Realizada del 2 al 11 de febrero de 2023 en la plaza Trascorrales, de Oviedo.
Marianín, como es conocido Mariano Arias Chamorro, fue un delantero centro cuyo paso por el Real Oviedo Sociedad Anónima Deportiva, antaño Real Oviedo Club de Futbol, entre los años 1972 y 1977 quedó marcada en la historia del equipo de la capital del Principado de Asturias.
Nacido en la localidad de Fabero,
en la comarca leonesa del Bierzo, un 18 de mayo de 1946, se formó futbolísticamente
en el equipo de su pueblo, para pasar una temporada por el Atlético Bembibre
berciano antes de dar el salto a la Deportiva y Cultural Leonesa en la
temporada 1967-68, dónde permaneció durante cinco temporadas. Donde destaco por
su capacidad goleadora siendo en la temporada 1970-71 el máximo goleador de
todas las categorías nacionales marcando 36 goles, lo que le valió al equipo
leonés el ascenso a la segunda división, con el que jugo el pichichi.
En dicha temporada (71-72) el Real
Oviedo CF se proclama campeón de la segunda división, ascendiendo a la primera división,
con su delantero Enrique Galán como máximo goleador con 23 goles.
Entre los refuerzos para la
exigente máxima categoría del fútbol español se fichó a Marianín, que firmaba
por el equipo azul el 29 de julio de 1972. Haciendo la pretemporada con el
resto de sus compañeros en las cercanas instalaciones de la fábrica de
Explosivos Río Tinto, en la Manjoya, dónde el que suscribe, entonces un
carajillo de 11 años conseguía meterse en el campo un día durante el
calentamiento y obtener un ansiado autógrafo.
Marianín no vino sólo al Real
Oviedo de la Cultural, al año siguiente lo hicieron sus compañeros Piñan y
Villafañe, dos finos centrocampistas que no tuvieron su mismo éxito. Difícil
fichaje, alabado por la afición, ya que el asesinato del presidente del Málaga
impidió que recalase en el cuadro andaluz y la apuesta del Real Madrid por el
santanderino Santillana, que lo hiciese en el club merengue.
Gloriosa se puede calificar su
primera temporada de azul, volviendo a poner a un jugador del Real Oviedo en el
ranking de los ganadores del Pichichi de máximos goleadores, tomando el relevo
de Lángara, que lo fuese durante tres ocasiones en las temporadas 1933-34 / 34-35
y 35-36 con 27 goles en cada una de ellas, aunque por aquella dicho reconocimiento
y trofeo Zarra aún no existía.
Esa temporada no sólo fue el máximo
goleador de la liga española con 19 goles en 32 partidos, sino que fue el autor
del gol 1.000 en la historia del club. El 28 de enero de 1973 pasara a la
historia, por el gol anotado en el Vicente Calderón en la derrota contra el
Atlético de Madrid por 2 a 1. Y que los aficionados pudimos seguir por TV1 que
por entonces televisaba uno de los partidos de la jornada a las 8 de la tarde.
Exitosa campaña que culminó el 17
de octubre de 1973, cuando debutó siendo seleccionador Ladislao Kubala como internacional
absoluto español contra Turquía en Estambul, en su único partido como internacional.
En el Real Oviedo permaneció otras
cuatro temporadas más hasta junio de 1977, disputando un total de 134 partidos
oficiales marcando 65 goles. Las 73-74 y 75-76 en primera división, y la 74-75
y 76-77 en segunda. Está ultima marcada por el desilusionante penúltimo partido
contra el Real Sporting de Gijón, que ganó en el Carlos Tartiere por 2 a 1, lo
que supuso que el equipo no pudiera ascender de nuevo a primera, y sí el eterno
rival, que comenzó su década gloriosa. Temporada nefasta en la historia del
equipo, que a la siguiente bajaba por primera vez a la segunda división B.
Sus dos últimas temporadas como
jugador azul estuvieron marcadas por las continuas lesiones. Decidiendo dar un
paso atrás en su carrera, y volver primero a la Cultural Leonesa, entonces en
2º B, dónde se enfrentaría al Real Oviedo. Y al finalizar la temporada, en
junio de 1978 al equipo de su pueblo el Deportivo Fabero, donde colgaría
definitivamente las botas en junio de 1979 a los 33 años de edad. Ponía fin de
esta manera a una dilata etapa como futbolística, realizada a la inversa,
circunstancia nada habitual en el mundo del fútbol.
Los años han pasado, y con motivo
del 50 aniversario de su proclamación como Pichichi nacional, del 2 al 11 de
febrero de 2023 en la polivalente plaza de Trascorrales de Oviedo, se realizó
la exposición “Marianín, 50 años de un Pichichi de Primera”. Organizada por la
Fundación Real Oviedo, siendo su comisario el historiador José Ángel Muñiz
Mangas, miembro del consejo de la historia del Real Oviedo y biógrafo del
jugador.
El que suscribe como forofo y
sufridor del Real Oviedo, que comenzó a acudir al campo Carlos Tartiere a la
tierna edad de 9 años, tiene en su retina infantil las imágenes y los recuerdos
de aquél equipo ascensor que en la década de los años setenta nos deparó tantas
satisfacciones en un fútbol en el que en cada categoría competían 18 equipos, que
para nada se parece al actual.
Etapa en el que Marianín y sus
compañeros eran los ídolos de unos jovenzuelos que cada día quince días acudían
fieles al viejo Tartiere, a ocupar su plaza en la tribuna construida por el
arquitecto Sánchez del Río, por cierto la primera sin columnas de los campos existentes
en España.
Por todo ello, no pude dejar de
acudir a una exposición en homenaje al conocido como “Jabalí del Bierzo”, apodo
con el que le bautizo el periodista Ángel Herrero del diario de León en sus
primeros años en la Cultural por su furia en el área rival, pero también a unos
jugadores que compartieron con él vestuario, en la que se me amontonaron los
recuerdos
Junto a diversas fotografías, en
color y blanco y negro, del protagonista a nivel individual, compartieron
espacio otras de alineaciones o plantilla del equipo azul. En el que no faltaron
los Lombardía, Dujkovic, Carrete, Djoric, Tensi, Vicente, Chuso, Juan Manuel,
Lolín, Maxi, Iriarte, Jacquet, Bravo, Piñan, Villafañe, Javier, Ortuondo Cortés,
Galán y Uría, por citar a algunos de los que aparecen. Y es que antes tampoco
los equipos tenían plantillas de 25 jugadores, con 17-18 eran suficientes, y el
concepto de rotaciones no existía, estando el equipo tipo en la memoria de sus
aficionados.
Importante el apartado de
reportajes periodísticos, referentes a hechos mencionados como el gol 1000, el debut
con la selección española o los 3 goles metidos al mítico Iribar en San Mamés también
en su primera temporada.
Entrevistas con titulares, que
uno recuerda bien, como cuando hace referencia a los defensas latinos Touriño, Aguirre
Suárez, Fernández, por cuya dureza –rozando la legalidad- los definió caza recompensas
si estuviesen en el oeste. Aunque también lo pudo decir de los centrales
españoles De Felipe, Benito o Gallego. O cuando hacía mención a su
compatibilidad con Galán, aquél otro extraordinario delantero cuya dupla tanto
nos hizo disfrutar. O el titular que dio cuando afirmó que su padre le obligo a
jugar al fútbol.
No faltaron los trofeos, varias
copas de las ganadas por el equipo azul, la del diario Marca que le reconoce
como Pichichi o el estético del gol 1000 donado por establecimiento Gaylo, referencia
comercial en electrodomésticos en la época en la ciudad.
Diferentes vitrinas contenían las
botas con las que consiguió el histórico gol en el campo colchonero, aunque fuese
de un espectacular cabezazo en el aire. Libros de cromos, balones, fotografías
e incluso cerillas con los rostros de jugadores, muy habituales por aquellas
fechas. O la camiseta, botas y banderines de un linier, que nos vale para
recordar cómo eran, pero que uno no ve relación con el Jabalí.
Especial mención al cuadro con
las camisetas de sus cuatro equipos y la de la del combinado nacional y sus
medias. Y es que muy pocos futbolistas tienen en su currículo hacer una carrera
a la inversa, y en este caso teniendo al Real Oviedo como epicentro y lugar de
más éxitos cosechados.
Entrañable exposición, que conmemoró una efemérides sobre un
mito futbolístico carballón, que recordó no menos entrañables vivencias
infantiles al que suscribe, aficionado y sufridor de nuestro Real Oviedo.
“Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto”. Willian Shakespeare (1564-1636) poeta y dramaturgo inglés.
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