Aunque datada ya en el año 857, el actual templo es neoclásico del siglo XVIII.
El concejo de Ribera de Arriba situado en el centro de Asturias, lindante al norte y al este con el de Oviedo, al sur con Mieres y Morcín y al oeste con Santo Adriano, es con una superficie de 21,98 kilómetros cuadrados el tercero más pequeño en extensión de los 78 que conforman el Principado de Asturias.
Con un censo poblacional de 1865
habitantes en el año 2022, está vertebrado en cinco parroquias: Soto de Ribera –capital
municipal- Palomar, Pereda, Tellego y Ferreros. Esta última, bajo la advocación
de San Pedro, abarca nueve núcleos poblacionales entre ellas su capital
parroquial homónima.
Por la que discurre paralela el río Nalón, después de entregarle sus aguas el Caudal, con el conjunto industrial de la central térmica de Soto de Ribera enfrente, en la otra orilla del río.
El templo ya aparece en la donación realizada al cabildo de la catedral de
Oviedo en el año 857 por el rey Ordoño I, junto con otros terrenos en el actual
concejo. Testamento que aunque parece falso, y pergeñado en el siglo XII sirve
para ubicarlo al menos en el siglo XII.
Incluida en el catálogo del Prerrománico
por algunos historiadores, estudios realizados en el año 2015 por los
arquitectos Rogelio Ruiz Fernández y Macario González Astorga, han puesto de
manifiesto las condiciones planimétricas del templo con el de Santullano de los
Prados en Oviedo.
Las similitudes y mínimas diferencias
numéricas entre las distancias longitudinales, entre los tres primeros tramos
del crucero, el ancho de la nave transversal y el arco que las separa del transepto.
Así como la profusión del uso de técnicas compositivas prerrománicas como el
círculo, del círculo y medio y del triángulo pitagórico, hacen presuponer a los
arquitectos su origen altomedieval.
Tesis apoyada por otros históricos que
encuentran en ella semejanzas con templos como los de San Pedro de Nora, Tuñon,
Gobiendes o Valdedios.
Iglesia ubicada en un recinto cerrado, en cuyo inicio se encuentra una mesa procesional presidida por una cruz de Malta.
Estando en el lateral izquierdo de la iglesia, a ella adosado el cementerio parroquial.
El templo actual es un edificio reconstruido en el siglo XVIII, de claro aspecto neoclásico, con formas sencillas y rurales, que conserva la traza y elementos constructivos de origen altomedieval. Y que guarda muchas similitudes con sus vecinas de San Nicolás de Tellego y de San Martín de Pereda.
Exteriormente cuenta con una esbelta torre
culminada con una espadaña de dos campanas y una cruz, con un adosado en su
parte derecha y un pórtico cerrado a la izquierda.
Su acceso es a través de una portada
enmarcada en un arco de corte románico.
Su interior, de paredes lucidas al igual
que el exterior, cuenta con una nave y dos capillas laterales. Nave formada por
tres tramos de arcos formeros de medio punto que van enmarcando el ábside desde
la entrada, con bóvedas que recogen una serie de esculturas y retablos murales.
El cuarto tramo es cuadrado, a modo de
crucero, que antecede al ábside con la misma geometría, con dos capillas
laterales de proporciones totalmente diferentes que rompen la asimetría del
conjunto.
El templo está presidido por un retablo de
madera tallado de tres cuerpos, presidido por la talla de San Pedro, con las de
San Antonio y Nuestro Señor a derecha e izquierda.
Las capillas laterales no tienen
decoración. Estando en una un banco con una gran cruz a su derecha. Y en la
otra un confesionario.
La imagen de un Cristo crucificado, la de Santiago Matamoros y un Vía Crucis, conforman el resto de imaginería y decoración del templo.
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Patrimonio religioso del Principado.
“Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar”.
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) poeta y dramaturgo alemán.
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