba parado; al final fue a ver su proyecto más importante, una iglesia para una congregación de frailes, pero se encontró con que todos habían fallecido; en diez años era la primera vez que no tenía un proyecto en marcha. Pensó en lo que le había mantenido con vida, era el recuerdo de Caris, y tomo una decisión, volvería a casa, lo único que le unía a Florencia era su hija, y con tres años no notaría el cambio, debía de dejar en regla toda la herencia de su suegro, y transferir su capital a Inglaterra, en ambos casos los Caroli le ayudarían, su única preocupación eran los 1600 kilómetros de cruzar Europa desde Florencia.

CAPITULO 54
Merthin salió de Florencia rumbo a Génova, de allí a Marsella, a Aviñón, residencia del Papa y la más fastuosa corte europea, a Paris, cruzo Normandía y Portsmouth para llegar a su destino de Kingsbridge, su hija disfruto durante el viaje con continuas novedades y él con ella, con la que estuvo más tiempo que el resto de sus días. No paraba de pensar que se encontraría a su llegada, su primera visión no podía ser más intranquila, el puente por él diseñado estaba agrietado, no le habían hecho caso a sus indicaciones, la isla de los leprosos seguía igual, aún era de su propiedad y Mark Webber velaba por sus intereses, y en su casa vivía su entonces aprendiz Jimmie. Se hospedo en la posada Bell, dónde fue muy bien recibido por Bessie Bell que le puso al día de la situación y a continuación se dirigió al monasterio a ver a su amada, allí observo la que dedujo era la nueva casa del prior, era un palacio magnífico, pero no le gustaba el diseño, sin duda era obra de Elfric.
Celebraban el capítulo y la priora Cecilia, dio muchas novedades, el nuevo obispo, Henri de Mons, había contestado con una carta sobre el robo que habían sufrido del prior, se desentendía del asunto al ser de tiempos del obispo Richard; por otro lado Elizabeth pasaría a ser la nueva tesorera, Caris la nueva despensera y Mair la hospedera. Fue un duro golpe para Caris que esperaba ser supriora, no se nombro a nadie, pero había dos subordinadas enfrentadas, Mair corrió a besarla, pero ella la rechazó, no quería volver que se repitiese la situación producida en una ocasión en el viaje a Francia, en el que sucumbió a sus insinuaciones y se entregaron mutuamente. De vuelta al hospital vio a un hombre de barba, no lo podía creer, era él.
Tras el intercambio de preguntas, hablaron de lo sucedido la última vez que se habían visto, de sus vidas en Italia y en el convento, ninguno de los dos se habían olvidado. Él le propuso casarse y abandonar el convento, pero ella le recordó su condena, su cargo y sus obligaciones, él conseguiría su perdón y además había una niña de tres años a quién cuidar. E ella estaba muy confusa, aunque no lo rechazó.

CAPITULO 55
Merthin jamás había pensado que ella estuviese tan comprometida con su trabajo como monja, esta furioso, no le había rechazado y aquello le hacía sufrir un martirio similar al de un crucificado. Fue a ver a sus amigos, los Webber, sus cuatro hijos habían crecido mucho, se veía que su nueva riqueza era el exponente del crecimiento de la ciudad. Ellos acabaron de ponerle al día de la situación, de la tiranía del prior, de la labor de Elfric como mayordomo y heredero único de las propiedades de los Wooler, también del matrimonio de Juana con el príncipe Pedro heredero del trono de Castilla, lo que constituía una auténtica alianza para poder seguir luchando contra Francia, y lo peor, que la peste había llegado a Burdeos.
Mark le invito a asistir a una reunión del gremio, sería admitido de inmediato y le ayudaría en su enfrentamiento con Elfric, al que quería desbancar de mayordomo por ser un mero sirviente del prior. Allí vio caras nuevas, pero otras viejas como la de Elfric, Philemon y la de su antiguo ayudante, ahora llamado Jeremiah Builder. La reunión se centró en la reparación de las grietas del puente, se le quiso culpar, se defendió de las acusaciones haciendo ver que no se le había hecho caso a sus indicaciones ni seguido el plano que había realizado, se comprometió a costearlo de su dinero sino no tenía razón, mando a su ex ayudante a por los planos y con ello dejo en evidencia tanto al mayordomo como al prior, al día siguiente demostraría a todos su teoría. Una gran multitud se congrego en el puente, mando a dos jóvenes que se tiraran al río y bucearan hasta la base de los pilares para ver lo que había, mientras él explicaba su teoría a la gente que no era otra que las piedras hacían que el agua no se llevara la arena y mantuviera los pilares, al no ser así estos estarían en el aire, los muchachos al salir del agua confirmaron lo que él había dicho, y ya nadie escucho los gritos y desesperación del mayordomo, él recordó cuando este le había pegado.

CAPITULO 56
A la mañana siguiente el monje Thomas fue a verle a la posada, quería que fuese con él a la catedral, las grietas del crucero habían vuelto a salir como había pronosticado y eso le tenía preocupado; la torre no era la original, se había reconstruido más alta y ahora se estaba desplazando hacia el sur. Había que excavar para conocer las causas, se contrato a Jeremiah para evitar problemas, mientras que la cofradía gremial lo contrato a él para la reparación del puente, pero su verdadero deseo era la reconstrucción de la torre, pero iba a ser muy difícil estando sus dos mayores enemigos en el poder, había que sustituir a Elfric y no tardo en convencer a Mark de ello, si lo que él pensaba era cierto, la torre del siglo XIII no soportaría los pilares de la del XII y habría que derribarla, él la construiría y seria la más alta de Inglaterra. Luego vio a Caris lo que le hizo sufrir, hablaron de sus padres a los que aún no había ido a ver, pero tendría que ir para que conocieran a Lolla, ella le mandó que interfiriera ante su hermano por Wulfric, al que no dejaba que levantara cabeza. Su enfado le paso cuando en los trabajos de la torre vio la arena, aquello confirmaba sus tesis el peso de la torre convertía las piedras y argamasa en arena y así se lo hizo ver a Thomas, solo quedaba la alternativa de desmontar la torre antes de que se cayese. Aquello no iba a gustar al prior.
Se encamino con su hija a ver a sus padres, estaba muy enfadado con Caris, ejercía privilegios de prometida sin comprometerse. Para llegar había que pasar por Wigleigh donde paso la noche con el matrimonio amigo encontrándolos muy desmejorados, les dio comida y prometió interceder por ellos. Sus padres vivían en una casa cercana al palacio, en el que añoraban vivir, y quedo muy sorprendido al ver lo niña que era su cuñada la cual estaba en cinta, su madre le contó que todos intentaron convencer a Ralph de que no se casara sin conseguirlo. Este enseguida llego de su jornada de caza, no estaba muy cambiado, tenía restos de guerra como la falta de varios dedos de la mano izquierda, pero en si había madurado mucho. Ambos hablaron de sus experiencias vividas y le hablo sobre Wulfric, pero el odio hacía él no solo no había desaparecido sino que estaba intacto, no pararía de asediarle hasta que le viera el miedo en sus ojos.

CAPITULO 57
Los cambios desde su llegada eran claros, y la posibilidad de derribar a Elfric de su cargo cercana, Caris se debatía sobre su situación, cuando recibió la visita de Madge, le preocupaba el estado de su marido, no se encontraba bien desde su venida del último viaje a Melcombe. Al verlo no supo que enfermedad tenía, se sincerizo con su amiga al decirle que estaba pensando dejar los hábitos, su amiga le dijo que todo el mundo se estaba preguntando cuanto tardaría y la animo a que lo hiciese.
De vuelta a la ciudad, él pensaba lo mucho que había aprendido Ralph pero lo poco que había cambiado, ni Lolla lograba levantarle el ánimo. Sin embargo el eminente cambio en la cofradía lo mantenía con esperanza, pero al llegar a la ciudad se entero de la enfermedad de Mark y que no iba a ser posible su presencia en la asamblea lo que impedía que saliera elegido, pero aún se aterro más al comprobar la enfermedad que tenía su amigo, aunque no lo exteriorizo Caris supo que la conocía, el prior vino a verle y mando como siempre sangrarlo, la peste había llegado a Kingsbridge.
Al día siguiente Mark fallecía, hablaron sobre la enfermedad y le manifestó su seguridad de que era la peste, la cual conocía demasiado bien, se transmitía por proximidad y que los médicos y monjas utilizaban mascarillas de protección, también le hablo de que las personas que la habían contraído y sobrevivido no la volverían a sufrir, así como las que habían sobrevivido a ella. É y su hija no la contraerían, pero igual ella sí, era necesario huir lo más lejos posible, pero ella quería permanecer en el priorato, ahora se le necesitaría más que nunca. Una vez más ella salía vencedora.

CAPITULO 58
Centenares de personas acudieron al entierro de Mark Webber, era uno de los ciudadanos prominentes de la ciudad, después del mismo Thomas comunico a Merthin que el prior no tenía dinero para levantar la nueva torre y que había contratado a Elfric para derruir la anterior con la financiación de las monjas, odiaban al prior pero necesitaban una iglesia. Hablo con el segundo constructor más importante Nill Watkin a quién convenció de la necesidad de construir una nueva torre, pero este posteriormente se volvió atrás al recibir las amenazas de Philemon, mientras Elfric volvió a salir reelegido mayordomo.
Caris vio a Madge rezar en el lado este por toda su familia, le dio ánimos y fuerza, al volver al hospital no encontró a Mair, esta enferma con los mismos síntomas que Mark con el que había estado en contacto. Madge la estaba esperando, no hicieron falta palabras, cogió el botiquín y se fueron a su casa, sus cuatro hijos tenían los mismos síntomas, la mujer quería también morir con ellos.

CAPITULO 59
Estableció en el hospital las precauciones que le había comentado su amado, las monjas usaban máscara de hilo y notaba como los habitantes la miraban con admiración por la forma en que trataba a los enfermos; Godwyn acudió a ver a los enfermos aunque sin mascarilla y aconsejo lo mismo que a Mark desangrarlos. Mair murió en sus brazos diciendo que la quería, aquella misma noche murieron los hijos de Mark y la hermana Julie. Todos se congregaron en el cementerio, defendió la tesis de Merthin de que la gente se quedara en las casas, pero el hermano Joseph que era el médico más respetado no los animo, no podría ir a misa que era lo que mejor podían hacer, el prior cargo contra Caris y le hecho en cara que ellas no eran médicos y por supuesto no le hizo caso en su idea de anular el mercado, perdiendo ella al final la batalla dialéctica.
Merthin se volcaba todas las noches con su hija, que ahora si que lloraba la muerte de Dora, la hija de Mark, aunque aún tenía a Bessi que la trataba como una auténtica hija y a él como de la familia, después de la cena Bessi se quiso acostar con él, pero él la rechazo..
La madre Cecilia también contrajo la enfermedad, llamo a Caris y le manifestó su deseo de que fuese la nueva priora, Elizabeth probablemente lucharía por el puesto, pero la priora estaba segura que ella vencería. También le comunico un secreto, el viejo rey no había muerto de una caída, le detallo la traición que fue sometido pero no pudo llegar a confirmar que hubiese muerto asesinado, falleció sin confirmárselo.

CAPITULO 60
El día después de la muerte de la priora, Godwyn invito a cenar a Elizabeth, aquella muerte podía desequilibrar el poder en un momento muy delicado para el priorato, ella odiaba a Caris y no les fue difícil a él y a Philemon convencerla que su función en los próximos días era desprestigiarla y transformar su imagen para derrotarla, y para ello nada mejor que propagar que las máscaras no eran efectivas y era una práctica pagana de los médicos musulmanes. Debería liderar una conspiración contra su uso e intentar ahondar en la tesis de que su contrincante aún era una bruja, él prior desde el púlpito de manera indirecta denunciaría prácticas paganas, de adoración al diablo y de herejía. Su madre fue a verlo, la situación era muy complicada por la enfermedad y él debía irse para evitarla, no quería perder a su único hijo, él no quería irse hasta las elecciones, pero ella le aconsejo adelantarlas e irse, ganase o no.
Pronunció el sermón el domingo antes de Navidad ante una muchedumbre aterrada, que como él no paraba en pensar quién sería el siguiente. En primera fila el conde, su mujer e hijos, Ralph con su mujer y el recién nacido Gerald y luego Merthin con su hijo, la familia de Elfric y resto de ciudadanos, se echaba en falta al obispo Henri de Mons, que andaba por las aldeas recolectando sacerdotes ante el déficit existente por los fallecimientos de muchos hermanos. Tenía una delicada tarea, azuzar el miedo y el odio contra la persona más querida de kingsbridge y lo tenía que hacer sin pronunciar su nombre. Hablo de la enfermedad, que era un castigo divino por haber gente en la ciudad que practicaba la brujería, quería transmitir a las monjas el mensaje que las ideas medicas de Caris eran herejes y pidió que todo sospechoso de practicarla, aunque fuese del priorato debía de ser rechazado

CAPITULO 61
Paul Bell también falleció y su hija para no ahogar sola su pena invito a todo el mundo a cerveza, Merthin estaba con su hija y ella pronto se les unió a jugar con la pequeña, Caris acudió a verlo y a darle el pésame a cervecera, estaba preocupada tanto por el exceso de enfermos como por las elecciones, el sermón había hecho más mella que el órdago lanzado por Elizabeth y ahora solo cuatro monjas y ella usando máscara. Le pedía que intercediese ante el gremio para que hablase con el obispo y que este no la ratificará si salía elegida, los favores pedidos la hacían victima del prior y eso sería la ruina total para la ciudad, él hablaría del asunto en la reunión. Bessie fue uno de los cuatro nuevos miembros todos ellos sustituyendo a fallecidos, él saco a debate las elecciones a priora, Elfric alego que no les afectaba y se le enfrento claramente, para su sorpresa no tenía los apoyos esperados e incluso Jeremiah su discípulo se creía la herejía de Caris, y la propuesta no salió adelante. Al acabar se lo comunicó a la vez que le animaba a abandonar el convento e irse con él, pero una vez más ella decidió que no era el momento adecuado; Merthin desesperado se fue a dormir, pero en la posada le esperaba una Bessi que no se quería morir sin volver a acostarse con un hombre y él cayo en la tentación sin poner inconvenientes.

CAPITULO 62
Las elecciones se celebraron el día siguiente a Navidad, Caris estaba deprimida, se sentía una fracasada, no había conseguido levantar el hospital, ni lo conseguiría nunca y además estaba enfadada con su amado, que le había realizado una propuesta que de ningún modo aceptar. Al ir a maitines escucho a una hermana estornudar, aunque no se giro, al acabarlos vio que en la habitación se había quedado una que estaba enferma Simona y que otra más Rosie también tenía los mismos síntomas, al igual que Cressie, todas ellas amigas de su contrincante y que nunca utilizaban la máscara.
Cuando la votación se iba a celebrar otras dos afines a Elizabeth mostraron los mismos síntomas, el resto ya estaba con la máscara puesta, si aquello era una señal, ya había ganado. Elizabeth propuso aplazar las elecciones ante la situación de pánico existente, pero no lo logro, se celebraron y solo logro un voto, el resto fueron para Caris. En el momento de ser elegida, entro en la reunión Philemon, que seguro estaba escuchando todo, quería echar abajo la votación, ella se le enfrentó y consiguió echarle, antes de irse la amenazo que el nombramiento no era oficial hasta ser ratificado por el obispo y ella sabía que su primo iba a hacer lo posible para conseguirlo.
Godwyn bendijo nuevos terrenos como cementerio, no había dónde enterrar a los muertos y el pánico se instalo en él a partir de la muerte del hermano medico Joseph, y del nombramiento de la priora, que aunque no era definitivo él aún no conocías las debilidades del nuevo obispo para poderle coaccionar, pero si había movido ficha escribiéndole y acusándola de haber endiablado a las monjitas. Su carrera se veía amenazada por Caris y su vida por una peste despiadada. Entre los cadáveres a enterrar estaba la de Bessie Bell, Merthin iba el primero en la procesión, era el heredero de la rica cervecera. Al acabar los funerales fueron a buscarlo para que fuera al hospital, sin duda era un enfermo importante, lo que no imaginaba era que fuese su propia madre, su disgusto fue tan grande que perdió el conocimiento.
Estuvo cinco días en cama sin comer ni beber, hasta que Philemon le comunico su madre, mando llevar el cadáver a la catedral, no tenía derecho pero sabía que nadie le iba a contrariar. En el sermón del entierro hablo a los monjes de la historia de Abraham e Isaac y les dejo claro que su tarea era solo obedecer.
A medianoche llego el sequito del obispo, aún había monjas trabajando en el hospital entre ellas Caris, el arcediano Lloyd fue en su búsqueda para que saludase a su nuevo obispo. Este la llamo bruja, contestando ella lo más cortes que pudo, quería saber dónde estaba el prior, no estaba ni en su palacio ni en la catedral: Ni él ni ningún monje, todos habían huido.

SEXTA PARTE: DE ENERO DE 1349 A ENERO DE 1351

CAPITULO 63
Al marcharse Godwyn se llevó consigo todos los objetos de valor de la sala del tesoro de los monjes y todos los cartularios, incluidos los de las monjas, que nunca habían logrado recuperar. También se llevó las reliquias sagradas. Lo descubrieron al día siguiente en compañía del obispo, Elizabeth intentó defenderle pero el obispo no le dio opción. Ella sintió que todo el desprecio que sentía hacia él estaba justificado.
Fue confirmada como priora, forzó y consiguió también ser declarada inocente de brujería, así podría ejercer el poder sin ser cuestionada. Su primera tarea era localizar a los monjes, y buscar un sacerdote para decir misa. Fue a casa de su hermana, si alguien podía tener idea de dónde se refugiaba el prior era su cuñado, en el camino se encontró a la gente emborrachándose para huir del miedo y a otros pegándose por propiedades que pertenecían a otro que había muerto, aquella situación era insostenible para ella y debería buscarle remedio. Le interrogo pero nada sabía, sin embargo uno de sus ayudantes los había visto marchar todos a pie, excepto al prior que iba a caballo, muy cargados pero no había visto que camino habían tomado después de cruzar el puente. A la vuelta vio como una chica joven intentaba vender su cuerpo, la recrimino y le ofreció que fuese con ella al convento, aceptando la otra su invitación. El obispo se encargó del oficio religioso mientras ella no paraba de pensar, después de cenar acudió a verlo y le hizo ver la necesidad de que alguien ejerciese de prior, y lo conveniente de que se quedase él allí. Al ser lo último que el quería le dio poder para que ella se encargase no solo de ser priora sino también de ejercer como prior, ocupándose de todo y dándoselo por escrito para no tener problemas para ejercer la autoridad.
El obispo la reafirmo en la reunión de la cofradía gremial, ante la furia de Elfric y la sonrisa de Merthin. Ejerció su autoridad e hizo ver que había que acabar con la ebriedad, nombraría nuevos ayudantes del alguacil. Explicó que lo que había que hacer con las pertenencias de los fallecidos para evitar peleas, había que repartirlo entre los más necesitados. Respecto a los niños huérfanos, estos deberían ser llevados al priorato. Al acabar Elfric como mayordomo intento echar abajo su nombramiento, pero ni el obispo ni nadie lo escucho y todos se fueron dejándolo solo en su mesa.

CAPITULO 64
Hacía doce años que Godwyn y Philemon habían visitado la filial de St-John-in-the-Forest, habían quedado impresionados por el orden existente, y esta continuaba igual, estaba claro que Saúl Whitehead no había cambiado tampoco, esta reflexión la hacía sin dejar de pensar en su madre, a la que tenía muy presente y cada vez echaba más de menos su presencia y consejos. La llegada de la comitiva sorprendió al prior de la filial, que no mostró gran alegría y menos cuando supo que huían de la peste y se iban a instalar allí. Él se instalo en la iglesia dónde podía guardar todos los tesoros llevados en la huída, y además estaba contrariado, Saúl seguía siendo uno más y contaba con el aprecio de todos los hermanos. Con la ayuda de dos de los más jóvenes escondió el tesoro detrás del crucifijo pero no le dio tiempo a que no fuera visto por Saúl, e intentó justificarse sin mucho éxito. Después de la cena les sermoneo a todos, la enfermedad era un castigo divino y allí permanecerían aislados hasta que la misma concluyese, nadie del exterior podía entrar en las instalaciones. La orden fue dada por sorpresa sin capacidad de discusión.
La crisis se desato al día siguiente, estando en misa unos proscritos picaron en la iglesia, venían con un herido. El prior les negó la entrada a pesar de las reticencias de Saúl, el proscrito era el temido Tam Hiding que identifico a Godwyn, la situación se puso muy violenta y el prior recordó a su subordinado las reglas que había jurado y le obligó a obedecerle, negando la entrada al proscrito y acabando la misa. Al final de la misa un monje estornudo.

CAPITULO 65
Poco después de la huída de los monjes, murió Elfric de peste. Merthin fue nombrado mayordomo, y se sintió como el capitán de un buque que se va a pique. Él y Caris solo lograron detener en parte la decadencia del comportamiento público, la falta de los preciosos crucifijos y candeleros en los oficios dominicales era un recuerdo semanal de que estaban en una ciudad maldita y entonces ¿por qué no iba la gente a emborracharse y a fornicar en la calle?. Para gestionar su taberna contrato a un tabernero y a una chica para que cuidase de Lolla, eran tiempos en los que la peste parecía remitir. Al hospital llego un hombre con los síntomas de la enfermedad con una entereza sorprendente y que incluso coqueteo con la priora, era Tam Hiding y le indico la guarida de los monjes. A finales de febrero la pareja tomo rumbo a la filial con el único objetivo de recuperar lo usurpado. En el viaje recordó el realizado a Francia y de su amiga Mair, a la persona que más echaba en falta de las llevabas por la peste; miraba a Merthin y supuso que había sido amante de Bessie, pero no podía echarle nada en cara, por entonces ella ya suspiraba de nuevo por él; los diez años anteriores parecían haberse esfumado de la memoria y anhelada estrecharlo entre los brazos y hacer el amor con él como en el pasado. En la posada de noche durmieron separados, pero en la parada realizada para la comida la pareja volvió a unir sus carnes.
St-John-in-the-Forest parecía muy tranquilo al atardecer, una señal clara de que algo iba mal, las tumbas recién cavadas indicaban que la peste ya les había llegado, deambularon en busca de alguien hasta que encontraron a Thomas. Les informo de que como se organizo la marcha, de la muerte de todos los monjes tanto del priorato como de la filial y de la huída de otros como Philemon, no así el prior que estaba en la iglesia. Al verlo parecía muerto, pero en realidad era una actitud de extrema penitencia, se sorprendió al verlos y enseguida supo quien había sido su delator, no se arrugo y defendió su inocencia, mintió una vez más y dijo haber escrito una carta al obispo Henri e incluso insinuó su vuelta. Con aquello no contaba ella, pero un hilillo de sangre en la nariz hizo que las tornas volvieran a su favor.
Thomas les dejo el dormitorio sin realizar comentario alguno. Al día siguiente lo atendió como a cualquier otro enfermo, mientras ellos se afanaban en buscar el tesoro, la tierra movida de debajo del altar delataba que había estado allí. Al tercer día los dos únicos novicios que quedaban fallecieron y Godwyn comenzó a delirar. Valoraron que el tesoro estuviese enterrado en alguna sepultura de la iglesia, el prior Saúl había sido enterrado hacia una semana y a los dos días desapareció Philemon. Quitaron la lápida y se encontraron con dos cadáveres, la del prior en su caja y la del hermano Jonquil sin ella; este había sido enterrado con caja en el cementerio, Thomas aún recordaba como pesaba el cadáver, el tesoro debía estar en la caja. Ya de noche acabaron su trabajo y dieron con el féretro que contenía el tesoro, dejándolo tal cual estaba para poder transportarlo mejor a la catedral. Al llevarlo a la iglesia, un grito les hizo volverse, el prior con la mirada fija y sangrando corría hacia ellos, se desplomo y cayo rodando en la fosa abierta, yacía boca arriba mirándolos con los ojos abiertos y sin vida.

CAPITULO 66
En la catedral hicieron inventario y lo depositaron en la secreta sala de tesoros construida por la madre Cecilia, solo faltaba un candelabro de oro donado por el gremio de fabricantes de velas. Thomas se hizo cargo del orfanato y ella se ubico en el palacio del prior. Partió hacia Outhenby, en el viaje había visto todos los campos desiertos sin nadie que los trabajase; allí se reunió con el alguacil que no cumplía con sus obligaciones e incluso desconocía datos que a cambio un joven –Harry- sí conocía. Ordeno cosechar el valle y que los terrenos de vertiente destinarlos a pastura y mando al joven ir en busca de trabajadores ofreciéndoles el doble de jornal, las tierras fértiles tenían que estar cultivadas.
Repaso todos los cartularios con la hermana Joan, llamándole la atención uno de 1327 que les adjudicaba la posesión de una granja en Lynn, como condición de admitir como monje novicio al caballero Thomas de Langley, lo curioso era que el donativo lo había hecho la reina Isabel. Unos días más tarde el alguacil de la granja vino a realizar el pago bianual, lo interrogo sin sacar nada en claro. Thomas le pidió explicaciones por el interrogatorio y le hizo ver que si seguía investigando seguro que tendría problemas, todo quedaría contestado cuando él muriese. Hablo con Merthin del asunto y recordaron aquella tarde de su niñez cuando le conocieron y del secreto contado por la yaciente Cecilia a quién se lo había dicho el prior Anthony. Antes de acostarse quiso confirmar que conservaba la amistad del monje, pero antes llegó Ralph con su séquito en plan amenazante, sus jornaleros estaban desapareciendo y yendo a sus tierras, el pagarles más esta prohibido y no pensaba consentirlo, yéndose a la llegada de Thomas no sin antes amenazarla.

CAPITULO 67
En marzo de 1349 Gwenda y Wulfric acudieron con Nathan Reeve al mercado de Northwood, trabajaban para Ralph y se habían librado de la peste. Allí ella escucho que en Outhemby pagaban dos peniques diarios a los jornaleros y rápido se lo contó a su marido, aquello podía ser una nueva vida para ellos, él era reacio aún anhelaba las tierras de sus padres, pero ella lo convenció. Hablaron con el ofertante, Harry el labrador de la localidad que les explicó que Caris era el prior. Todo era perfecto, la decisión estaba tomada, sin embargo su padre les estaba escuchando.
Pidieron el dinero al alguacil y le dijeron que se iban a Melcombe con un pescador y que presentaran sus respetos a su señor, pasaron la noche en la posada, y al día siguiente estaban en Outhenby, dónde otro jornalero les dio la bienvenida.
Ralph llegó ocho días después, esperaban con ansiedad cobrar su pago, el doble de lo que jamás habían conseguido, cogió de sorpresa a su hijo Sam como garantía, pero los jornaleros impidieron que se los llevasen haciéndole frente y se fue sin ellos. Había quedado en ridículo y ella sabía que eso significaba que iba a volver en su búsqueda.

CAPITULO 68
Merthin y Caris se dirigieron a Earlcastle, que en 12 años no había cambiado nada, lady Philippa les había llamado, creía que el conde tenía la peste. Aquello sobrepasaba a la priora que creía que la epidemia había acabado, hacia seis semanas sin ningún fallecimiento; por aquella la gente la consideraba a ella una santa. Los presagios se cumplieron y el conde y sus dos hijos habían contraído la enfermedad. Él quiso ser cortés con la condesa, y esta le manifestó sus temores si el conde moría, el rey le indicaría su próximo marido y eso no lo soportaría.
Ralph necesitaba un nuevo caballo, pero no tenía dinero para comprarlo, la llegada de Nate el alguacil sin los añojos que esperaba le encendió su ira, la situación era catastrófica, la peste estaba haciendo de nuevo estragos. A cambio recibió una alegría inmensa, el conde y sus dos hijos habían fallecido, no así su mujer y su hija, aquello le abría una posibilidad que siempre había soñado. Había un inconveniente su mujer Tilly, de quince años, que en ese momento se alzaba como una muralla entre él y su futuro, la odiaba.
El funeral se realizó en la catedral, el obispo dirigió el oficio, pero la situación no era la que su personalidad merecía. Sir Gregory Longfellow estaba presente y al acabar el oficio comunico la nueva ordenanza de los jornaleros: ninguno se podía trasladar de aldea sin el permiso de su señor. La alegría de Ralph fue tremenda, aplicaría la ley de inmediato, el letrado se ofreció a acompañarlo para ver como se cumplía la ley.

CAPITULO 69
La aldea se había quedado sin sacerdote, por eso el tañido de las campanas sorprendió a los habitantes, uno nuevo llegaba, y aquello intrigaba a Gwenda. Sus presagios eran ciertos, se comunico la nueva ordenanza y tuvo claro que debían de irse de inmediato, sin decir nada a nadie. La decisión la había tomada tarde, al salir Ralph y sus hombres estaban allí y en esta ocasión los aldeanos no estaban dispuestos a luchar.
Llevo a Wulfric con una cuerda atada al cuello como una animal, en el camino Ralph y Gregory fueron hablando de la orden y le hizo ver al letrado, que aquello no funcionaría sino se nombraba un tribunal en cada condado y él se ofrecía para vigilar el suyo. A la llegada el alguacil sugirió que le entregase las tierras del padre, no encontraba quién las trabajase y así no intentarían irse otra vez, ante el letrado no se pudo negar, sacando de ello un gran provecho. Gregory le hablo de la existencia de una carta cercana al priorato que no debía existir, debía de estar en el tesoro de las monjas y el lugar de este nadie lo conocía, la carta contenía un alto secreto estando interesada en ella la mismísima reina madre. Hablaron del futuro conde, Ralph le mostró su interés y le dejo claro que su esposa estaba enferma quedándole poco tiempo de vida, su matrimonio no iba a ser un inconveniente.
El matrimonio volvió consternado a su casa llevándoles presentes sus vecinos, el alguacil fue a verles y les ofreció las tierras en las mismas condiciones de su difunto padre; ella le aconsejo que negociara una tenencia libre, no ser un siervo como su padre, pero él acepto sin contrapartidas.

CAPITULO 70
El hospital volvía a estar atestado, la peste regreso con una virulencia intensificada, y se llevo a una generación de hombres que sabían como hacer dinero y cómo disfrutarlo, solo las monjas con sus máscaras y las manos con vinagre desafiaban a la enfermedad. A cambio un problema que no tenían era el del dinero, el convento jamás había sido tan rico. La situación en la ciudad era ingobernable y pronto comenzaron los desfiles de penitencia encabezados por fray Murdo, que acababa tarde o temprano recolectando dinero y aquellas escenas solían acabar en orgías.
Caris no se encontraba bien y Merthin la llevo al palacio, tenía mucha fiebre y cuando comenzaba a desvestirla fueron interrumpidos por su cuñada que traía a su bebe consigo. Se había escapado de su marido, estaba convencida de que la quería matar llegando al convento después de caminar tres días. Fue acogida en el mismo su marido no se atreverá a sacarla de allí. Al poco la priora se desplomo en el suelo.
Merthin se sintió abrumado por el miedo, llamo a las monjas, la enfermedad era grave, no era la peste por sus síntomas, pero aún así estuvo dos semanas en la cama, el diagnostico fue ictericia. No salía del palacio y trabajaba en la planta baja; al final de la primera semana se presento su hermano, su esposa había desaparecido, le dijo la verdad pero que no se la podían entregar al acogerse a sagrado. Thomas se presento con Alan al que encontró fisgoneando, aquello no gustaba a Merthin que no lograba saber que era lo que buscaba, dudando que fuera a Tilly. Le convenció sin dificultad para que dejara estar a su mujer tres meses en el convento y aquello aún le desconcertó más. Estaba tramando algo y no sabía el que.
Al ver que su amada se iba poniendo mejor fue a recorrer la ciudad, lo que vio nada le gustó, la gente se emborrachaba, no trabajaba, se pegaba, e incluso los hombres mantenían relaciones entre sí, aquello era vomitivo y volvió al priorato. Para su sorpresa la encontró levantada, la monja que la cuidaba ya le había dado permiso para hacerlo, le contó que había pensado mucho en su vida, y que solo se arrepentía de no haber hecho dos cosas en su vida: construir su hospital y no haber pasado más tiempo con él en la cama, y sin más a ella se fueron.

CAPITULO 71
Ralph, Alan y los ex- soldados que este había contratado esperaban el anochecer en el bosque cercano a la ciudad, no sabían quién era ni le vieron la cara, harían lo que les habían encomendado, tomarían el dinero y no harían preguntas. El verdadero peligro no era la lucha, sino que lo reconocieran, lo que iba a hacer era algo inaudito, se hablaría de ello no solo en el país, sino en Europa. Entraron por el lado norte en el que las murallas estaban más deterioradas, mató al centinela de la puerta, accedieron al convento saltando por el claustro de las monjas y esperaron en la cocina a que estas se levantaran para ir a misa.
Comprobó que su mujer no estaba entre las que iban a misa y se fue al dormitorio en su búsqueda, dando con ella, atándola y tapándole la boca, su escudero había neutralizado al resto. Como nadie decía cual era la tesorera, indico a Alan que degollara a la que estaba sujetando y volvió a realizar la misma pregunta.
Merthin y Caris despiertos comentaron el rumor de que alguien había visto forajidos en el bosque el día anterior, pero en aquellos tiempos era ridículo pensar en que alguien fuera a robar, cuando tan solo lo tenía que coger, ellos habían enterrado a más de 1000 personas e Inglaterra había perdido un cuarto de su población. Se escucho un grito en el silencio y se levantaron.
La hermana Joan se identifico como la tesorera, él lo hizo como Tam Hiding y con Tilly sujeta y Alan le ordeno que lo llevara a la sala del tesoro, sus compinches quedaron vigilando. La sala estaba escondida con una trampilla y había que descender por una estrecha escalera de caracol, cogió todos los pergaminos que pudo, el tesoro, rompió los cofres y mando a Alan que prendiera fuego a todo, tenía que clavar la daga a su esposa, pero volvió a dudar.
Cuando la pareja llego a la catedral a la vez lo hacía a Thomas que iba por igual motivo, en la cocina se dieron cuenta de que alguien que no eran las monjas había estado allí, se fueron hacia las habitaciones y ambos percibieron el tremendo olor a humo. Thomas que había cogido un cuchillo carnicero vio un intruso y acabo con él, justo cuando alguien salía del refractario con un gran saco, no le dio tiempo a reaccionar y de un golpe lo mando contra una columna. Comenzaron a oírse gritos de mujeres, y unos cuantos hombres surgieron de diferentes sitios, Ella fue a atender al monje cuando los hombres vieron a su hombre muerto, lo iban a matar cuando Merthin se interpuso para defenderla, uno se fue hacia él con intención de darle muerte cuando el que parecía el jefe lo agarro y le separo, le había salvado la vida, llevaba una manopla en la mano izquierda, pero nada en la derecha. La incursión fue un visto y no visto, Merthin vio a la hermana Joan pedir ayuda desde la puerta del refractario, de la trampilla salía humo, en ella estaba Tilly. Bajo sin ninguna visión y al cabo de un rato interminable dio con la joven que estaba atada, con gran sacrificio consiguió subirla arriba, pero ya estaba muerta, le habían dado una puñalada en el corazón

CAPITULO 72
La pareja conversaba sobre lo acontecido, Thomas parecía estar bien, pero el recuerdo de las jóvenes Tilly y Nellie les angustiaba, ambos coincidían de que las máscaras daban a entender que de se trataba de ciudadanos respetuosos temerosos de que los identificaran, llegando a la triste convicción de que era Raph aunque no lo podían demostrar y se fueron a comprobar los daños. Los objetos de valor los tiraron en una acequia y un campesino los devolvió, los cofres con las monedas estaban intactos, solo había una explicación el objetivo era matar a Tilly. Se dieron cuenta de que faltaban los cartularios, el objetivo del robo era el documento secreto, ella le confeso las indagaciones realizadas y llegaron a la conclusión de lo que se trataba.
Gregory se encontró con la pareja de asesinos en Wigleigh para revisar los documentos robados, menciono no saber la presencia de la mujer en el convento pero no afeo su asesinato. Con suma paciencia reviso documento a documento, hasta dar con una escritura que explicaba las preguntas de los últimos tiempos, el rey no tenía de que preocuparse, Ralph se aseguro de que la otra parte del trato se cumpliera.

CAPITULO 73
El entierro sería por todo lo alto, la pareja tendría que fingir cierta normalidad ante Ralph y no iba a resultar sencillo. Ella le manifestó que no iba a permitir que todo su mundo se viniera abajo, iba a restablecer el orden y la cordura, reconstruiría la ciudad y le devolvería la vida a pesar de la peste, realizaría un severo sermón.
Tomo la palabra a pesar de la presencia del obispo y del arcediano, que no daban crédito a la audacia de la mujer, propuso levantar de nuevo las murallas y nombrar alguacil y ayudantes para mantener la ley. En la reunión gremial se decidiría todo.
En la mesa del banquete funerario, Ralph estaba sentado junto a Philippa, dónde ya intento hacerle ver sus intenciones ante el rechazo de ella, que enseguida le dio la espalda. Caris junto al obispo y a Gregory que hacía tres meses que estaba en el priorato, sin duda era él el instigador de Ralph. Al primero le encanto las decisiones mencionadas en la catedral, pero no esperaba que la priora le ofreciera tener la catedral más alta de toda Inglaterra, el priorato la financiaría a cambio de obtener un fuero real, el obispo acepto el trato; las condiciones las tendría que discutir con Gregory, que sin duda pediría una comisión por ello. Mientras Ralph no se daba por perdido y con su estilo clásico le hizo ver a la condesa que ella iba a ser su nueva esposa, negándose esta en rotundo y así se lo hizo ver al emisario real, aunque fuese obligada diría que no.
Al acabar Caris entró en su alcoba despreocupada viendo al obispo y a Claude abrazados desnudos en la cama, saliendo del brete como pudo. Merthin se fue con Madge Webber y le hablo de los telares que había en Florencia, más rápidos y mejores que los suyos, comprometiéndose a construirle uno igual.
En la noche llevo a su amado a la parte más meridional de las tierras del priorato, y después de comentar el nuevo destino de su hermano, le indico el terreno en dónde quería que le construyese el nuevo hospital. Su construcción la realizaría a la vez que su torre, que con ciento veinticuatro metros, uno más que la de Salisbury sería la más alta de Inglaterra. De vuelta se encontró que en palacio a Henri y Gregory conversando con un tercer hombre al que conocía, Philemon.

CAPITULO 74
El obispo y los demás invitados se fueron al día siguiente, ella que durante ese tiempo estuvo durmiendo en el dormitorio de las monjas, se fue a su palacio, pero en el dormitorio se encontró a Philemon, que no había sido suspendido de suprior. Le insinuó que ella no dormía sola en la cama, había perdido pero podía conservar su prestigio, él dormiría en la alcoba, pero el salón quedaría para ella y sus reuniones. No cabía duda de lo artero que era y como ante el obispo sin duda dio explicaciones convincentes ante sus actos deshonestos. En al taller de los maestros pudo ver los nuevos planos de su hospital, para su sorpresa tenía un claustro, iba a ser amplio y luminoso. La alegría dio paso a una realidad dolorosa, no podrían seguir durmiendo juntos y deberían predicar con el ejemplo ante la ciudad, pero sí se podrían seguir viendo, como en aquél en que estaban y le mandó instalar un jergón de paja.
Thomas y Caris visitaban la reconstrucción de la muralla, cuando la hermana Joan vino en su búsqueda, Philemon le exigía dinero y la había coaccionado. Mandó llamarlo a palacio y allí mantuvo con él en presencia del otro monje y de la hermana una agria discusión sobre las joyas, recordándole aún la falta de un candelabro. Se defendió diciendo que estaba dónde siempre estuvo en la habitación del prior, ella mandó ir a por él y guardarlo junto al resto del tesoro. Aquello iba a ser una guerra sangrienta de la que desconocía el resultado.
Los flagelantes regresaron en junio dirigidos por fray Murdo, no esperaba verlos ya que el papa Clemente VI había prohibido esas prácticas, pero Aviñón estaba muy lejos. Para su sorpresa las puertas de la catedral estaban abiertas de par en par, aquello era obra sin duda de Philemon, que los esperaba en el altar, y ambos recaudaron dinero entre los feligreses; la indignación de ella creció cuando al hospital comenzaron a llegar los heridos de esas prácticas indeseables. Fue a la nueva lujosa casa en la isla de los leprosos, a pedirle a Merthin que como mayordomo se aprobara en el cofradía el expulsar a todos los que formaran parte de aquellos grupos. Basándose en la orden del Papa, se aprobó por mayoría. Murdo y sus seguidores fueron expulsados, mientras Philemon desde el púlpito incitaba a los monjes y vecinos a expulsar a los fornicarios no casados, eso la avergonzaba; decidiendo escribir al obispo Hernri para pedirle el traslado de su enemigo a otro monasterio, por primera vez en su vida había predicado muy bien, era un auténtico peligro.
Pero ocurrió lo contrario el obispo lo nombró prior, no por su comportamiento sino por lo incorrecto de tener una priora, ahora bien el nombramiento estaba supeditado a varias condiciones. No sería confirmado hasta que la ciudad obtuviese el fuero municipal. Tendría su propio tesoro, pero Thomas sería el tesorero y los plazos de pago de la nueva torre deberían cumplirse. Por último quedaba una tercera condición, había una acusación de fornicio, no era admisible que la priora mantuviese relaciones con un hombre; ella le tuvo que dar la palabra que así sería.
Le comunico la orden y su aceptación a su querido delante de otras personas dónde se estaba construyendo el hospital, al no tener fuerzas para hacerlo a solas, como respuesta encontró que si lo hacía sería para siempre, deseaba casarse y tener hijos.

CAPITULO 75
Gregory volvió de Londres mucho antes de lo previsto, se presentó en Tench Hall y le manifestó la contrariedad del rey por no ser obedecido, irían a Earlscastle y obligarían a Philippa a casarse con él, ella se había negado valiéndose del derecho dado en la Carta Magna de negarse a casarse las viudas, y él había cometido el error de comunicárselo al rey. Le aseguro que ella acabaría rogándole que se casara con él, no tenía ni idea que artes iba a emplear para conseguirlo. La viuda no solo mantuvo su postura sino que la incremento con descalificativos, el letrado dio la reunión por terminada, a la vez que le comunicaba la decisión del rey que Ralph desposara a su hija Odila. Todos quedaron boquiabiertos.
En la aldea el matrimonio no eran capaces ellos solo a cultivar las tierras, era la época de la cosecha y el alguacil los vino a requerir para cumplir sus obligaciones como siervos, el hijo de Nate provocó a su hijo Sam, que le dio una brutal paliza y no estaba arrepentido sino al contrario, aquel semblante le recordó a ella quién era el verdadero padre del muchacho.
Dos días después lady Philippa se presentó en Tench Hall, venía a disculparse y aceptar el compromiso, Ralph se excitó al ver su ira y desesperación en sus ojos, acabo suplicándoselo y él obligándola a besarle ante el regocijo de sus amigos.

CAPITULO 76
En el momento en que Ralph –para gran orgullo de su padre-se convertía en conde de Shiring, el joven David Caerlon lo hacía de Monnoourth, y en Kingsbridge la cofradía celebraba la concesión de su fuero municipal. Ralph quería convencer a David del peligro del creciente derecho de los jornaleros, pero aquél estaba más pendiente de la ahora su hijastra. Ralph no conseguía ni seducir a su esposa, la deseaba desde joven y ahora después de tres meses anhelaba deshacerse de ella; fue a la taberna de su hermano, en la que lo encontró –para gran disgusto de aquél- y bebió y disfruto como un lugareño más, una fulana se le acercó y coqueteo sin recato, fue visto por su mujer que llegaba en aquél momento, discutieron y llegaron a un acuerdo. Ella dejaría el hogar para vivir en el convento sin tomar los hábitos, a cambio de que él dejara casar a su hija Odila con David.

CAPITULO 77
El viernes santo de noche Lolla estaba en casa de los criados –Arn y Em – cuando en su parcela, Merthin recibía a su nuevo amor que venía radiante hacia él, era Philippa. Era algo impensable, todo surgió cuando ella se intereso por el proceso de construcción de la torre una vez llegada al convento, a excepción de su doncella y de sus criados nadie era conocedor de esa relación, ni tan siquiera Caris. Era una relación nunca imaginada.
La peste dio una tregua y la feria del vellón se iba a celebrar, al priorato se incorporaron seis monjes y otros dos volvieron de cursar los estudios de medicina, eran Austin y Sime, que portaban aires de suficiencia por el priorato y uno de ellos, Sime ya buscaba claramente llevar el mando ante Caris. Harry el alguacil de Outhenby vino con el rebaño de corderos anual, la priora le propuso que de ahora en adelante el pago se hiciese en dinero, el muchacho se animó, le declaro su amor y la beso, ella le apartó, pero enseguida verifico que tenia un problema, su relación con Merthin debió de ser la comidilla de muchos lugares. Visito las obras de la torre y quiso mantener relaciones con su amado, pero este la rechazo como jamás ella se había imaginado. En la botica los novicios copiaban su libro, lo había conseguido acabar recopilando información sobre enfermedades y su tratamiento, en base a la experiencia y a todas las notas que tomaba con cada enfermo que asistía, al poco rato recibió una visita que no le resultaba especialmente simpática. La condesa venía a llamarle la atención y a que dejara en paz a Merthin, estaba con ella y no lo quería compartir.

CAPITULO 78
Como prior Philemon no era mejor que Godwyn, la gestión de los bienes lo abrumaban, no quiso tener en cuenta la lista elaborada por su predecesora de cuales eran los principales ingresos por orden de importancia, ni de asumir la contabilidad implantada basada en el método italiano que ella aprendió de Caroli, consistente en anotar los ingresos y los gastos en diferentes columnas y sacar la diferencia entre ambos, en lugar de anotarlos todos juntos como antiguamente. Pero aquello no era un problema de ella, Philemon era un problema del obispo, ella iba a tener de inmediato su nuevo hospital. Unos días antes de ser consagrado, aún sin haber ella colocado todas sus cosas, Semi llevo todos sus libros e instrumentos al mismo con la clara intención de ubicarse en el mismo. Antes de que le diera tiempo a reaccionar recibió la visita de un extraño, del mayor boticario de Londres, venía exclusivamente a hacerse con un libro de los que contenía la cura de todas las enfermedades. Philemon que estaba presente no daba crédito a aquello, como tampoco el boticario al saber que lo había escrito una mujer, el libro no sólo era magnifico, estaba escrito en inglés, pensado para las personas encargadas de sanar a otras y organizado por los síntomas, no por enfermedades, en definitiva era único, a cambio le dio un crucifijo de oro con incrustaciones de piedras preciosas, a Philemon se le iba los ojos.
La feria del vellón no llegaba al éxito de años precedentes, pero estaba realmente animada a pesar de no haberse celebrado el año anterior, el paño escarlata de Madge Webber elaborado con los nuevos telares de Merthin era la estrella. Caris estaba hablando con ella se produjo una pelea entre unos muchachos, con heridas en la cabeza, mando llevarlos al nuevo hospital, al área diferente de los enfermos de peste, pero el hermano Semi insistió en juntarlos a todos, ella impuso su autoridad y él se fue del lugar. El obispo intermedió en el conflicto y lo hizo a favor de Semi por su formación, a pesar de reconocer los valores de ella; estaba claro él seria el responsable y ella debería someterse a sus órdenes. Había perdido a Merthin, el hospital y lo había perdido todo.

CAPITULO 79
Merthin inspeccionaba los árboles plantados en su finca, cuando vio que su nueva amada avanzar hacía él, llamándole la atención el gran tamaño y redondez de sus senos, no solía visitarle de día y aquello le extraño. El motivo era que estaba embarazada. Aquello era terrible, el riesgo de que su marido la matase como a la anterior, él le había contado lo de Tilly, era alto. Si lo tenía en el convento seguro que sería descubierto tarde o temprano, el huir juntos sería abandonar él la construcción de la torre y ella a su hija y su futuro nieto. Ella pensó que la única alternativa era hacer pensar a Ralph que era suyo., aunque para ello se tuviese que acostarse con él.
Merthin analizaba la torre y unas grietas que habían aparecido, en seguida descubrió la causa, alguien aflojo una pequeña piedra, acababa de descubrir un escondite. Encontró un pequeño trozo de madera, con la inscripción “M:Phmn:AMAT” significaba que algún hombre o mujer había amado a Philemon. Siempre se había comentado que tenía la mano larga, y seguro que allí era dónde guardaba sus tesoros.
Al conde le sorprendió que su mujer regresara a casa, era un estupendo día de verano y deseaba salir a cazar, pero una gran mayoría de administradores, alguaciles y apoderados querían verles con un mismo problema, la siega estaba madura y no había suficientes hombres y mujeres para recolectarla, pero él no podía hacer nada, lo había intentado todo sin éxito. La excusa de su llegada era por culpa del señorío de Ingsby, uno de sus propiedades particulares, él le enviaba el dinero todos los años, pero ese se había retrasado, sin embargo no se lo echo en cara. En la cena fue muy amable con todos, excepto con él, aunque su miraba no era la del odio al que le tenía acostumbrado. Subió a su habitación pensando que ya estaría durmiendo, pero la encontró en camisón escribiendo una carta y con otra delante, que supuso era de su hija; el tintero se volcó y cayo sobre el camisón, se lo quito quedando desnuda y él se excito como nunca había pensado, ella hizo amago de ponerse otro, mientras le gritaba que no se le ocurriese tocarla, lo que provoco su ira, se abalanzo sobre ella, abofeteo y tomo. Al acabar vio como ella mostraba una expresión triunfal.
Merthin supo de su vuelta al convento, al no ir a verlo fue en su búsqueda. Caris le dijo que la condesa no quería verlo, pero que ella creía que la debería ver, aprovecho para recordarle que siempre se intereso por ella, detalle que esta agradeció. Philippa tenía signos de violencia en el cuerpo, pero la criatura estaba bien, lo había provocado para conseguir su objetivo y eso motivo la paliza. Sin embargo le manifestó su deseo de no seguir la relación, había confesado su adulterio y había decidido volver a vivir con su esposo, este no permitiría que su hijo se criara en un convento y menos siendo un niño. Estaba desolado, tal vez nunca hubiera sido suya, en cualquier caso lo que habían hecho estaba mal y ahora había terminado.

CAPITULO 80
El otoño de 1350 fue bueno para la ciudad, no se produjeron casos de peste, las casas fueron ocupadas por nuevos vecinos, abrieron nuevos negocios y el mercado semanal se reanudo, Merthin alquilo todas sus propiedades que había construido en la isla de los leprosos y la cofradía iba a celebrar el primer banquete de Nochebuena desde que habían conseguido la categoría de hermandad municipal. Se invito al prior y a la priora, que declino la invitación, últimamente se había recluido en exceso. Madge que estaba con Merthin le hizo ver que había que hacer algo por el hospital, la gente no acudía a él al no simpatizar con Sime,y se las arreglaba con los curanderos; al no utilizar los servicios del priorato, la gente comenzaba a no entender el porque debían de seguir pagando para construir la torre. Aquello era un auténtico problema.
En el oficio del día de Navidad, Caris pensaba que aquél había sido en general un buen año, después de que casi la mitad de la población había desaparecido por la peste, ahora corrían buenos tiempos y el monasterio gozaba del mayor momento de prosperidad en cien años. Philemon la sacó de sus pensamientos, quería hablarle, que volviese a su hospital y que se arreglara con Semi, se habían recibido quejas y había el temor de que la torre no se pudiese acabar, con lo que eso significaba para su “querido” Merthin y para el obispo, pero ella se negó en redondo. Al obispo le preocupaba tanto su torre que visito la ciudad a pesar de una gran nevada que había caído convocando una reunión de emergencia con Philemon, Sime, Caris, Oonagh, Merthin y Magde; culpo de la crisis a la priora por desleal y esta lo acepto, solicitando renunciar a los votos y abandonar el convento, a lo que el obispo se negó. Merthin propuso crear un hospital nuevo dirigido por un patrón laico, independiente del priorato aunque no del obispo, él cedía el terreno en la isla, Madge confirmo que los ciudadanos seguirían pagando la torre si se nombraba al patrón apropiado. Todos miraron a Caris.
Más tarde la pareja examinaba los terrenos dónde poder construirlo y discutían los planos, él ya había sido padre, y no tío como pensaba la gente, le habían puesto de nombre Ronald como el antiguo conde.
SEPTIMA PARTE: DE MARZO A NOVIEMBRE DE 1361.

CAPITULO 81
A sus 40 años Wulfric seguía siendo el hombre más atractivo que Gwenda había visto en su vida, David con veinte años era su misma versión, Sam era todo lo contrario corpulento y fuerte, y con una vena mezquina achacable a su verdadero padre. Ambos trabajaban la tierra con su padre, hasta que dos semanas atrás el mayor se había fugado, el motivo era claro los jornales que se pagaban. En una visita a Northwood, Harry el administrador de Outhenby les felicito por haber recuperado la tierra de su padre y les comento que su hijo trabajaba para él, aunque este no le había dicho su verdadera procedencia. Comunico a su marido que quería ir a verlo, pero Nate no debería saberlo y para ello dirían que se iba a Kingsbridge. Se dirigió a la aldea que le mencionaron donde lo encontró, él la mando a esperarle a la casa dónde vivía, pero antes de que él llegara llego Joono Reeve, el hijo de Nate. Sam llego al poblado con el resto de compañeros y su madre le dio la noticia, al poco el alguacil apareció y le quiso poner los grilletes para llevárselo de vuelta, evitándolo él, Joono le lanzó los grilletes y lo hirió en la cara, Sam de ira le golpeo con su pala de trabajar con crueldad hasta acabar con su vida. Gwenda arrodillada junto al cadáver no daba crédito, su hijo era un asesino.

CAPITULO 82
El domingo de Pascua de 1361 Caris y Merthin cumplieron diez años de casados, contemplando la procesión de Semana Santa ella recordó el día de su boda, que preveía tranquila en la iglesia de St. Mark, pero el padre Joffroi le dijo que iban a asistir más de 2000 personas, por lo que se tuvo que celebrar en la catedral, Madge sin su conocimiento había organizado un banquete en la cofradía para las personas más importantes de la ciudad y una merienda campestre para el resto, así que la boda se convirtió en el acontecimiento del año. Ambos se dieron cuenta de que su historia había tenido a toda la ciudad en vilo y todos tenían ganas de celebrar un final feliz. Con ellos estaban los sobrinos de él Gerry de trece años y Roley de diez, que aunque vivían en el priorato pasaban la mayor parte del tiempo en su casa, su amado tenía la mano sobre el hombro de su hijo, detalle que solo sabían tres personas en este mundo.
Después de la ceremonia Harold Mason, el marido de Griselda, que había heredado el negocio de Elfric le abordo para comentarle que la gente creía que iba a construir la aguja final de la torre sin cimbra, por respuesta obtuvo que sí la iba a ver y que era octogonal, Harold no llegaba a entenderlo y él no se lo explicó. De vuelta a casa, encontraron a Lolla en la taberna con un grupo de jóvenes nada recomendables ordenándola irse con ellos a casa, uno de ellos Jake Riley se interpuso en el camino, pero cedió ante las amenazas del padre, la muchacha no lo tomo de buen grado.
Philippa les visito cuando comían, venía a buscar a los muchachos, su padre quería que estuviesen en Shiring para acudir al tribunal del condado, era una parte imprescindible de su educación, encaminada a ser condes. Les interrumpió un joven, que ella enseguida conoció, Sam el hijo de Gwenda, venía a pedirle ayuda. No lo podía cobijar pero si le daría tiempo para irse antes de avisar al alguacil, sin embargo este llego antes de lo previsto, y aunque el muchacho intentó huir y se defendió al final cayo en manos de la ley que le proporciono una brutal paliza ante el espanto de Caris.

CAPITULO 83
Shiring adoptaba un aire carnavalesco durante las sesiones que celebraba el tribunal del condado, Ralph hizo su entrada triunfal, le gustaba que todo el mundo fuese conocedor de su llegada. Estaba tenso el hijo de su mayor enemigo iba a ser juzgado por asesinato y eso le permitía poner en práctica la mayor venganza imaginable, pero una parte de sí pensaba que las cosas no iban a llegar a buen puerto. Recibió a sus hijos, y les explico que al día siguiente se sentarían junto a él, quería que vieran como se administraba justicia, ellos le pidieron permiso para ir a dar un paseo por la animada ciudad. Ralph aprovecho para hablarle a su mujer de su hijo mayor, ya tenía edad de ser escudero, para su sorpresa no solo estaba de acuerdo sino que lo había planificado todo y ya había hablado con su yerno David de Monmouth, para que lo acogiera, ello permitiría enlazar lazos con el otro condado. También hablaron de Roley, al padre propuso que también se fuera, creía que sería bueno para los hermanos, aunque bien es verdad que en ocasiones le parecía un poco afeminado y le recordaba a su hermano Merthin, ella se lo quito de la cabeza.
El juez era un abogado del tribunal del rey en Londres, Nate declaro que Sam era un siervo y no había sido autorizado a marcharse, los campesinos declararon como había sido asesinado Joono, aunque también que fue golpeado con anterioridad. Estaban presente todas las autoridades, a excepción del prior, a la par tío del acusado, Fue acusado de asesinato y condenado a muerte al amanecer, Ralph vio la cara de pánico de Wulfric, por fin lo había derrotado definitivamente, pero la mirada de Gwenda era de odio contenido y a la vez retadora, parecía reservarse algo.

CAPITULO 84
Gwenda se fue a dónde estaba sus amigos, tenía dieciocho horas para salvar a su hijo, debían conseguir que el conde pidiese al rey que lo perdonara, y les pedía ayuda para ello. Él fue a ver a su hermano, pero este aún estaba cegado en su afán de venganza y no accedió a su petición.
La madre esperaba el resultado, se sentía frustrada, pero no sorprendida, se fue al habitáculo del conde, y primero sobornando a un guardia y luego diciéndoselo directamente a Alan, pidió verle en privado. Este la recibió, mandándole desvestirse, a lo que ella se negó, lo había hecho en una ocasión y no había cumplido su palabra. Esta allí para pedirle que salvara a su hijo, pero era también al suyo, sí tenia dudas que mirara sus facciones, en su carácter y sobre todo en su instinto asesino.
A Ralph la sola posibilidad de que fuera hijo suyo lo lleno de horror ¿estaría a punto de hacer ahorcar a su propio hijo? Fue a ver al reo, y estupefacto comprobó que su parecido con el de su propia madre Maud. El muchacho lo interrogo y escucho como su madre había acudido a él a pedirle el indulto y lo había convencido.

CAPITULO 85
Al llegar a casa Lolla había desaparecido, realmente se había escapado de casa y él comenzó a preguntarse que había hecho mal. Fue a casa de Jake Riley, también había desaparecido, pero una vecina si le comento que ella solía estar siempre con él y obedecerle en todos sus deseos. Tampoco estaban en las tabernas de la ciudad, allí supo que el dinero del joven procedía del comercio de caballos. Su pequeña se encontraba en algún perdido junto a un chalán de moral dudosa, estaba en peligro y él no podía hacer nada para protegerla.
El prior paro las obras de la torre que ya medía más de 90 metros, el pobre Thomas con casi 70 años lo achacaba al derrumbamiento acaecido hacía 24 años, subió a la torre en la que estaba Philemon con Harold Mason para conocer el motivo. El diseño tenía un error, pero realmente eso no era la realidad, sino que los monjes querían construir una capilla para la virgen y eso había sido el motivo de que varios maestros constructores apoyasen la teoría del error. Comento la nueva a su mujer, al igual que la enfermedad del monje amigo, cuando apareció Lolla. La alegría fue inmensa, brotándole las lagrimas, la interrogo y la conversación acabo en discusión, sus augurios eran una realidad y ella había estado con el muchacho deambulando de un lado para otro. Fueron interrumpidos por un novicio, sir Gregory le reclamaba, comentándole el fallecimiento del arzobispo de Monmouth, su idea era decir a los monjes que su sustituto fuese Henri de Mons, y a este para sustituirle el candidato obvio era Philemon, Aquello sería catastrófico para la ciudad, un auténtico revés, el abogado tampoco era muy partidario de su nombramiento y le sugirió que propusiese otro candidato como alternativa. De vuelta a casa su hija no estaba, se había vuelto a marchar.

CAPITULO 86
El matrimonio de campesinos trabajaba de domingo como un más, en cambio su hijo Davey no estaba con ellos. Interrogado por su quehacer por su madre, decidió mostrarle en que invertía su tiempo de los domingos, sus padres y hermano le siguieron. En a un calvero del bosque les mostró unas plantas desconocidos, era rubia y no era comestible, sino que se secaba y molía y con el producto teñían las prendas. Las semillas las había comprado a un marinero cuando estuvieron en Melcombe y lo importante era que valía 64 veces más que el trigo. Una vez más el alguacil los estaba expiando y le pregunto sobre lo que había plantado recordándole que era ilegal. La familia recordó el odio del conde hacía ellos y comentaron la liberación de Sam, ella lo adujo a la condesa, y su hijo recordó que aquella la menciono con cariño, el otro aprovecho el momento para decirles que estaba enamorado. Su prometida era Amable, la hija de Annet, el estupor de la madre era total y manifestó su contrariedad, pero el muchazo estaba dispuesto a seguir con el idilio.
Ralph sorprendió al alguacil al querer ver la plantación de Davey, cuando lo vio supo que era rubia, la había visto en Flandes, luego él y Alan con sus caballos patearon los arbustos hasta dejarlos en nada, los campesinos estaban desolados. Había aprendido en Francia que la mejor manera de minar la moral de la población es quemando los campos de cultivo. Ya en la casa señorial mando llamar a Sam, toda la familia acudió y escucharon su deseo que el muchacho se formara en el arte de la guerra, sería escudero e iría a vivir a Earlcastle. Aunque su madre no lo deseaba, la decisión era del muchacho al tener ya veintiún años y este acepto la propuesta. Su otro hijo aprovecho la ocasión para pedirle autorización para casarse con Amabel, así como a que le transfiriera las tierras del padre de aquella. No lo consintió y le dijo que ambos comiesen rubia.

CAPITULO 87
Había que impedir que Philemon fuera nombrado obispo, era el plan más audaz que el prior había puesto en práctica hasta la fecha. Caris y Merthin lo primero que hicieron fue ir a ver al obispo Henry, él en todo el trayecto hasta Shiring no paraba de mirar a jóvenes morenas, buscaba a Lolla sin rastro de ella. El obispo no era un enemigo, pero tampoco un aliado. Le felicitaron por su nuevo nombramiento y le explicaron la paralización de la construcción de la torre por parte del prior y su plan para ser el nuevo obispo, a la vez que le advirtieron de que de salir tendrían que invertir mucho tiempo intercediendo entre el obispo y la ciudad, de lo que él y su canónigo Claude eran conscientes. Estaban de acuerdo en presentar un candidato alternativo y ella se lo propuso directamente al canónigo, al que le pareció una idea magnífica y sobre todo siguiendo dependiendo de Henri. El acuerdo fue total y era el obispo el que debería presentar al candidato al rey. Caris también le pidió el favor de alejar de la ciudad a Philemon, podría ir de arcediano a Lincoln. Un muchacho interrumpió la conversación, venia en busca de ella si era posible, su madre esta enferma y le pedía auxilio. Allá comprobó que la peste había vuelto.
En el camino pensaba en la enfermedad, que era como la carnicería sin sentido de la guerra, salvo que esa era causada por la guerra y esta no. Deberían poner en marcha un plan drástico para evitar que se propagase, y para ello debería convencer a tres grupos: la cofradía, las monjas y los monjes. Antes de reunirse con la cofradía hablaron con los más influyentes, él tenia un lema:: “nunca convoques una reunión hasta que el resultado no vaya a ser el deseado”. Primero hablaron con Madge de nuevo casada, esta vez con un hombre quince años más joven, su plan era cerrar la ciudad, las puertas, guarnecer las murallas e impedir que alguien entre, Merthin desde la isla de los leprosos haría de intermediario con los comerciantes para la compra y venta de productos, al irse los mercaderes las gestes podrán ir al puente a por los productos. La gente que abandone la ciudad no podrá volver. Consiguieron su apoyo.
Merthin fue a comunicarle la noticia al prior, la acepto reticente y al final el mayordomo impuso su ley, la hermandad controlaba la ciudad y el priorato estaba dentro, si alguien salía no podía volver a entrar.
Caris vio en el convento lo poco que cambiaron las cosas, los enfermos seguían en el viejo hospital, ya que en el nuevo se alojaban los huéspedes; se reunió con Joan, Oonagh y Sime, las victimas serán atendidas en el nuevo hospital por ella y las monjas, los enfermos y sus familias no podrán salir de sus casas y se les pondrá comida a las puertas. Al día siguiente los monjes abandonaron Kingsbridge.

CAPITULO 88
Gwenda se enfureció al ver lo hecho a la plantación, pero su hijo tranquilo lo importante eran las raíces y estaban intactas. Con la peste ya instalada en julio recogieron la producción, él no había vuelto a hablar de Amabel, pero ella estaba convencida de que la seguía viendo, odiaba aquella relación. Su gran preocupación era Sam de aprendiz de guerrero en Shiring y sin noticias suyas, no aguanto más y decidió ir a verlo. Entre los muchos enfermos no estaba él, lo encontró con todos los aprendices y su llegada la recibió con ironía y alegría a la vez, contándole todas las buenas nuevas que le estaban pasando. Ralph vio la reunión familiar.
De vuelta ya recorrido medio camino hacia casa, Alan la detuvo, el conde la quería ver en una cabaña del bosque cercana a dónde se encontraban. Iba hablarle sobre Sam, pero la conversación derivo en discusión y acabo proponiéndole no solo ser amigos, sino amantes. Se negó en rotundo cediendo posteriormente, estaba dispuesto a decirle la verdad sobre su hijo a su marido. La poseyó de nuevo, no quería sirvientas jóvenes como ella le proponía, la quería a ella.

CAPITULO 89
La ciudad fue una de las pocas que no sufrió el azote de la peste, el plan diseñado funcionaba perfectamente, pero trajo consigo la separación de la pareja, ella no salía del hospital dónde trabajaba codo con codo con las monjas, él realizaba su función de intermediario y no paraba de pensar en su hija huída tres meses atrás y de la que nadie era capaz de informarle a pesar de sus muchas gestiones. Un día recibió dos visitas, una la de Davey que le traía un saco de rubia para Madge, le escucho su historia con asombro y deleite, así como lo enamorado que estaba de la hija de la vieja enemiga de su madre, la segunda fue del canónigo Claude. Quería ser obispo, aunque Gregory le había comentado que Philemon era del agrado del rey y a las autoridades eclesiásticas, así como que no habría elecciones hasta que los monjes volviesen al priorato, también que estaban buscando un embajador inglés del Papa que tendría que vivir en Aviñón y que él había propuesto sin ser rechazado por el letrado, y para acabar le dio la mala nueva de la muerte de Thomas de muerte natural. Madge hablo con a Davey desde la muralla, no podía pagarle lo normal por la rubia, no era lo suficientemente fuerte, había que quitar las vainas antes de molerlas, aún así era una fortuna para él.
El domingo después de la misa cogió una sólida pala adentrándose en el bosque y en su pasado, los recuerdos le distrajeron y antes de dar con el calvero, el árbol y la carta se desoriento en varias ocasiones. La carta estaba escrita por el rey Eduardo II a su hijo, le comunicaba que se iba para no ser asesinado, todo el mundo pensaría que estaba muerto pero no sería así, no le decía a dónde se iba solo que abandonaba Inglaterra, aunque si que le gustaría verlo algún día antes de morir. La carta era su mejor arma de defensa, la reina Isabel siguió fingiendo que su marido estaba muerto, y mando matar a aquél que lo ponía en duda, como con el conde de Kent. El padre Anthony sabía la historia y se la contó en su lecho de muerte a la hermana Cecilia. Dudo que hacer con ella y al final la volvió a enterrar dónde había estado tantos años.

CAPITULO 90
Al acabar agosto Ralph realizo un recorrido por sus dominios, iba acompañado de Alan y de Sam, que desconocía su paternidad al atesorar su padre ese secreto con placer. Al pasar de una aldea a otra la indignación y desesperación iban en aumento, centenares de siervos muertos o agonizantes y el grano crecido y sin recolectar. En Wigleigh pidió cuentas al alguacil, que ya no era tan adulador desde el perdón a Sam, la única solución era entregar tierras a la gente, por ejemplo a Davey que tenía dinero para pagar el tributo de traspaso si se le concedía el permiso a casarse a pesar de la negativa de sus padres. El mismo fue a ver al joven que acepto el pago a cambio solicitaba su tenencia como libre y con un contrato por escrito. El conde cedió, pero al ser época de recolecta, sería su madre la que fuera al castillo a buscar el documento en una semana.
Allí se fue sabiendo lo que le esperaba, a la llegada vio a los aprendices practicando el juego del gato, cruel e inhumano cuyo único fin era despertar el instinto de defensa y de matar en ellos. Su única esperanza era que Philippa estuviese en la casa, pero estaba en Monmouth con su hija, él le dio el documento por el que su hijo era un terrateniente libre, ordenándole que durmiera esa noche en el castillo y al día siguiente verse con él en la cabaña de caza del bosque.
Hablo con su hijo que la notó preocupada y recomendó hacer las paces con Annet, Durmieron juntos uno contra otro, pensó en la felicidad de ser madre y en los sufrimientos en los diferentes avatares y un enorme deseo de dar muerte a Ralph en la cabaña no se le quitaba de la cabeza. Al despertar la siguió viendo preocupada y se ofreció a acompañarla, el conde ese día no necesitaba escuderos, iba con el fiel Alan a algún sitio; ella se negó y se despidió con una sonrisa despreocupada.
Temía que alguien descubriera la relación y por momentos pensó que era seguida. La pareja ya la estaba esperando, ella quería acabar pronto y pidió estar solos, él por primera vez la besó siendo rechazado, lo que le enfureció ordenándola que sea desnudara. Su hijo abrió la puerta de golpe, desenvainó su espada y se le enfrento, él rápidamente llamo a su compinche. Gwenda actuó rápidamente y lo apuñaló con su daga por la espalda cuando entraba mientras los otros peleaban, uno atacaba y el otro lo esquivaba temeroso de matar a su hijo. Este que desconocía el parentesco atacaba una y otra vez, mientras el otro intentaba explicarse, temiendo lo peor ella se abalanzó con la daga sin éxito pero su guardia quedo al descubierto por primera vez y por su pecho entro la espada de su escudero. La clavó con fuerza y no paro hasta que una vez atravesado el cuerpo se clavó en la madera de la pared. Ralph todavía con vida nombrando a Sam intentó hablar pero un coagulo de sangre se lo impido y ella que había recogido la daga del suelo de un salto se la clavó en la boca.

CAPITULO 91
En octubre enterraron el último cadáver, el hospital se quedó vacío y Caris con sus mejores galas se fue en búsqueda de su amado, se fundieron en un beso y orgullosa le comunico el fin de la peste.
Merthin anunció una feria de otoño para celebrar la reapertura de la ciudad, a la que acudirían miles de personas, ya no por la lana, sino por el paño color escarlata por el que la ciudad ya era famosa. En el banquete previo, la hermandad celebró un homenaje a Caris, las perdidas sufridas fueron muchas menos que en otras ciudades, y estaban convencidos que fue debido a las decisiones tomadas por ella.
Philippa acudió a la misa, él no la veía desde el entierro de su hermano en el que ella no derramó ninguna lágrima al contrario que él, aunque no por su perdida y ser como era, sino por lo que había podido ser. Normalmente debía de haber sido enterrado en la catedral, pero al estar cerrada la ciudad lo fue en Shiring. Su muerte seguía siendo un misterio, el juez de Shiring se decantó por la teoría de que se habían matado entre ellos, ni las armas, ni el dinero ni los caballos habían sido robados, lo curioso no es que el conde hubiera muerto de forma violenta, sino que lo hiciera a unos kilómetros de su casa después de haber sobrevivido a tantas campañas militares.
Al acabar la misa, Roley que no era pelirrojo y bajito como su padre, iba a ser esbelto y alto como su madre, entregó una talla de madera a su verdadero padre, este sintió que se le formaba un nudo inesperado en la garganta, había heredado su capacidad para imaginar objetos complejos en tres dimensiones. Le hablo de la posibilidad de decirle la verdad, pero ni ella ni Caris lo consideraron prudente, el rey quería nombrar conde a Gerry, ella administraría el condado hasta su mayoría de edad y Roley sería el segundo en la línea sucesoria.
Todos juntos se fueron a comer y para su alegría en la casa estaba Lolla, Había vuelto a casa oliendo a pocilga, todos sus amigos se habían muerto sin que ella pudiese hacer nada por evitarlo, quería ser como Caris y ayudar a la gente a salvarse. La felicidad era completa, pero llego Madge a comunicar la vuelta de Philemon.
Aquél domingo tuvo lugar la boda de Davey y Amabel, la condesa dio permiso para utilizar la casa señorial como lugar de celebración, Gwenda miraba a su hijo mayor y recordaba el encuentro en el pabellón de caza, ni su hijo ni ella se arrepentían y su habilidad para colocar los cuerpos muertos hizo que nadie los culpara; seguía viviendo en el castillo y albergaba la ilusión de que su hijo se volviera más inteligente y piadoso ahora que ya no vivía su verdadero padre. La música y el baile comenzó al acabar el almuerzo y Annet bailando con Wulfric lo besó, monto en cólera contra su recién consuegra, pero esta le explicó lo mucho que la quería su marido y lo afortunada que era, la auténtica desdichada y la que lo había perdido era ella, le pidió perdón y la besó, acabando fundiéndose en un abrazo ante los aplausos de todos los presentes.
Philemon preparó un oficio de agradecimiento por el fin de la peste, el arzobispo Henri con el canónigo Claude y sir Gregrory llegaron a la ciudad; Herni dirigió el oficio, pero el prior dio el sermón tergiversando las cosas. Al concluir Merthin se dirigió al canónigo para saber si era el nuevo obispo, para su desgracia el rey había nombrado a Philemon, aunque aún no se lo habían comunicado a los monjes. Hablo al letrado mencionándole la carta que este tanto anhelaba, negocio su entrega a cambio de nombrar obispo al canónigo, no era un chantaje al rey, era solo un intercambio más, como era costumbre en una ciudad comercial como la que en ellos vivían. Al llegar al bosque vieron que hacía muy poco tiempo alguien se les había adelantado, Thomas paso sus últimos días en la filial con el resto de los monjes y creía en manos de quién podía estar la carta. Se fueron al escondite de la catedral descubierto por él hacía once años y allí encontraron la bolsa buscada, el prior le había sonsacado al monje el secreto cuando este empezó a perder la cordura, Gregory no daba crédito a lo que leía y le prometió tener el obispo deseado.
Una semana más tare mientras Caris enseñaba a Lolla a realizar un vendaje, fue a buscarla, el edificio más alto de Inglaterra estaba concluido y le pidió que ascendiera con él para observar la vista, la culminación de la torre era sencilla, pero estaba destinada a ser eterna. Tenía miedo mirar aunque aún no había llegado a lo más alto, pero su amado le dijo que en aquél momento Philemon se marchaba a Aviñon, aquella imagen de su enemigo marchándose derrotado no se la podía perder. Continuaron hacia arriba, en la punta de la aguja había una cruz, era una convención arquitectónica, pera la práctica variaba, en Chantres era una imagen del sol, él había hecho algo distinto, un ángel del tamaño de una persona adulta, al observarla detenidamente se dio cuenta que la imagen del ángel era la de ella. Él en realidad había esculpido lo que media ciudad pensaba. Una ráfaga de aire les obligo a abrazarse y allí siguieron fundidos encaramados a la cima del mundo, durante largo tiempo.

PROTAGONISTAS
 GWENDA y PHILEMON. Hijos de un pobre jornalero de Wigleigh.
 MERTHIN y RALPH Fitzgerald. Hijos de Sir Gerald.
 CARIS WOOLER. Hija de Edmund y Rose, hermana de Alice.
 ANTHONY. Prior de Kingsbridge. Hermano de Edmund Wooler.
 GODWYN. Monje, hijo de Petronilla, sobrino del prior y primo de Caris.
 THOMAS de Langley. Caballero convertido a monje.
 CECILIA, priora de Kingsbridge.
 ELFRIC BUILDER, maestro constructor.
 GRISELDA, hija de Elfric Builder, que se quiso casar con Merthin.
 RONALD. Conde de Shiring, padre de Richard y exnovio de Petronilla.
 RICHARD. Hijo de Ronald y obispo de Kingbrigde.
 WILLIAM y lady Philippa. Hijo de Ronald y su mujer.
 JOHN CONSTABLE. Alguacil encargado de mantener el orden.
 MATTIE WISE. Curandera, amiga de Caris.
 WULFRIC. Hijo de campesinos acaudalados de Wigleigh y marido de Gwenda.
 ANNET. Campesina de Wigleigh, prometida y enamorada de Wulfric.
 BUONAVENTURA CAROLI. Comerciante italiano, amigo de los Wooler.
 MARK WEBBER y MADGE, matrimonio amigo de Caris y Merthin.
 ALAN FERNHILL, escudero fiel de Ralph Fitzgerald.
 ELIZABETH CLERK. Amiga de Merthin, posterior monja y enemiga de Caris.
 MAIR. Hermana del monasterio, compañera, amiga y enamorada de Caris.
 SILVIA CHRISTI. Primera esposa de Merthin y con la que tuvo su hija.
 LOLLA, realmente Laura, hija italiana de Merthin y Silvia.
 TAM HIDING. Jefe de proscritos, amigo de Ralph.
 MATILDA, Tilly. Primera mujer de Ralph y madre de Gerald.
 GREGORY LONGFELLOW. Letrado de confianza del rey.
 HENRI DE MANS. Obispo del priorato a la muerte de Richard.
 JAKE RILEY. Joven sin oficio ni beneficio de la que estaba enamorado Lolla.
 SAM Y DAVEY. Hijos de Wulfric y Gwenda.
 GERRY y ROLEY. Hijo de Ralph y Tilly, y su hermano.

CONTRAPORTADA
Desde la publicación de “Los Pilares de la Tierra” en 1989 millones de lectores de Ken Folleto a lo largo de todo el mundo han esperado ansiosamente este libro. El momento ha llegado.
“Un mundo sin fin” esta ambientado en la misma ciudad de Kingsbridge, dos siglos después de la construcción de su majestuoso templo gótico. La catedral y el priorato vuelven a formar la base de esta magnífica historia de amor y de odio, de ambición y de venganza, con el fondo amenazador de la Peste Negra que aniquiló a la mitad de la población europea.
Intriga, asesinatos, hambruna, plagas y guerras. Un retrato admirable del mundo medieval y una novela extraordinaria que aporta una nueva dimensión a la ficción histórica.

NOTA SOBRE EL AUTOR.
Ken Follet nació en Candiff (Gales) y cuando tenía diez años su familia se mudó a Londres. Se licencio en Filosofía en la Universidad de Londres y posteriormente se dedicó al periodismo. Durante sus años de reportero empezó a escribir obras de ficción.
Sin embargo hasta 1978 no se convirtió en escritor de éxito, con la publicación de “El ojo de la aguja”. A partir de entonces, cada novela se convirtió en un éxito internacional, siendo esta su decimoctava novela.
Actualmente vive en una vieja rectoría de Hertfoodshire con su esposa Barbara.

http://www.ken-follet.com/

"Haz lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen". Anónimo.

2 comentarios:

  1. Javier con resuménes así voy a dejar libros. El libro es un señor libro y lo has resumido muy bien. Gracias, leere los otros que tienes colgados. Animo y a seguir.
    Chema Lozano.

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  2. Qué gran resumen de un gran libro. Lo felicito de veras.

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