Situado a 4 kilómetros de
Medina del Campo, es uno de los referentes termales de España.
Medina del Campo, situada en el suroeste de la provincia de Valladolid, de cuya capital dista 54 kilómetros, cuenta con una extensión de 159,60 kilómetros cuadrados y una población de 20679 habitantes. Situada a una altitud de 725 metros, cuenta con el título de "Villa" y es capital del municipio de mismo nombre y cabecera de la mancomunidad Tierras de Medina. Ligada históricamente a la corona de Castilla, primero, y a la de España después, ya que en ella vivió largas temporadas, dictó sus últimas voluntades y falleció Isabel la Católica.
Aunque no hay
documentación escrita, la tradición hablada ha transmitido que en su municipio, a cuatro kilómetros de la villa en
dirección a Velascálvaro, existe desde el siglo XVII un lugar
denominado Las Salinas. Al él acudían las gentes de la comarca y de
las provincias castellanas a aplicarse las sales minerales, que el
efecto vaporizante del sol y los vientos dejaba en pequeñas lagunas
de agua allí situadas, y que completaban con baños en charcas cuyas
aguas contenían un gran número de minerales y tenían temperaturas
entre 25 y 30 grados centígrados.
Pronto la fama de los
tratamientos que allí realizaban y su efecto sobre los problemas de
piel, del aparato locomotor y en los retrasos del crecimiento, corrió
de boca en boca y al lugar cada vez acudían más personas en busca
de la solución para sus enfermedades. Unos lo atribuían a los
efectos del agua, pero otros a la influencia de la Virgen de las
Salinas, a la que muchos veneraban y hacían exvotos de diferentes
tipos en la capilla que albergaba la imagen de la Virgen, que se
destruyó en 1801 siendo la imagen trasladada a la Colegiata de San
Antolín, en la cercana Medina del Campo.
A finales del siglo XIX
la fama de las Salinas como lugar de curación fue agrandándose,
acudiendo cada temporada una gran afluencia de gente, lo que motivo
que el propietario del solar -Manuel Ortiz de Pinedo- construyera en
1891 el primer edificio para alojar enfermos y un establecimiento
termal, en consonancia con la moda entre la burguesía de acudir a
balnearios de hidroterapia.
Antigua casa del médico y anexo, actualmente reconvertido en lavandería y almacén.
En 1893 la Gaceta del
Ministerio de Gobernación publica la declaración de las aguas de
los cuatro manantiales de las Salinas: Manolito, Tenacidad, Anita y
Santa Elisa, primero minero medicinales y posteriormente de utilidad
pública
Con la oficialidad, el
volumen de clientes creció y pronto se construyo un nuevo hotel, y
en los aledaños de la finca otros empresarios promovieron dos
hostales de menor categoría. Iniciado el siglo XX se crea una
sociedad, cuyo mayor accionariado era el de la familia medinense
Belloso que adquiere toda la propiedad e impulsa la creación del
Gran Hotel Balneario Las Salinas.
Edificio construido en 1912 bajo el diseño de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, a imagen y semejanza del palacio de la Magdalena, de Santander, en estilo ecléptico con influencias inglesas y francesas. En ese mismo año se construyo la ermita de la Virgen de Las Salinas, se rehizo y modernizo la antigua casa de baños y se comercializaron industrialmente las aguas minero medicinales.
Edificio construido en 1912 bajo el diseño de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, a imagen y semejanza del palacio de la Magdalena, de Santander, en estilo ecléptico con influencias inglesas y francesas. En ese mismo año se construyo la ermita de la Virgen de Las Salinas, se rehizo y modernizo la antigua casa de baños y se comercializaron industrialmente las aguas minero medicinales.
La terapia aplicada en el
balneario mediante un baño hiperconcentrado de sales en forma de
cloruro sódico obtenido mediante la vaporización del agua fue un
un elemento diferenciador, siendo el único que lo aplicase en
España, convirtiéndose en todo un referente en el ámbito del
termalismo español y europeo, dando servicio a más de dos mil
personas en el período de junio a septiembre.
El complejo hotelero
dentro de la finca se componía del Gran Hotel, con 100 habitaciones,
el primitivo hotel que quedó como de segunda clase y el de San
Rafael. Estando en fincas anexas el hotel de Luisita y Paca y la
fonda de Simeón Casado. Un servicio de coches, primero de caballos y
después de motor, unía el balneario con Medina del Campo y la
estación del ferrocarril.
Los primeros años del
siglo XX fueron la época dorada del complejo, cortada por el
estallido de la guerra civil, que dio paso a más de medio siglo sin
actividad termal en la finca.
Primero fue ocupado por
el ejercito en la guerra civil y convertido en acuartelamiento de
los soldados llegados del norte de África, sirviendo también como
hospital de heridos de guerra.
Finalizada la guerra y
dado el deterioro del conjunto, la propiedad no quiso hacerse cargo
del mismo y en 1941 la finca y todos los inmuebles pasan a ser
propiedad del Patrimonio Nacional, que lo adquirió para habilitarlo
como orfanato de niños huérfanos de la guerra, creando en el
entorno un referente social de este tipo, que se completaba con otro
orfanato de niñas en una finca anexa.
Orfanato que estuvo en
funcionamiento desde 1941 a 1954 en el que cerró sus puertas y fue
adquirido por la orden religiosa de los Salesianos, que establecieron
allí un Seminario, para abandonarlo varias décadas después,
sufriendo el edificio un incendio devastador poco tiempo después.
En 1988 la finca y sus
bienes son adquiridos por la empresa “Promotora Madrileña de
Inversiones, S.L.”, para reconvertirlo en residencia de ancianos,
cambiando su decisión por recuperar su primitiva función por
influencia de un médico familiar del accionariado mayoritario.
Durante un año de
ingente trabajo se recuperó su carácter termal, trabajando con
planos antiguos, realizando excavaciones y catas en diferentes
lugares del subsuelo, descubrimiento antiguas galerías por dónde
transcurría el agua termal, limpiando los antiguos manantiales y
construyendo una planta con piscina, bañeras de hidromasaje y sala
de chorros. Asimismo se reconstruyó todo el interior del gran hotel,
abriéndose de nuevo al público en agosto de 1989.
La gestión emprendida no
fue fructífera económicamente y Las Salinas no sólo no formo parte
del boom que vivió el sector en la última década del siglo veinte,
sino que se vio abocado al cierre en el año 2002, quizá por
olvidarse de su razón de ser y no crear una oferta de balneoterápia
con sus aguas minero medicinales.
La propiedad paso a ser
del banco Argentaría, que la saco a subasta en diferentes ocasiones
sin resultado positivo, hasta que en abril del año 2006 una empresa
gallega adquiere la misma. Después de cinco meses de
rehabilitación, remodelación y arreglos en el hotel y cambios en
las instalaciones termales ampliando la oferta terapéutica, en
octubre se abre de nuevo al público el hotel y el balneario.
Poco a poco el complejo
va recuperando la credibilidad perdida, creciendo en ocupación y
solventando los problemas económicos que lastraron su crecimiento,
recibiendo un nuevo impulso en marzo de 2008, con un cambio en la
dirección y gestión, acompañado de una muy importante reforma de
las instalaciones termales con nuevas construcciones que le han
permitido adaptándolas a los nuevos tiempos.
Las Salinas es en la
actualidad el único balneario que ha funcionado en la provincia de
Valladolid durante los siglos XIX y XX, cuyas aguas están
consideradas como las terceras mejores aguas madres de Europa, en el
que se puede realizar desde el genérico circuito hasta tratamientos
personalizados. En la actualidad, a abril de 2015, el complejo lo integran instalaciones con más de 5.000 metros cuadrados y 80,000 metros cuadrados de jardines; hotel de tres estrellas con 64 habitaciones, amplios salones con diferentes
capacidades e instalaciones aptas para diferentes actividades y con una especial y cuidada restauración referencia en la comarca para todo tipo de eventos.
La oferta mercantil del
complejo se complemento y complementa con una atípica oferta
cultural, realizándose exposiciones periódicas de diferentes temas,
basada fundamentalmente en las relaciones personales de las
diferentes propiedades con artistas contrastados, entre los que
destaca el pintor y escultor Cristobal Gabarrón.
Piezas escultóricas repartidas por los jardines.
A este artista murciano
de nacimiento y vallisoletano de adopción, se deben los trabajos de
restauración y rehabilitación de la capilla realizados en el año
2000 por encargo de la UNESCO para simbolizar las inquietudes de la
Cumbre del Milenio de la ONU, inaugurada el 20 de septiembre de 2001, por el entonces ministro de interior y actual presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy Brei.
La capilla, llamada desde ese momento del Milenio, no está abierta al culto y a fecha de abril 2015 se encuentra vacía, dado que las pinturas alegóricas que albergaba forman parte de una exposición itinerante. Pinturas que simbolizan la paz, solidaridad, libertad, tolerancia, igualdad, naturaleza y educación, y que mediante unos murales de casi 500 metros cuadrados el artista captó el espíritu de la mencionada Cumbre.
La capilla, llamada desde ese momento del Milenio, no está abierta al culto y a fecha de abril 2015 se encuentra vacía, dado que las pinturas alegóricas que albergaba forman parte de una exposición itinerante. Pinturas que simbolizan la paz, solidaridad, libertad, tolerancia, igualdad, naturaleza y educación, y que mediante unos murales de casi 500 metros cuadrados el artista captó el espíritu de la mencionada Cumbre.
Lo que si se puede observar es la peculiar pieza que el artista
construyó en la misma época y que luce llamativa en el centro de la
piscina exterior del complejo.
El complejo, en la actualidad, bajo la gerencia de Antonio Castellanos y la dirección hotelera a cargo de Daniel Calleja, ha recuperado la
referencia que tuvo en tiempos préteritos siendo todo un referente
turístico de Medina del Campo y de su comarca, colaborando con
todas las iniciativas que en la misma se producen, de la que sin duda
es uno de sus principales puntos de atracción. Historia, arte,
tranquilidad, confort, buenas instalaciones termales con aguas
medicomedicinales de reconocidas bondades y excelente gastronomía
forman un conjunto de atractivos difíciles de igualar en complejos
similares, cuya visita recomiendo desde estas líneas.
Con Daniel Calleja.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.
www.balneariogranhotellassalinas.com.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
www.balneariogranhotellassalinas.com.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Centro de interpretación "Huellas de la Pasión", en Medina del Campo.
Reales Carnícerias, en Medina del Campo.
Capilla de San Juan de la Cruz, en Medina del Campo.
Reales Carnícerias, en Medina del Campo.
Capilla de San Juan de la Cruz, en Medina del Campo.
"En tierras aguas, en las tierras sal. Por tus poros manan, salud y bienestar. Blanco es el tapiz, que deja el sol. Relajado, feliz, quedó, se baño.
Para los cuerpos. que hasta aquí quieren caminar. Tú alimentabas todo el alma, de aquellos que venían a tú agua.
Recuerda en ello tempore. Niños dormían en tu pared. Años después Capilla fuiste. Y hoy un buen café me serviste".
Poemas expuestos en la cafetería del complejo.
Muy interesante la historia de este balneario. Me apunto a conocerlo este verano. Gracias por darlo a conocer. Florencio Vega.
ResponderEliminarUn hotel debe contar con la decoración e iluminación adecuada para ofrecer una experiencia memorable. Desde el lobby hasta las habitaciones, cada detalle influye en la comodidad y el disfrute de los huéspedes.
ResponderEliminarDisfrutar del Gran Hotel Las Salinas es una experiencia de lujo y confort. Su servicio impecable y su excelente maquinaria de hostelería garantizan calidad en cada detalle. ¡Un lugar perfecto para relajarse y disfrutar al máximo!
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