miércoles, 26 de septiembre de 2012

El Casino. Tienda tradicional en Campo de Caso.

Esta peculiar tienda, es un buen ejemplo del estereotipo de este tipo de  establecimientos rurales, que languidecen en espera de la jubilación de sus dueños.

El concejo de Caso esta ubicado en el sudeste del área central del Principado de Asturias, en la ladera norte de la Cordillera Cantábrica, y es la cabecera del río Nalón, el de más largo recorrido de la Comunidad. Su extensión es de 307,94 kilómetros cuadrados, lo que le convierten en uno de los más extensos de los 78 concejos existentes, con un 2,90 % del total del Principado.
Su capital es Campo de Caso, más conocido como el Campu, una de las diez parroquias en el que esta dividido, siendo la segunda que más población aglutina de todas ellas, con sus 412 habitantes, el 21,28 % del total del concejo, que a fecha de 2012 tiene 1936 habitantes censados.
En el Campu, en su centro neurálgico, enfrente de la iglesia parroquial y a escasos metros de la iglesia y del Consistorio, en la avenida Raimundo Pascual, se encuentra ubicado el Casino, emblemática tienda que abrió sus puertas en 1941.
Aunque en la fachada del edificio cuya planta baja alberga la misma, y en su puerta aparece el año 1920, esta es la fecha de la edificación inicial del edificio, ya que este tuvo que ser reedificado después de concluida la guerra civil, época en el que fue destruido.



Edificio cuyos bajos albergan el negocio.




Este establecimiento se acoge perfectamente a la tipología de los muchos existentes a lo largo y ancho de nuestro Principado, de los que cuentan con una gran disparidad de  mercancías, en teórico desorden y mezclados, con objetos por todos los sitios -incluído el techo- donde es posible encontrar casi cualquier producto del tipo que sea o se solicite. Es el estereotipo de la clásica tienda de nuestro entorno rural, que vivió tiempos mejores, y ahora languidecen lentamente y se encuentran a un paso de su extinción.









La casa en su momento albergo el Ateneo de Campo de Caso, de dónde tomo su nombre. La tienda abrió sus puertas en 1941, fruto del acuerdo de José González con Trinitario González, oficial del Ayuntamiento de Caso y yerno de doña Claudia, la dueña de la casa.
José González Martínez, nativo de la cercana localidad casina de Coballes, emigro a Cuaba como tantos jóvenes de aquella época en busca de mejores oportunidades de vida. De vuelta a su tierra natal, José se instalo en un comercio en Gijón, pero los avatares de la vida y de la guerra civil, con su suegro preso, le obligaron a volver a Coballes, dónde abrió una tienda de comestibles, para luego hacerlo  en Campo de Caso.
La tienda cuando abrió sus puertas, después de la dramática guerra civil española, era la encargada de repartir el racionamiento entre los habitantes de el Campu, lo que por aquella época era conocido como tienda de Abastos. Eran tiempos difíciles, en los que la supervivencia se convirtió en bandera de una población casina, que multiplicaba por tres a la actual, ya que el censo de 1941 era de 5.843 habitantes.
José González tuvo tres hijos, que en mayor o medida se involucraron en la actividad, siendo el menor de ellos, Mariano, el que se quedó en el negocio familiar, mientras sus hermanos Juan y José, eligieron otras profesiones, en concreto el primero de chofer en los autobuses de El Carbonero y el segundo de técnico de RNE en el monte Naranco de Oviedo.


 Mariano y su cónyuge Mary Carmen, detrás del mostrador.




Mariano, nacido en el edificio en 1944,  lleva casi toda una vida en la misma, ya que comenzó a trabajar en ella en 1958, contando desde 1980 con la inestimable ayuda de María del Carmen Fernández, con la que contrajo matrimonio en 1980. Mary Carmen, que en la actualidad cuenta con 59 años, es como bien recalca ella magueta, de Villamayor (Infiesto) y conoció al que hoy es su marido en Pola de Laviana, a dónde acudía a repartir leche desde su localidad natal.
Ellos son los que atienden este negocio, cuyo grueso de actividad es la de tienda de diferentes productos, pero en la que es posible tomar poco más que una cerveza, siendo esta sin duda la diferencia existente entre una tienda rural o urbana. El Casino no es el tipo de tienda-bar habitual rural, en el que conviven ambas actividades en un mismo local, en el que es posible consumir como en otro cualquier bar o incluso comer en ellos. Allí el consumo de bebidas es simbólico, no tiene mesas y su oferta es muy escasa, principalmente cerveza o algún licor, con la gran ventaja de que su precio se corresponde más al de una tienda que al de un bar.





Mary Carmen, con Monti, vecino y cliente habitual del establecimiento.




Sin embargo, si son varios los parámetros característicos de estos establecimientos rurales, que encajan perfectamente en la realidad de el Casino. Primeramente la media de edad de sus propietarios, que es alta e incluso como este caso es frecuente que haya una persona que, por edad, ya debería haberse acogido a la jubilación al frente de ellos, lo que compromete el futuro de estos negocios al no haber continuadores, en muchas ocasiones desanimados con su poco atractivo actual. Y sobre todo el ser un sector mercantil en vías de extinción, enfrentándose día a día a varios graves problemas, como que sus precios son menos competitivos que los ofertados por los supermercados y medianas superficies, y sobre todo  por que su número de clientes es limitado.
Este probablemente sea su mayor problema, el despoblación y el envejecimiento que está afectando a todo el campo asturiano, y que minimiza su potencia demanda, como bien es consciente Mariano, que ha visto el despoblamiento sufrido por su concejo nata, con la perdida de cerca de 4000 habitantes, desde que la tienda abrió sus puertas.








La clientela del Casino es de su entorno inmediato, del de Campo Caso y los núcleos rurales que lo rodean, y uno de sus rasgos fundamentales es la de adaptarse a las necesidades y requerimientos de sus vecinos. Así en él la oferta es tan variada, que uno encuentra desde lencería y ropa interior hasta piensos para el ganado; desde productos y útiles de ferretería hasta congelados; desde golosinas a sal en sacos; desde comestibles y fruta a calzado o desde bebidas a productos de matanza. La oferta abarca todo lo que se necesite, la demanda es la que marca la compra, atender las necesidades de sus clientes y vecinos es su máxima.
De ello les puedo dar buena fe, en una de las visitas al Campu, invitados por el buen amigo Luis Riera, que tiene su casa familiar “Villa Gloria” casi enfrente del mismo, una peculiar necesidad fue cubierta sobre la marcha, haciendo bueno todo lo dicho anteriormente. En este tipo de establecimiento cualquier primer –y no tan primer- necesidad se puede cubrir sobre la marcha.



Mary Carmen, observando a Luis Riera, con Monti a su derecha y Poldo Vega a su izquierda.




Pero si algo caracteriza a este tipo de establecimientos, e insisto que el Casino al no ser bar sólo se ajusta en parte al perfil mencionado, es la convivencia social como norma predominante, en ello no hay clases sociales, allí son todos vecinos, y a menudo son el lugar escogido para sus reuniones y al que acuden no sólo para comprar, sino también para preguntar o resolver cualquier avatar que les pueda surgir.
Sin duda la prueba más evidente del tipo de relación especial que tradicionalmente ha existido entre propiedad y clientes-vecinos, son las conocidas libretas. Ellas han sido el sustento de muchas familias, nacidas de la necesidad y convertidas en costumbre durante muchos años. Nacen de la imposibilidad de pagar al contado, siendo anotadas el  importe de las compras realizadas en una libreta, que se cancelaba cuando era posible, soliendo coincidir con alguna venta –por lo común ganado- cuyo importe permitía su cancelación. El Casino no fue una excepción y en él aún se conservan un par de ejemplares, que van desde 1967 hasta hace poco menos de una década, y en el que no hay ninguna deuda pendiente como bien hace costar Mariano.



Un ejemplar de libreta utilizada en el Casino.




No me cabe la menor de las dudas, de que estos establecimientos bien merecen un tratamiento específico desde las diferentes administraciones. Ellos son auténticos bastiones de nuestra cultura, son el termómetro ideal para captar el pulso que aún late en nuestro medio rural y en muchas ocasiones el núcleo aglutinador de las relaciones humanas entre vecinos. Su paulatina desaparición y el camino emprendido hacía su extinción desde hace ya bastantes años, debe de ser motivo de preocupación.
Son el complemento ideal de cualquier política turística, forman parte del paisanaje y suelen ser el embrión social del lugar y sin duda son un enorme atractivo por su peculiar idiosincrasia. Uno no puede entender que con las múltiples y continuas subvenciones que hubo en décadas pasadas para establecer casas de aldea y otro tipo de establecimientos turísticos,  no se haya tomado ninguna medida ni jamás se haya planteado,  en la protección y aseguramiento de la continuidad de este tipo de negocios. Aunque pueda parecer descabellado, el que suscribe es partidario de que los mismos no solo gocen de medidas protectoras, sino que debería estar catalogados como parte de nuestro patrimonio intangible, forman parte de nuestra historia y en muchas ocasiones son el  nexo de unión de sus convecinos.









Cierro el presente con la esperanza que en una inminente vuelta a disfrutar de la hospitalidad casina con los amigos Pili y Luis Riera, podamos saludar a Mary Carmen y Mariano, adquirir algún producto en el establecimiento y tomar una cerveza con uno de sus fieles clientes,  José Manuel Capellin Mora –al que todos conocen desde su infancia por Monti- y escucharle sus historias y anécdotas, sería señal que el tiempo sigue respetando las tradiciones rurales y que el Casino sigue latiendo.






Mary Carmen en su abarrotada trastienda.





“Los intereses particulares hacen olvidar fácilmente los públicos”, Charles Louis de Secondant, marques de Montesquieu (1639-1755) político francés.

13 comentarios:

  1. Mira que he pasado e ido al Campu, y nunca me había fijado ni oído hablar de este. Sin duda es para nostalgicos como me parece que es usted. Estos sitios jamás se deben de perder.
    María José Cortina.

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  2. José Luis Álvarez de Stolberg/Alemania9 de noviembre de 2012, 15:14

    El pasado Julio del 2012 hemos estado un grupo de 6 personas (5,5 Alemanes y 0,5 Asturianu) pasando 15 dias de vacaciones en el Hotel Rural Reciegos (por cierto un hotel fantástico con un gran trato familiar y personal). Una amiga del grupo me preguntó si nos podríamos informar, donde podría comprar una escoba muy especial, que no se si la podré describir: es rectángula, de unos 30 cm de ancho y con muy poco cuerpo. En la parte superior tiene un pequeño cilindro en donde se mete "el palu". Generalmente es de plástico y Ula la quería para utilizarla en el jardín y terraza de su casa en Stolberg (Alemania). Se lo pregunté a Marigel, la dueña del Hotel Reciegos, y me dijo que esa clase de escobas ya no se usan, no obstante nos aconseja el preguntar en El Casino, porque sus dueños Mary Carmen y Mariano suelen tener de todo lo que uno ni se imagina. Allí fuimos y cual fue nuestra sorpresa cuando Mariano nos enseñó exactamente la escoba que Ula buscaba!! Me parece que le quedaban 4 ó 5 y los miembros de nuestro grupo se las compraron todas.
    Estes tiendes de pueblu deberíen de conservase.
    josé luis

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  3. ¡Buenas tardes!Estamos buscando familiares de Don Jose Teston Posada nacido en Campo de Caso en el año 1887 que emigro a Cuba hijo de Manuel Testón natural de La Hijuela de Pendones e hijo de Lucinda Posada Lobeto también natural La Hijuela de Pendones.
    Un saludo y Gracias

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    1. Ayer conocí a una mujer, dentro de un acto de nuestra asociación, que se llama Lucinda Posada Testón y es de Pendones aunque creo que vive en Tanes. Por cierto, una conocida y reputada artesana. Precisamente mañana, día 20 de octubre, incluiremos un post en nuestro Facebook sobre ella con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujeres Rurales y de la XXV Edición de la Abuela Campesina de la AMCA que este año celebramos en el Concejo de Aller.

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    2. Creo que es nacida en la casa el Pandu, barrio de La Felguerina

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  4. ¡Buenas Tardes!Estamos buscando familiares de Don Jose Testón Losada que emigró a Cuba natural Pendones nacido en el año 1887 hijo de Don Manuel Testón natural de La Hijuela de Pendones hijo de Doña Lucinda Posada Lobeto natural de La Hijuela de Pendones.
    Muchas Gracias.
    Un saludo.

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    1. Si no me deja un correo electrónico no podré transmitir su petición. Muchas gracias.

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    1. Transmito esta información a habitantes de Campu de Caso para ver si es posible contactar con algún familiar. Saludos.

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    3. Hola, soy bisnieta de Don Jose Teston Posada y vivo en Florida, USA. Queria saber si habían encontrado alguna información? He estado buscando información en Ancestry pero al parecer no hay muchos datos de España.

      Muchas gracias
      Email: isandrarx@gmail.com

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    4. Buen día, a fecha actual solo he recibido el comentario publicado en el presente de fecha 19 de octubre de 2015.
      Voy a ver si a través del Ayuntamiento se puede obtener algo.
      Saludos cordiales.

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