Cagüelu recibe en su cita anual a
los miembros del Grupo de Catas Las Alondras, el dos de noviembre, con unos meses de retraso.
El retraso acumulado por
circunstancias varias en la realización de las catas del año, ha motivado que la que toca organizar al que
suscribe, se celebre en el mes de noviembre, en lugar del habitual septiembre,
en el que Cagüelu nos acoge a todos, y de esta forma la reunión tiene lugar el
2 de noviembre de 2012, con la asistencia de todos los miembros.
Procuro que en cada cata mis
compañeros prueben y degusten, bebidas, vinos y combinados diferentes en cada
ocasión y en cierta manera originales y no frecuentes. Siguiendo está máxima
fueron recibidos con un “Agua de Valencia”, cóctel de cava, ideal para tomar en
grupo. Cuya receta es fácil de elaborar y su frescura y mediana graduación
alcohólica ideal para una bienvenida.
Su receta es: una botella de cava
brut de 750 cl. bien fría, 75 cl. de ginebra seca, 75 cl. de vodka y 150 cl. de
zumo de naranja, se sirve en copa de flauta y se decora opcionalmente con una
rodaja de naranja.
Preparados ya para la cata, dando los últimos tragos al “Agua de
Valencia”.
Una vez sentados ya en el
“escañu” –banco con mesa tradicional de las cocinas rurales asturianas- fue el
momento de realizar la cata oficial. Hacía tiempo que tenía ganas de hacer con
mis compañeros, un tipo de cata de los que más me gustan, como es evaluar un
mismo vino en diferentes añadas. Ello permite sacar importantes conclusiones
sobre la evolución, sobre la calidad de cada añada y la longevidad de las
elaboraciones.
El vino elegido pertenece a una
bodega querida, conocida y algunas de cuyas elaboraciones ya se han catado
oficialmente en diferentes ocasiones. Hablo de Bodegas y Viñedos del Alto Aragón,
S.A., que comercializa sus elaboraciones bajo el nombre comercial de Enate,
acogidas a la Denominación de Origen Somontano, siendo el vino elegido uno de
mis predilectos de la bodega, su Reserva, elaborado con Cabernet Sauvignon 100
%.
Una elaboración del amigo Jesús
Artajona, alma mater de la bodega desde sus inicios, al que tuvimos a bien
acoger en una de nuestras reuniones en el año 2000, dónde tuvimos ocasión de
poder catar diferentes elaboraciones suyas, algunas de ellas en primicia, como
fue su entonces recién elaborado Merlot Merlot.
Entregando a Jesús una placa del Grupo, en el Jirafariu de Don Armando,
como recuerdo de su estancia con nosotros.
Las añadas catadas del Enate
Reserva, Cabernet Sauvignon 100 %, fueron las de 1998, 1999, 2000 y 2001.
Añadas de considerable edad, seleccionadas para ver la evolución de
elaboraciones monovarietales de uno de las varietales que producen vinos más
longevos. Su resultado me atrevo de calificarlo, al menos, como curioso, y es
que manteniendo todos ellos una misma línea, en cuanto cuerpo, estructura y
color, sus parámetros olfativos y gustativos eran muy diferentes, y era
realmente difícil pensar que nos encontrábamos ante –en teoría- un mismo vino,
dejando todos la sensación de que han vivido tiempos mejores y que no
aguantarán mucho más.
El orden de cata seguido,
consistió en ir de menor de los años al mayor. Vinos decantados con unos quince
minutos de antelación al servicio, que en alguna de las botellas tenía que
haber sido superior, como se vio en su evolución.
Las puntuaciones recibidas
muestran claramente que ya les ha pasado su momento, planos y falto de los
parámetros que se esperaban de estos vinos y de esta varietal. La del 2000,
manifestaba aromas que para nada invitaban al consumo, muy cargado de
vegetales, mostrándose en boca mucho más generoso, con parámetros que sin
llegar a ser considerados positivos, le hacían bebible. El de la añada de 1999
fue el más valorado, el que mejores condiciones organolépticas y mejor
conservado estaba, pero comparado con el resto, no porque estuviese en
condiciones optimas.
Lo dicho curiosa cata, pero
bastante decepcionante, sobre todo para el que suscribe que los había guardado
y aún tiene algunas botellas más, con la seguridad de que era un vino de vida media
larga. No fue así, hacía tiempo que no tomaba este vino, y el resultado para
nada fue satisfactorio, y más si entramos en precios, para nada barato, ya que
sus costes en su momento, estuvieron entre los 10 y 14 €. Las puntuaciones que
han obtenido hablan por sí solas, siendo por orden de cata:
n
Enate 2001: 2,72 puntos.
n
Enate 2000: 2.84 puntos.
n
Enate 1999: 3,34 puntos, y
n
Enate 1998: 2,72 puntos.
Concluida la cata oficial,
pasamos a degustar la cena, compuesta de elaboraciones realizadas por Estela,
que acompañamos con los sobrantes de los vinos, al que se le sumo una
elaboración marroquí, también mono varietal de Cabernet Sauvignon, traída de mi
reciente viaje a Marruecos, de nombre Bonassia, que resultó muy digno y su
frescura fue agradecida, siendo mi puntuación de 2,90 puntos, aunque no forma
parte de la cata oficial, a efectos del computo final.
El primer plato fueron unos
pimientos del piquillo, confeccionados por Estela, fritos en aceite vegetal,
que no asados, con posterior pelado y servidos con una ajada.
Seguimos con otro plato de
vegetales, las “berenjenas con anchoas del Cantábrico en aceite de oliva”.
Combinación de berenjenas asadas, tomate natural, loncha de queso Cheedar,
queso de rulo de cabra, dos anchoas en los extremos, y entre ellos una cinta
del pimiento anterior, todo ello debidamente gratinado en el horno. Obviamente,
el amigo Fernando, volvió a jugar con ventaja, y en lugar de con los quesos, a
él se los elaboro con cecina.
De tercero se degusto “confit de
pato con puré de manzana”, combinación del sabroso confit –en conserva al
estilo tradicional francés- con una compota de manzana.
El postre elegido, fue un
“Hojaldre con manzana y pasas”, sencillo y agradable, con el justo toque de horno.
Al que acompaño una especialidad
de Cagüelu, el “Gin tonic desestructurado”, refrescante digestivo que hace
honor a la clásica combinación, tan de moda en los últimos años, que he
confeccionado ante mis compañeros, para que fuesen conocedores de su proceso de
elaboración. Tan sencillo como mezclar sorbete de limón, yo utilizo el de marca
La Lechera de un kilo, con un litro de tónica –en este caso he utilizado
Schweppes normal- con ayuda de la
batidora; esta combinación se sirve en un vaso pequeño congelado, y en otro
vaso de igual tamaño y también congelado, se pone ginebra sola –yo utilizo la
holandesa Bols-, aconsejando para su degustación tomar primero un sorbo de
ginebra y otro de la mezcla, y así sucesivamente.
Elaborando el gin-tonic desestructurado.
Concluida la cena, continuó la
sobremesa, con los clásicos licores y combinados al gusto de cada uno, con los
amenos diálogos y no pocas controversias. Luis y Armando se fueron poco
después, para seguir los demás, recordando viejos tiempos con nuestros chistes
y canciones. Y es que el amigo Jorge, rara vez deja pasar la ocasión de afinar
mi guitarra –que nunca supe tocar- y amenizarnos con sus canciones, seguido por
los demás, bien pertrechados con los correspondientes cancioneros, y es que la
memoria ya comienza a fallar.
Aún nos quedan dos catas
ordinarias dentro del año 2012, las que deben organizar Arturo e Iñaqui. Arturo
la ha fijado para el jueves, 22 de noviembre, y seguro que nos deleitará, como
es su costumbre, con peculiares vinos y platos leoneses.
MÀS INFORMACIÓN.
“Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad
en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos”. Mateo
Alemán y de Enero (1547-1615) escritor español.
Buen trabajo el de ese grupo. La idea de una cata vertical de Enate Reserva, me parece estupenda. Curioso el resultado, yo tengo algunas botellas guardadas también y visto lo visto las puliré rápidamente, ya que otra persona me comento que a él también se le fuerón. No me parece normal, y para nada es positivo para esta bodega que tiene tan estupendos vinos.
ResponderEliminarYa veo que recibis visitas ilustres, buen nivel.
Jorge Menéndez.