La joya de la provincia de Pinar del Río, su paisaje lo marca sus peculiares mogotes.
La provincia de Pinar del Río, en el occidente de la isla, es con 70.780 hectáreas la novena en extensión de las catorce que conforman la actual República de Cuba. En ella se encuentra el valle de Viñales, situado en la en la sierra de los Órganos, en la parte más occidental de la cordillera de Guaniguanico, constituye el mayor atractivo de la provincia.
Auténtica joya escondida en el interior
del país, cuenta desde 1999 con las declaraciones de Parque Nacional de Cuba y
Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Distante 27 kilómetros de la capital Pinar
del Río y una extensión de 132 kilómetros cuadrados, es una de las zonas más
fértiles de la isla, de paisaje llano en su mayor parte solo alterado por los
mogotes, que le dan un aspecto idílico.
Formaciones geomorfológicas que pueden
tener gran altura, de cimas redondeadas y formas caprichosas y contundentes, de
roca calcárea del período jurásico, resultado de millones de años de erosión,
redondeadas y cubiertas de vegetación, que se elevan majestuosamente sobre los
campos verdes y las plantaciones de tabaco adoptando curiosas formas, creando
un paisaje surrealista que parece sacado de otro planeta.
Es historia con más de 300 millones de
años y presente, naturaleza virgen y moldeada por las laboriosas manos
campesinas. El valle es el más robusto de los cársticos de la isla, y las
elevaciones conocidas como “Alturas de Pizarras” que lo rodean son de las más
antiguas, en él está parte del primigenio territorio de la mayor de las
Antillas.
Pese a ser el segundo destino turístico de
Cuba y el influjo de los visitantes, la región aún permanece intacta, con los
centros turísticos en rincones aislados integrados con la población rural y su
sistema agrario.
Al valle le da nombre su pueblo cabecera,
el más poblado. Pequeño y muy tranquilo, de diseño sencillo de dos calles, la
principal por la que discurre la carretera y una paralela sin apenas tráfico y
las perpendiculares que de ella salen. La antaño población campesina se ha
reconvertido en parte en dar servicio a sus múltiples visitantes, y muchas de
sus casas prestan servicios de alojamiento y sus complementos, al estar muy
cerca de sus principales atractivos.
Sin elementos patrimoniales ni monumentos,
toda su gran riqueza se la aportan su exuberante y caprichosa natural, con
algún retoque humano que la resalta. Los mogotes, con sus formas y cavidades;
los campos de tabaco y la gran riqueza de flora local, le hacen merecedor de su
catalogación como la joya de Pinar del Río.
Naturaleza que en gran parte se puede
visionar panorámicamente desde el MIRADOR DE LOS JAZMINES, que toma el nombre
del hotel situado en la loma donde se ubica, gestionado por Blue Diamond
Resrorts Cuba. La vista abarca todo el valle e incluso el pueblo de Viñales,
marcado por las peculiares formas elevadas redondeadas de los mogotes que lo
protegen; los extensos campos de tabaco que lo inundan del intenso verde de sus
plantas; y los cafetales que junto con la gran variedad de plantas y árboles
autóctonos dan una paleta cromática que fluctúan en función de las estaciones.
En el valle de Dos Hermanas, al oeste del
pueblo de Viñales, en la cara lateral del mogote de Pita, se encuentra uno de
sus principales reclamos turísticos, el MURAL DE LA PREHISTORIA. Realizado en
1964 por Leovigildo González Morillo, a iniciativa del geógrafo y arqueólogo
Antonio Núñez Jiménez, con unas dimensiones de 80 metros de altura y 120 metros
de longitud, está considerado uno de los mayores del mundo realizados a cielo
abierto.
Que simboliza la teoría de la evolución de
la vida en Cuba, desde una perspectiva psicodélica abarcando desde la
prehistoria hasta la llegada de los primeros habitantes indígenas, dividido en tres
secciones con doce piezas con gran colorido de azules, rojos, verdes y
amarillos, cada una con su significado especial y la descripción de su historia
evolutiva. La primera está dedicada a la fauna prehistórica, la segunda a la
vida marina y la última a los primeros humanos, con la representación de los
primeros habitantes indígenas.
Muy cerca del pueblo de San Vicente, a 6
kilómetros de Viñales en dirección a Puerto Esperanza, se encuentra la CUEVA
DEL INDIO. Una de las innumerables cuevas, en este caso surcado por un río
subterráneo, que la acción corrosiva del agua a lo largo del tiempo ha horado
en los mogotes calcáreos.
El antiguo habitáculo indígena, uno de los
sistemas cavernarios más importantes del país, fue descubierto en 1920, siendo
visitable desde 1960. Surcada por el río San Vicente con una profundidad entre
los 2 y los 16 metros y fondo de color rojo por su gran contenido en hierro,
cuyo cauce cuando crece por las riadas forma varias cascadas.
Y que se puede recorrer en parte por
senderos en un tramo de un kilómetro y medio, y en una mínima por un barco a
motor en un tramo de unos 225 metros, contando el mismo con iluminación
eléctrica. Con múltiples y espectaculares formaciones geológicas calizas, con
innumerables estalactitas y estalagmitas, en su interior se conservan pinturas
rupestres y su peculiar nombre se le ha dado por la forma de una de una de sus
rocas, que simula la silueta de un indio.
Cueva kárstica de la que existen muchas
otras, algunas visitables como la de San Miguel y el Palenque de los
Cimarrones, también en San Vicente. O el sistema o gran caverna de Santo Tomás,
en El Moncada, con sus 46 kilómetros de longitud, considerada el mayor sistema
cavernario de Cuba y el segundo del continente americano.
Mogotes y cuevas que ubican a Viñales en
el mapa de los amantes de la espeleología, con un censo de 47 espacios, 19 de
ellos vinculados a comunidades aborígenes de la época prehispánica y 28 a los
esclavos cimarrones de origen africano que conseguían huir de sus amos.
Generosa naturaleza en la que sabiamente
trabajada por los denominados “vegueros”, cultivadores de los campos de tabaco,
han hecho de la provincia de Pinar del Río y en concreto de Viñales la MECA DEL
TABACO. Aglutinadora del ochenta por ciento de la producción en ella están
ubicadas dos de las tres zonas catalogadas como las mejores del país para su
cultivo: “Semi Vuelta” y “Vuelta Abajo”, estando la de “Vuelta Arriba o
Remedios” tercera y más extensa en el centro de la isla.
Provincia en el que el tabaco ha sido
históricamente mucho más que un cultivo, toda una cultura, un legado que se
transmite de generación en generación y un símbolo de identidad. Datada está en
el siglo XVII los comienzos de su siembra, en el XVIII su producción gano
protagonismo y en el XIX se convierte en epicentro productor nacional.
Siendo el valle de Viñales, su referente tanto por calidad como por su producción. Su clima favorable, rica tierra rota y suelo rico en nutrientes específicos que permiten su crecimiento óptimo, ofrece las condiciones perfectas para un cultivo que se remonta a siglos atrás, iniciado por los aborígenes taínos y continuado por los primeros colonos españoles, transmitido como una herencia, con su técnica y conocimientos de generación en generación.
Cultivar tabaco es todo un arte que
requiere dedicación y un profundo conocimiento del suelo y el clima, cuidando
celosamente sus productores su balance natural. La actividad tabacalera cubana
requiere una técnica que en constante evolución, en el que cada hoja y cada
habano elaborado es un tributo a una tierra a la que ha hecho su razón de ser y
existir.
Desde 2015 los visitantes de la provincia
y del valle pueden disfrutar del producto turístico “La ruta del tabaco” con su
eslogan “De la semilla hasta el humo”, un circuito por el valle de Viñales, San
Juan y Martínez y Consolación del Sur, que incluye la visita a una plantación de tabaco, que permite vivir
in situ el duro trabajo y la pasión que hay detrás de cada hoja que se va a
convertir en puro. Los vegueros, como se denominan los agricultores que a ello
se dedican, muestran las diferentes fases del proceso: preparación del suelo,
siembra y trasplante, cuidado de las plantas, su cosecha, su secado y
fermentación y finalmente la elaboración manual del puro habano.
Prodigiosa naturaleza, en perfecto estado
de conservación, que ha convertido al valle de Viñales en el primer Paisaje
Cultural declarado por la Unesco en toda América en 1999, en base a que “Es un sobresaliente paisaje kárstico en el
cuál los métodos tradicionales de agricultura, principalmente la cosecha de
tabaco, han sobrevivido sin cambios durante varios siglos. Conservando también
una rica tradición vernácula en su arquitectura, artesanía y música”.
En nuestro caso disfrutado en noviembre de
2024 con motivo del XXV Congreso internacional de Fepet celebrado en noviembre
de 2024, en el que no faltaron las visitas a una gran parte de su gran riqueza
natural y empaparnos de su rica etnografía tabaquera.
MÁS
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Información de Cuba.
“El
objetivo de la vida es hacer que los latidos de tú corazón coincidan con el
latido del universo, para que tú naturaleza coincida con la Naturaleza”. Joseph
John Campbell (1904-87) profesor y escritor estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario