La collada de Arniciu, entre Caso
e Infiesto, acogió una nueva edición del queso más ancestral del Principado de
Asturias.
La organización del XXV Certamen
del queso Casín, corrió como desde su fundación a cargo de la Sociedad de
Festejos de Arniciu, y se celebró el sábado 1 de septiembre, rompiendo de esta
manera su tradicional fecha del último domingo de agosto.
El certamen se realiza en la
preciosa collada casina de Arniciu, ubicada a 915 metros de altitud,
en el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes. Su única comunicación
es a través de la carretera AS-254, que une Campo de Caso e Infiesto, capitales
municipales de Caso y Piloña, de la que dista 13,50 kilómetros y
20 kilómetros
respectivamente. Carretera que por su mal estado es llamada por los vecinos de
los pueblos a los que da servicio “carretera del infierno” y que reclaman
continuamente su reforma, aprobada y presupuestada, pero sin fecha de ejecución
a fecha de hoy.
La fiesta y el certamen fue
declarado en el año 2008 “Fiesta de interés turístico regional” por la
Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno del Principado de Asturias,
declaración que coincidió con el año en el que el queso al que dedican el
certamen obtuvo la calificación de Denominación de Origen Protegida.
La Collada con la carpa dónde se celebró el certamen, desde el monte Busllar.
A este certamen hemos acudido por primera vez, atendiendo la invitación y hospitalidad de Luis Riera, que cuando puede acude a su casa materna “Villa Gloria” en Campo de Caso. Esta era una cita que tenía marcada desde hace años en el calendario quesero, pero por unas causas u otras no me fue posible acudir a este año.
Esta XXV edición, va a quedar
grabada en la historia como la fecha en el que los productores artesanos particulares
y profesionales han convivido en el mismo. Hasta ahora sólo existía una
quesería profesional elaboradora y que desde su fundación siempre acudió a la cita anual, es la regentada
por Marigel Álvarez, en Reciegos; en noviembre de 2011 comenzó su actividad
Omnes Volumus Plus, S.L. en Bueres y que comercializa sus quesos bajo la marca
“El viejo mundo” y en este certamen comercializó sus elaboraciones por primera
vez Lácteos Piloña, S.L. (Ca Llechi) ubicada en Pintueles (Piloña) que comercializa
sus elaboraciones con su marca “Camín real del Sellón”. Ellos tres serán al
menos las que se acojan a la Denominación de Origen Protegida, que esperemos
constituya de la forma más inmediata posible su Consejo Regulador y puedan
comenzar a comercializarse los quesos con el etiquetado de protección europea,
y que abarca los dos municipios que comunica la collada Arniciu y su vecino de
Sobrescobio.
Con los representantes de las tres queserías profesionales, de derecha
a izquierda: Cristina y Maribel (Viejo Mundo) Ana y su madre Marigel (Redes) y
Alberto y Emilio (Ca Llechí).
Otro hito pasará igualmente a la historia del certamen, y es que la las empresarias de Omnes Volumus Plus, S.L, presentaron en el mismo la pieza que de momento marca el récord en volumen y peso de los quesos casinos a la fecha. Ha sido una pieza de 7 kilos de peso, elaborado a principios de junio y que dado su volumen aún no estaba en condiciones de ser degustado, y con el inconveniente a mi modo de ver que tenía más forma de tarta que de queso. Bonita iniciativa la de Cristina y Maribel, en el que el que suscribe algo ha tenido que ver, que pone de manifiesto que por su elaboración este queso se puede hacer tan grande como se quiera. Haber si algún día se repite, la leyenda que cuenta que los casinos en agradecimiento a su victoria en Covadonga, enviaron a Pelayo un queso casin, tan grande que lo llevaron en un carro de bueyes. ¡Y por qué no¡ el queso necesita venta y la venta marketing, y esta igual puede ser una buena forma de promocionarlo.
Una mujer oliendo el queso, sin duda sorprendida de su tamaño.
A la hora de valorar la participación de productoras, hay que tener en cuenta que por un lado estaban las productoras no profesionales y por el otro las tres queserías que figuran en el censo de las existentes en el Principado de Asturias. Diferencias existentes también en cuanto al tamaño y precios, mientras que las particulares lo hacían en piezas de
El alcalde de Caso, Tomás Cueria, que asistio junto Carmen Barrera (alcaldesa de Piloña) charlando con Mª Esther y Rosa.
Si en la primera edición de 1988 veintiuna fueron las productoras que subieron con sus elaboraciones, 25 años más tarde, solo ocho lo hicieron. Todas del municipio de Caso, y de las que cinco lo llevan haciendo desde la primera edición, y que en total pusieron a la venta 97 piezas. Ellas han sido, por orden de aparición en el folleto: Amor Cabeza, de Gobezanes, que con sus 88 años sigue elaborando el queso que ha conocido toda su vida. Amor no estuvo presente, pero si su hija Paula Suárez, que acudió con las 15 piezas elaboradas por su madre, y que estaban marcados con las iniciales CG.
Lucinda Posada, de Tanes, que un
año más acudió a la cita anual, con 10 piezas de quesos, unos con las marcas
“quesos casinos” y otros con “LP” y diversos cestos artesanos.
María Esther Muñiz, de Buspriz, que a sus 77 años sigue elaborando sus quesos con la marca “quesu casín” y acudiendo a la collada desde la primera edición, poniendo en esta edición a la venta 11 piezas.
Leonor Adrado, de Prieres, también de 77 años y una de las que sigue acudiendo desde su inicio, en esta ocasión con 18 piezas, envasadas al vacío, y con la marca “quesu casin”.
Hortensia Vega, de Prieres, que cuenta con 75 años, y que las 27 piezas que elaboró y envaso al vacío, fueron puestas a la venta por su hija Nuria González. Ella es también una de las que participa en el certamen desde su creación, y utiliza diferentes marcas con símbolos en sus elaboraciones.
Rosa Muñíz, de Orlé, cuyos vecinos sufren cada día la “carretera del infierno”, asidua desde el inicio. Acudió con seis piezas, también marcadas como “quesu casin”.
Charo Rodríguez, de La Felguerina, hija de Inés Rodríguez, que estaba anunciada en el programa y no acudió a la cita. Ella acudió con 27 piezas, marcadas con las iniciales RR.
Por su parte, las queserías que realizan sus elaboraciones como entidades mercantiles –bien personales o societarias- mencionadas anteriormente, acudían al certamen con sus piezas perfectamente etiquetas y adaptadas a la normativa que deberá regir la Denominación de Origen Protegida, ya aprobada y cuya puesta en funcionamiento ya se esta retrasando más de lo debido. Por cierto no había ningún representante de la administración regional –o al menos yo no lo he visto ni oído mencionar- en el certamen, de quién depende dar los pasos necesarios para la constitución del Consejo Regulador que haga cumplir dicha normativa.
Ahora bien, no todas lo hacían en
la misma línea. Marigel Álvarez, que tiene su quesería en su complejo de
agroturismo en Reciegos –un barrio de Campo de Caso- comercializo las 100
piezas que puso a la venta como lo hace habitualmente, envasados al vacío, y
con su marca en el que el escudo del municipio aparece en el centro, rodeado
del texto queso casin y las iniciales AM que vendía a 6 €/pieza. También tenía
a la venta requesón (20 piezas) y una
crema de queso casín (18 tarros). Con este son ya XXIII los certámenes en los
que lleva participados.
A Marigel le debe mucho este
queso, ella fue la que tiro del mismo con su apuesta allá por el año 1989 por
profesionalizar el mismo. Fue hasta escasamente un año la única que elaboró
como quesería y que trabajo por su divulgación e incito para que nuestro queso
más ancestral tenga Denominación de Origen Protegida, que debe de ser el único en
Europa que lo consigue con solo una quesería elaboradora. Por todo ello, unos
días después de estar en la collada, el 7 de septiembre, el gobierno del
Principado de Asturias, le imponía la medalla de plata del Principado de
Asturias, en su edición 2012. De nuevo mi enhorabuena Marigel.
Cristina –con chaqueta- y Maribel ante la pieza de 7 kilos de peso.
La otra debutante en esta edición, fue la quesería Ca Llechi, cuyo nombre fiscal es Lácteos Piloña, S.C, y que comercializo sus piezas con el nombre de “Camín real del Sellón”. Creada en la ganadería que Emilio Tomás Gutiérrez y Blanca Esther Gutiérrez tienen en Piloña, en Maruxones (Pintueles) en marzo de 2011, en sociedad con Alberto Valiente, quisieron que sus primeras cien elaboraciones fueran comercializadas en el certamen que exalta al queso que elaboran, y que fueron vendidas a 6 €/pieza.
Alberto entre Blanca y Emilio Tomás, con sus elaboraciones.
Estas dos queserías tienen un nexo común de unión, y que demuestra la profesionalidad por la que esta pasando el proceso de recuperación de ese queso, y es que ambas tienen en su producción a un técnico quesero. Si Alberto está involucrado en Ca Llechí, Miguel Tascón lo está en El viejo mundo, ambos son veterinarios, el primero ejerce en Infiesto y el segundo en Caso, tienen profundos conocimientos queseros y ambos han realizado una apuesta clara por su recuperación y actualización. Con profesionales como estos, el futuro no sólo de este queso este garantizado, circunstancia de la que hasta hace unos meses tenía mis dudas.
Con la satisfacción de haber vivido una bella mañana quesera (y espléndida en cuanto tiempo y temperatura) en la que pude apreciar la buena convivencia de artesanas queseras particulares y queserías profesionales; conocer a las productoras que a título individual particular han mantenido la elaboración del queso de sus antepasados; el gran trabajo que realiza desde hace 25 años la Sociedad de Festejos Arniciu y sobre todo de quedar convencido de que el futuro de nuestro queso más ancestral –jamás me cansaré de repetirlo- esta por el buen camino, dejo la Collada de Arniciu. Lo hago justo cuando llegan caminado desde Campo de Caso, los manifestantes de la plataforma vecinal “Redes, sin vecinos no hay paraíso” que tan justificadamente reivindican el arreglo de la carretera AS- 254, reivindicación a la que me sumo como usuario puntual de la misma.
MÁS INFORMACIÓN.
Quesería artesanal "El viejo mundo" (Omnes Volumus Plus, S.L.)en Bueres (Caso).
Quesos Dendecaguelu.
Quesos Dendecaguelu.
“Sabemos, queremos y ……… contigo podemos”. Lema de la junta directiva de la Sociedad de Festejos de Arniciu.
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