domingo, 3 de abril de 2022

Gerónimo Lozano, el sentido adiós al discreto sabio maestro.

Obituario a Gerónimo Lozano Apolo, fallecido el 27 de marzo de 2022.

El actor estadounidense Yul Brynner afirmó que “nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Todo lo que está en medio es un regalo”. Uno de esos regalos es la amistad, la relación con personas que de una manera u otra quedan interiorizados y su presencia o recuerdo quedan marcados a fuego en nuestras vidas. Relaciones rotas en vida en ocasiones, y otras por la muerte, las más de ellas.

La tarde del domingo, 27 de marzo de 2022, me transmitían el fallecimiento de una persona cercana, de esos regalos que te da la vida, de un amigo de sus amigos, de un sabio maestro en muchas facetas profesionales y humanas. Cuyo paso entre nosotros quedará marcado por la humildad y la discreción, por un saber estar que muchos de su generación lo llevan en su ADN, y por una bonhomía con la que fue sembrando respeto y amistades a lo largo de su dilata vida.




Esa persona no es otra que Gerónimo Lozano Apolo, un caballero español extremeño nacido en la pacense Azuaga un 5 de julio de 1934 en plena contienda civil española, quien ejerció profesionalmente y vivió en Gijón desde los inicios de la década de los sesenta hasta su finado. Y que tenía en la vizcaína Arrieta, de su familia política, el oasis de paz y tranquilidad, en la que seguro gestó muchos de sus proyectos profesionales y disfrutó del descanso y vida familiar que era el embrión que regía sus actuaciones.




De formación técnica, ingeniero aeronáutico y arquitecto técnico, ejerció la docencia en su condición de catedrático de Ingeniería de la Construcción, primero en la Universidad de Madrid y posteriormente hasta su jubilación en la de Oviedo. A está le deja el legado de ser uno de los miembros fundadores de la Escuela Politécnica de Ingeniería sita en el campus de Gijón.




Actividad que compaginó con la de profesional externo,  primero en Cerámicas Rubiera que motivó su llegada al Principado en 1960 hasta el cierre y disolución de la misma, y luego como profesional independiente, conjuntamente en los últimos años con su primogénito Alfonso, que ha continuado sus pasos profesionales y docentes y fue su auténtico cómplice en sus últimas décadas.




A ellas sumaba otras facetas, como la de escritor y editor, con más de diez libros técnicos publicados, múltiples artículos en revistas especializadas y autor de más de una decena de patentes.

No fue como docente altamente respetado, ni como profesional contrastado, ni como escritor y editor, como tuve la suerte de que hace  casi tres décadas tuviese el placer de conocer al ejemplar Gerónimo. Fue allá por el año 1997 cuando fui guiado e introducido  por otro “caballero en mayúsculas” el finado Armando Álvarez, en el maravilloso mundo de las Cofradías Enogastrónomicas, y en concreto en la de Amigos de los Quesos del Principado de Asturias.



Cofradía que durante años fue para el que suscribe una auténtica “facultad de amistad y conocimientos” en el que todos sus miembros me superaban en edad y de los que intente absorber la sabiduría, conocimientos en diferentes campos y bonhomía de muchos de ellos, por desgracia ya casi todos fallecidos.  A los añorados Armandos –Álvarez y Ojanguren-, Toni Soto Jove, José Manuel Fernández y Juan Granda, u otros no tan cercanos como los Barthe –Adolfo y Antonio-, los Fernando –Medina y Miranda-, Dionisio Cifuentes o Frank Menéndez, se suma ahora Gerónimo. Descansen en paz todos ellos, siempre tendrán un hueco en mi memoria.


Gerónimo con Juan Granda.

Sobre este último hago mía la frase del poeta y escritor irlandés Oscar Wilde “En definitiva la unión de toda compañía, ya sea en el matrimonio o en la amistad, es la conversación”.  Fueron muchos los encuentros y viajes en los que disfrute de la conversación con el que en vida me refería en muchas ocasiones  como el “discreto sabio maestro”.




Tuve el placer de un mes tras otro, estar sentado a su derecha o izquierda, siempre cercanos, en las reuniones o comidas entre cofrades. Conversar sobre quesos, vinos o sobre viajes, lugares y pueblos; disfrutar de sus explicaciones sobre diferentes áreas técnicas o sobre aspectos totalmente ajenos a mi actividad profesional y mis aficiones.




Sorprendido quede cuando me invitó a su nombramiento como Académico de Honor en la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias, en reconocimiento a sus vastos conocimientos en la patología de la edificación y la metodología seguida en sus trabajos, todo un símil de la aplicada en medicina. Jamás me había parado a pensar en ello.




O cuando en prensa pude leer su análisis y observaciones sobre el atentado a  las torres gemelas de Nueva York, y comprender el efecto que un acto así causaba a los edificios. O como disfrute y cuanto aprendí con la lectura del libro “Hórreos, cabazos y garayas”, escrito junto a su mencionado hijo Alfonso, editado por Duro Felguera en el año 2003, y referencia y libro de cabecera de esta parte de la etnografía asturiana para el que suscribe.




Discreto, respetuoso y celoso de su vida privada, sin embargo nunca fui conocedor de sus tendencias políticas y militancia de las que me entere por la prensa días pasados. Pensando en ello, llegó a la conclusión que siendo conocedor de que podía herir sensibilidades ajenas, la política nunca fue un tema eje de sus conversaciones.




El inglés Simón Sinek escribió que “un amigo es un vínculo emocional, al igual que la amistad es una experiencia humana”. Vínculo y experiencia de la que pude disfrutar de un humanista que podía ser mi padre. De su sentida gratitud cada 5 de julio cada vez que marcaba su número telefónico para transmitirle mi felicitación por su cumpleaños. De su ejemplar adoración por su querida Sonsoles a la que piropeaba sin rubor y mucho orgullo hasta sus últimos momentos. De sus sabias conversaciones en torno a mesas con magníficas viandas, y como profundo conocedor de una de sus aficiones la gastronomía de la que disfruta no sólo con el colectivo cofrade mencionado sino también, por ejemplo,  con la gijonesa peña gastronómica “Puente de mando”. De su pasión turófila y por la casquería. O de su dedicación en los últimos años por la horticultura, y el huerto que diseño en su casa de Somió, de cuyas cosechas algún producto ingerí por gentileza suya.




De la lealtad a sus amigos puedo dar fé con el ejemplo que nos dio a muchos de sus compañeros cuando en junio de 2013 abandonamos la Cofradía para fundar el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos. Regido por sus principios, siempre manifestó que mientras estuviesen Frank y Dionisio, sus padrinos en la misma, seguiría en ella. No sólo comprendiendo y aplaudiendo nuestra intención, sino también guiando a su hijo Alfonso hacía nuestro colectivo, del que también participó indirectamente asistiendo a reuniones, viajes y Fiestas.




Su salud se resintió en los últimos años de su vida, con un serio contratiempo que le hizo pasar varias veces por quirófano y le fue debilitando hasta su tranquilo final, según me ha transmitido su familia. En los dos últimos años el intercambio de wasaps fueron numerosos y mi último encuentro en el que pude disfrutar de una inolvidable velada, fue el 13 de septiembre de 2021 cuando lo fui a visitar a su casa por invitación suya, cuando sus salidas externas ya eran muy esporádicas.




El escritor inglés George Chapman afirmó que los “aduladores se parecen a los amigos como los lobos a los perros”. No es para nada mi caso. Mi afecto, respeto y admiración por Gerónimo huye de esta afirmación. Fue sincero, y creo que para mi satisfacción correspondido. Todo un orgullo.


                                       


Siempre estará en la memoria de quienes vivimos y disfrutamos de su compañía y amistad. Y su legado siempre seguirá presente a través de sus ejemplares hijos Alfonso, Iñigo y Pablo. En mi caso con el primero de ellos al que siempre he visto como una continuación de él, con sus mismos principios, bonhomía y saber estar, y con el que tengo el placer de disfrutar juntos de nuestros encuentros y sincera relación. Descansa en paz amigo Gerónimo.







MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.

 

“Un amigo es un vínculo emocional, al igual que la amistad es una experiencia humana”. Simón Sinek (1973 - ) escritor y motivador inglés.

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