lunes, 20 de diciembre de 2010

El secreto del éxito. Las 10 claves. Michael Bennett

El secreto del éxito. Las 10 claves. Michael Bennett. Integralia la casa natural, S.L. Valencia 2007. 107 páginas.

INTRODUCCION. El éxito y la abundancia aparecen cuando se les llama adecuadamente.
Todos queremos progresar, triunfar, crecer y realizarnos interiormente. Pero muchas veces cuando tratamos de lograrlo sólo encontramos desilusión y frustración. Esto sucede cuando se intenta lograr ese crecimiento, ese progreso, ese triunfo, solamente en el exterior. Es en nuestro interior, en nuestra mente, donde radica todo lo necesario para lograr el éxito en la vida.

EL PRIMER PASO, Mente clara, objetivos concretos.
“No puede haber decisión equivocada si unimos la razón y la intuición, la mente consciente con la inconsciente”.
Nuestros cinco sentidos nos permiten, ver, oír y tocar; a partir de ahí podemos sentir, pensar y razonar. Es decir, hay una relación directa entre nuestros sentidos y nuestra mente. Es más, es nuestra mente la que dirige los sentidos y nos comunica con el mundo.
Lo que debemos saber, y también aprovechar, es que cuanto más intensamente vivimos la emoción positiva, más nos motivara lo que hacemos. Y esto, es la gran clave del éxito. Pero no siempre se produce una sola emoción aislada del resto, sino que es la fusión de varias de ellas lo que indica nuestro estado anímico.
La mente es la gran artífice de las emociones, de los pensamientos, de los sentidos y de todas las funciones de nuestro organismo. Claro está que hay funciones orgánicas y psíquicas de las que somos conscientes y otras de las que no. El conocimiento de la mente nos permite comprender mejor la realidad.
Si separamos mente consciente de mente inconsciente, estamos en manos del azar y de las circunstancias, que, a veces, coinciden con nuestros propósitos y otras no. En este último caso, no somos artífices de nuestro destino.
La razón es una de las cualidades del ser humano, pero no sólo hay que dejar las decisiones que adoptamos bajo su exclusiva influencia. La intuición también tiene mucho que aportar, y cuanto más nos acostumbremos a permitir que se muestre, más podrá fusionarse con la razón. Entre ambas forman un equipo infalible. No puede haber decisión equivocada si unimos la razón y la intuición, la mente consciente con la inconsciente.
Aquellos que triunfan no son seres especiales, son iguales a cualquiera. La única diferencia es que han aprendido a usar su mente correctamente, es decir, a su favor.
Cuando logremos voluntariamente conectar con nuestra mente inconsciente y dirigirla, podemos obtener cuando queramos sin límites. La mente es la artífice de nuestro destino y no el entorno o las circunstancias.
Es muy importante asumir que para lograr el éxito necesitamos un objetivo, pero el éxito en sí mismo nunca debemos tenerlo como objetivo, ya que se pierde la fuerza de la concentración en lo concreto.
El éxito en algo concreto es un objetivo al que se llega paso a paso, y una vez lo hemos logrado entendemos que simplemente se trata de otro paso más. El camino del éxito es incesante, ya que se fundamenta en el éxito interior como artífice del exterior, y siempre debemos intentar ser mejores.
Antes de actuar es mejor que fecundemos nuestra mente con lo que queremos lograr. Trata de no valorar si tienes o no posibilidades de conseguirlo; cuanto más cuestiones lo que quieras lograr, menos opciones tienes de conseguirlo. El miedo al fracaso suele ser una de las características de aquellas personas que no consiguen lo que quieren.
Si nos quedamos lastrados tras un intento fallido pensando en que podía haber sido y no fue, jamás lograremos que esa experiencia sea positiva y nos ayude a entender el porqué del error y a poner los medios para que no vuelva a suceder.
Intención y atención son dos claves indispensables para lograr nuestros objetivos. La atención sobre algo actúa actualizando y dando vida al objeto al que se presta atención. La intención es una energía transformadora, que coordina por sí misma que nos dirijamos a donde queramos, y la atención focaliza los esfuerzos hacia el objetivo. Primero surge la intención de lograr algo, luego, la atención sobre lo que queremos; y finalmente, de nuevo, la intención de mantener la suficiente atención como para conseguirlo.

 La práctica. Antes de acostarnos a dormir fecundemos nuestra mente con lo queremos lograr. Concentrémonos exclusivamente en lo que queremos. Pensemos en los detalles del objetivo. Cuanto más tiempo le dediquemos y más intensidad pongamos en conseguirlo, más posibilidades tendremos de lograrlo.

 La clave. La mente es el artífice de nuestro destino y no el entorno o las circunstancias.

EL SEGUNDO PASO. El deseo.
“Conquistando nuestros pensamientos, dominaremos cualquier situación, y veremos cómo los miedos irán perdiendo intensidad”.
Un deseo firme y sincero es el segundo paso para lograr el éxito. Hay una máxima en las diez claves del éxito: si realmente lo quieres, lo obtendrás.
Para lograr el éxito, una de las mayores dificultades con las que nos encontramos es no saber quiénes somos. Un paso importante es dejar de vernos según nos vean los demás; de esta forma las opiniones favorables o desfavorables tienen menos influencia sobre nosotros. Pero tampoco se trata de autoengañarnos creándonos una falsa imagen de nosotros mismos. Es bueno escribir lo que entendemos que opinan de nosotros, así podemos valorar con más exactitud, desde una visión externa y a la vez interna de autorreflexión quienes somos.

 La práctica. Para potenciar íntimamente lo que queremos conseguir, una vez al año, en una fecha prefijada, haremos una lista con nuestros deseos y objetivos. Se llevara con nosotros y ser repasara cada día. Hay que conservarla y pasado un año –es conveniente trazar los objetivos a un año vista- comprobar que se ha conseguido y qué no. Tras revisar la lista y meditar sobre ello, se deben trazar unos nuevos objetivos para el año siguiente.

 La clave. La angustia y el miedo empobrecen la mente e impiden que se realicen los deseos de vivir libres de limitaciones y de obstáculos internos. Conquistemos nuestros pensamientos y dominaremos cualquier situación. Así, los miedos y angustias irán perdiendo intensidad. Esta capacidad de comprender la realidad nos permite liberarnos de los miedos y temores.

EL TERCER PASO. Saber lo que queremos.
“El pensamiento crea el escenario para que nuestro mundo interior se refleje en el exterior”.
Si somos capaces de depositar en nuestra mente el objetivo que buscamos, ésta, inmediatamente y sin descanso, se pone a trabajar en la dirección correcta. Para ellos es fundamental saber lo que se quiere.
La mente tiene una inmensa capacidad creativa, pero para poder desarrollarla es mejor que tenga un modelo en que inspirarse. Si otros han recorrido el camino por qué no usar su experiencia como modelo para inspirar nuestros pasos, sabiendo que cada camino es distinto y cada persona única.
El mismo hecho puede ser interpretado de mil maneras por distintas personas, incluso por una misma, dependiendo de su estado anímico y de sus circunstancias particulares.
Los pensamientos no surgen del exterior, sino de nuestro interior, y no hay fuerza más poderosa que el pensamiento, y al depender de nosotros es en nosotros donde reside el poder de lograr que los pensamientos sigan el camino que queramos.
La mente es capaz de crear cualquier problema, pero de la misma manera es capaz de resolverlo. Además, tiene una curiosa capacidad, le cuesta lo mismo solucionar un problema de aparente gran magnitud que otro de apariencia insignificante.
Hay que tener en cuenta algo importante, cuando los problemas se acumulan la capacidad para resolverlos va mermando. Si no tienes éxito en la vida, párate; primero trata de solucionar los problemas y asuntos pendientes, verás cómo sin más las cosas comienzan a fusionarse, a funcionar.

 La práctica. Una de las claves del éxito es saber lo que queremos; de esta forma es más fácil, que consciente o inconscientemente, se cree en la mente una imagen clara y precisa, que nos lleve hacia donde realmente queremos.

 La clave. El pensamiento crea el escenario para que nuestro mundo interior se refleje en el exterior, la idea se materializa.

EL CUARTO PASO. Autosugestión y visualización.
“La práctica de la autosugestión permite aumentar la capacidad de atención, la memorización, la serenidad y la tranquilidad”.
La mente no aprovecha la abundancia que nos rodea y se limita a sufrir las privaciones que le imponemos con una visión estrecha de la realidad. El mundo es abundancia, sólo hay que coger para nosotros lo que necesitemos y entregar el resto.
El pensamiento adquiere vida propia gracias a las imágenes que creamos en la mente. En cuanto surge un pensamiento, comienza a darse una sucesión de fenómenos para trasladarlo a lo tangible. Que esto suceda o no, depende fundamentalmente del tiempo que se mantenga la imagen y de su intensidad.
Si somos capaces de usar nuestros pensamientos a voluntad, grabando en la mente las cosas que deseamos, somos capaces de crear el mundo, nuestro mundo.
La mayor parte de los fracasos tienen como causa fundamental el hecho de no saber lo que se quiere, es decir no tener claros los objetivos. Sí, la mente es capaz de todo, pero hay que facilitarle el camino: desear, visualizar y actuar en la correcta dirección.
La sugestión surge cuando imaginamos algo y se produce un condicionamiento en el pensamiento. Su eficacia positiva o negativa, radica en que influye decisivamente en el inconsciente. Pueden surgir por causas exteriores que influyen en las personas o por pensamientos propios.
La práctica de la autosugestión permite aumentar la capacidad de atención, la memorización, la serenidad y la tranquilidad. Su potencial, adecuadamente dirigido, es inmenso. Pero también existe la autosugestión negativa, que es un lastre para todo aquello que queramos conseguir; una de las causas más comunes es la aparición de las dudas en cuanto al sentido de nuestro esfuerzo y proyectos, el esfuerzo puede ser más o menos acertado, pero nunca inútil.
Ser capaces de crear imágenes mentales precisas y racionales indica que se sabe lo que se quiere y que se puede dirigir hacia ese objetivo mediante la representación, incluso paso a paso, de lo que se quiere lograr. Una forma fácil de dirigirla es grabando la imagen de alguien que haya logrado lo que pretendemos.
La visualización de cómo llegar a lo que queremos anticipa el resultado antes de hacerse realidad. Pero hay que diferenciar entre fantasía e imaginación. La fantasía conduce a perder algo, generalmente tiempo y oportunidades; la imaginación nos lleva a ganar algo, confianza, y nos preparan para ver las oportunidades cuando llegan. La visualización establece que se realice en el exterior lo interior; hemos de intentar que las imágenes sean lo más reales que podamos.

 La práctica. Para dominar las sugestiones negativas podemos implantar en la mente una imagen representativa del objetivo. Lo importante es que sea una imagen nítida y manifiesta de aquello que queremos lograr.

 La clave. La mente es capaz de todo, pero hay que facilitarle el camino: desear, visualizar y actuar en la correcta dirección.

EL QUINTO PASO. La decisión de actuar: acción e inteligencia.
“La fortuna se acerca a los que saben tomar decisiones, aunque se equivoquen o quizá precisamente por ello”.
Es evidente que no basta imaginarse algo para lograrlo, hay que hacer algo más. No existe una energía más dinámica y poderosa que el pensamiento; si entendemos que no sólo es creativo, sino creador, estamos reforzando en nosotros la posibilidad de crear todo aquello que pretendemos.
Muchas veces esperamos que las circunstancias sean propicias. Así es, hay que aprovechar las circunstancias favorables, pero también debemos de considerar que, si no lo son, podernos crearlas.
Si no actuamos nunca lograremos lo que queremos, pero si no lo hacemos con inteligencia, tampoco. Y una forma inteligente de actuar es tener un proyecto.
Una vez tenemos claros los objetivos y un plan de cómo llegar a ellos, surge un estado de receptividad que permite que estemos abiertos para que cuando se den las circunstancias oportunas que hemos ido creando, estemos preparados para recibir el éxito. Esto no quiere decir que todo salga a la primera. El éxito es la suma de las equivocaciones y la perseverancia.
Los errores que se cometan pueden conducir a crisis si no sabemos entenderlos; pero aún así muchas veces las crisis son grandes oportunidades para levantar el entusiasmo.
En la vida no tiene más éxito quien se esfuerza y trabaja más, sino quien lo hace en el momento oportuno o de forma inteligente. Seguir la trayectoria adecuada tiene tanto valor como el esfuerzo que se pone.
Generalmente es fácil conseguir el éxito y atraer la buena suerte, pero lo que falla es la decisión de dirigirse hacia ello. Es importante pensar que podemos, pero lo fundamental es dirigirse hacia ello e intentarlo.
Para cultivar la capacidad de decisión y entusiasmo nada mejor que ejercitar la mente a diario. Ejercicios rítmicos como andar, nadar o correr mejoran la memoria, la capacidad para razonar y la capacidad de reacción; también por supuesto la actividad intelectual nos garantizan un buen funcionamiento de la mente a largo plazo. Es importante acostumbrarse a resolver problemas, es una atractiva oportunidad de ejercitar la mente de una forma sencilla.

 La práctica. La mejor forma de lograr el éxito no es abrumarse de trabajo, sino trabajar con inteligencia.

 La clave. Hay dos máximas de las claves del éxito que deberéis situar en vuestro interior; ante la supuesta dificultad, decisión; ante el esfuerzo excesivo, entusiamo.

EL SEXTO PASO. El entusiasmo y la paciencia.
“No existe el fracaso, sólo pasos que nos conducen hacia el éxito”.
El entusiasmo es uno de los mayores regalos que podemos recibir en la vida; algo que no nos gusta puede pasar a ser llevadero y enriquecedor e incluso abrirá nuevas posibilidades.
Una mente que no sea optimista y entusiasta tendrá muchos más obstáculos para triunfar que una que lo vea con confianza y alegría. Lo primero que debemos de tener en cuenta es que no podemos tener éxito si mantenemos un estado mental negativo.
Una de las máximas de las claves del éxito que no se debe de olvidar es que no existe el fracaso, sólo pasos que nos conducen hacia el éxito. También que el éxito es bueno, si no lo es, no es éxito. Hay ocasiones de obtención de situaciones azarosas que nos son adecuadamente aprovechadas, el éxito es lago sólido y siempre favorable.
Muchas veces no se trata de esforzarse más, sino de tener entusiasmo. El optimismo mira hacia el futuro y acepta lo que ocurre viendo el mejor lado de la situación. Pero el entusiasmo mueve a la persona a actuar en el momento presente y es capaz de transformar las circunstancias.
Está claro que al éxito le gusta el entusiasmo, así como la perseverancia, el cariño, la gratitud y también la paciencia. La paciencia es la gran virtud de la persona que tiene éxito; la precipitación es un error de cálculo que nunca se debe de cometer; hay que saber cuándo y cómo actuar y sobre todo emplear el tiempo eficazmente.
La cuestión no es estar constantemente activo sino estarlo cuando se precisa; no hay que mirar la actividad desplegada, sino los resultados que se obtiene.
La paciencia es una de las grandes virtudes que atrae el éxito. Cultivarle es dar un gran paso hacia su logro. Paciencia y entusiasmo son las dos patas más sólidas de la mesa donde se sirve el éxito.
La inteligencia está íntimamente ligada a la paciencia, y esta conduce a la perseverancia. La persona que trabaja la paciencia sabe esperar el momento en el que las condiciones son favorables; sabe buscar alternativas, dónde unos ven fracasos ellos ven oportunidades. Cultivando la paciencia se sabe elegir la mejor opción en el mejor momento.
Un enemigo del éxito es la prisa, a la vez que uno de los síntomas negativos más frecuentes en nuestra sociedad. Mediante la paciencia se llega a comprender a los demás y lo que sucede, a vivir y actuar de forma adecuada ante cada nueva etapa.
La paciencia es fuente de satisfacciones al poco tiempo de ejercerla; se afrontan las dificultades con más calma y equilibrio. Antes de actuar, hay que tratar de escuchar otras opiniones y razonar tranquilamente, para después actuar o dar nuestra opinión. La paciencia hay que tenerla con los demás y con uno mismo.
No hay que confundir paciencia con indiferencia. La primera es constructiva, la segunda nos separa de la realidad. Una es fructífera, lleva aparejada la alegría, la otra está ligada a la apatía, es estéril.
Un impedimento para lograr el éxito es cargarse con demasiadas actividades; produce ansiedad y angustia. Hay que calibrar nuestras posibilidades reales y hacer aquello que podemos hacer bien, paso a paso.

 La práctica. Si cultivamos la paciencia sabremos elegir la mejor opción en el mejor momento.

 La clave. Las prisas nos impiden ver el momento y, por una parte, disfrutarlo y, por otra, ser más eficaces a la hora de resolver las dificultades.

EL SÉPTIMO PASO. Constancia y dedicación.
“Un esfuerzo sincero vale más que mil tentativas hipócritas”.
No hay tropiezo que no sirva para ayudarnos a crecer. No es lo mismo acción que dedicación, la primera nos hará andar en círculos, la segunda nos dirigirá hacia la meta. No hay que confundir sueños con deseos; los primeros son inactivos, los segundos activos. Para lograr algo importante hay que dedicarle tiempo e interés.

 La práctica. Si tenemos muchos deseos y son variables y caprichosos se limita la posibilidad de lograrlos. Uno intenso y potente es más fácil de lograr. Es mejor trabajar los deseos de uno en uno, así las posibilidades de conseguirlos se multiplican.

 La clave. Un esfuerzo sincero vale más que mil tentativas hipócritas.

EL OCTAVO PASO. Trabajar con confianza y cariño.
“Actuar con cariño en cualquier cosa que hagamos, ésta es otra de las máximas de las claves del éxito”.
Sin honestidad no puede haber éxito; no puede ser contrario al bien de los demás.
La confianza en lo que uno desea y, sobre todo, la confianza en uno mismo, es una de las claves del éxito. Tener confianza no supone avasallar a otros para lograr lo que queremos, sino lo contrario; más vale colaborar que imponer, más vale cariño que competencia.
Una vez que hemos asumido que somos capaces de hacer lo que nos proponemos, hemos de tener la determinación de hacerlo y, además, de hacerlo lo mejor posible. La mejor forma de creer en nosotros es mediante el entusiasmo.
Otra de las máximas del éxito es compartir. La generosidad es, sin duda, una de las principales claves. Compartir y ser generoso es una buena cualidad e incluso una buena táctica, que atrae la buena suerte y el éxito.
Una de las puertas del éxito es abundancia en recibir y abundancia en dar; hay que hacer participes a otros de nuestros éxitos. Cuanto más se dé, más se recibirá, pero hay que saber cuándo y cómo.
Si se quiere que surja un ambiente favorable y de confianza hacia lo que queremos lograr, se debe de hacer lo que se dice, dar ejemplo con nuestras aptitudes.
Se puede considerar que una persona ha obtenido éxito cuando siente satisfacción con lo que hace. Y no hay mayor éxito que vivir a gusto con uno mismo. La confianza en uno mismo, en nuestras posibilidades, unida a la actividad vital y a la perseverancia son claves para lograr el éxito.

 La práctica. Para que la interrelación entre nosotros y los demás sea favorable y nos haga ser seres sociales, debemos intentar que las personas a las que tenemos cariño, a las que las apreciamos, lo sepan. Actuar con cariño en cualquier cosa que hagamos, ésta es otra de las máximas de las claves del éxito.

 La clave. Abundancia en recibir y abundancia en dar. Ese doble circuito es una de las llaves de la puerta del éxito.

NOVENO PASO. Las actitudes: cuidar los detalles.
“La libertad está ligada a la comprensión de nuestra mente: es su causa y efecto”.
Un fracasado no es aquel que falla, sino aquel que cree que es un fracasado. No hay que lamentarse de las oportunidades perdidas, sino de no ser capaz de ver las que ahora existen. No hay más límites que aquellos que nosotros mismos nos imponemos, por eso hay que cuidar tanto los detalles externos como los internos.
No existe ninguna circunstancia o situación que no pueda ser mejorada con nuestra actitud. Nuestra actitud es lo que atrae el éxito, y es mayor cuanto más implicados estemos.
Si se cree que obtenido el éxito está todo logrado, ese pensamiento conduce al fracaso; nada hay que no pueda ser mejorado, y el éxito debe de ser cuidado y mantenido para que vaya creciendo.
El verdadero éxito está reñido con la suficiencia y la arrogancia, pero le gusta el respeto y la gratitud. En un ambiente de respeto y agradecimiento hacia todos los que nos rodean, la perseverancia en los pequeños detalles cimientas los grandes proyectos. Los detalles son tan importantes como el esfuerzo y la dedicación.

 La práctica. Si deseo poco obtendré poco, si me implico poco obtendré poco, pero si el deseo va unido a una implicación firme y decidida, el éxito está asegurado.

 La clave. La visión hacia lo grande, la atención hacia lo pequeño. De esta forma vamos desarrollando la capacidad para lograr lo que deseamos, manteniendo la visión y la atención correctamente enfocadas.

EL DÉCIMO PASO. La gran clave: la motivación.
“El éxito no depende de la fuerza y el afán, sino de la motivación y de la perseverancia”.
Hay distintos tipos de motivación, la principal es la positiva, aquélla que facilita el logro de nuestros objetivos.
A la hora de prepararnos para adquirir un mayor control sobre nosotros mismos y lograr el éxito, la motivación y la práctica son esenciales. Para ello el cerebelo juega un papel fundamental, entre otras cosas sirve para el aprendizaje y para recordar los nuevos movimientos.
La motivación es un impulso que reduce el esfuerzo necesario para satisfacer un objetivo, un deseo o meta. En realidad, la motivación precede al resultado, es el impulso motor para lograrlo.
El éxito no depende de la fuerza y el afán, sino de la motivación y la perseverancia.

 La práctica. La cuestión es hacer ejercicios de precisión y concentración que ayuden a la mente a centrarse en los que pretende con más fidelidad cada vez.

 La clave. Cualquier persona puede mejorar considerablemente sus capacidades cerebrales. La motivación es la clave de este cambio favorable.

EPÍLOGO.
Hemos de mirar en nuestro interior, ver el futuro que queremos y traerlo al presente.
El éxito se consigue con tesón, con empuje; se consigue llamando a su puerta; se consigue desde dentro hacia fuera; de los interior a lo exterior.
No hay mejor oportunidad que una puerta cerrada. Ya sabes, empujémosla: se abre empujando.


MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.
Resúmenes de libros Dendecagüelu.


"Quién no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza". Benjamin Jonson (1572-1637) dramaturgo inglés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario