lunes, 16 de febrero de 2015

Festival de la Caparronada en Oviedo, X edición, 14 de febrero de 2015

El Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo acogió por primera el Festival de la Caparronada, en el Principado de Asturias, organizado por el Centro Riojano de Asturias.



Fieles a su cita invernal, los riojanos con residencia en el Principado de Asturias acudieron a la cita de la directiva del Centro Riojano de Asturias para disfrutar un año más de la gastronomía de su tierra natal, y en concreto del festival de la Caparronada, que ha cumplido una década de existencia.
El sábado, 14 de febrero de 2015, fue la fecha elegida para realizar el mismo, que se ha celebrado por primera vez en el restaurante de la tercera planta del Auditorio Príncipe Felipe, cedido para el evento por el Ayuntamiento de Oviedo. La logística y servicio fue a cargo del catering “A mesa puesta” de Oviedo, y al igual que en ediciones anteriores la gestión, adquisición y elaboración de los caparrones a cargo de Tomás Sanchos, ejerciendo Modesta de repostera mayor, complementada en esta edición por la confitería Flor y Nata de Calahorra.









Y allí nos dimos cita en torno a ochenta comensales para disfrutar de la rica gastronomía riojana, en mi caso invitado de nuevo por el inquieto riojano y eficiente presidente del Centro, Julián Ruiz-Cantabrana, que siempre se acuerda del que suscribe para invitarle a los múltiples actos que organiza esta asociación que sin duda es ejemplo para muchas otras.
Y una edición más, si mi memoria no me falla ya son cinco ocasiones en las que he disfrutado y profundizado en una gastronomía tan rica como variada, he podido compartir mesa y mantel con viejos conocidos que también acuden a su llamada y que hacen aún más gratificante este evento. Nuestros anfitriones Julián y su inseparable Esperanza: Alfredo Canteli, presidente del Centro Asturiano de Oviedo y su esposa Marta; Fernando Aldea, ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Asturias y su esposa Araceli y José Ramón Pando, concejal de turismo y festejos del Ayuntamiento de Oviedo, han sido las personas con la que he compartido mesa y disfrutado de la comida.










A la llegada de los invitados Tomás Sanchis, cocinero mayor y uno de los factotum del Centro, se afanaba en cocina ayudado por Esperanza y el equipo de catering en ultimar las viandas que se degustarían en breves momentos. Él es el encargado de gestionar todas las adquisiciones de los productos riojanos, de coordinar la logística necesaria para que todos lleguen en su momento y de cocinar y preparar los platos que se degustan en este peculiar evento que rinde homenaje a uno de los platos más tradicionales de la querida tierra riojana.










El menú diseñado ha sido similar al de ediciones anteriores, con leves modificaciones, comenzando por el típico aperitivo para compartir en mesa compuesto por el embutido de la sierra -salchichón y chorizo- tiras de pimientos asados con su aceite, morcilla de arroz con cebolla caramelizada y pimientos del piquillo rellenos de anchoas del Cantábrico en aceite de oliva.
















Al aperitivo siguió el servicio de los protagonistas de la velada, de los caparrones con sus sacramentos, plato estrella este de la alubia agarbanzada y fundamento del festival. Caparrones, como no, de Anguiano, los más afamados en la Comunidad, tan escasos como valorados, de los que su siembra, riego, colocación de palos, arranque, trilla, limpia, cribado y selección se siguen haciendo como antaño y no de mata baja mecanizada como se estila en la actualidad.









Exquisitos caparrones, finos y mantecosos, que se deshacían en la boca, enriquecidos con sus sacramentos: chorizos, tocino, panceta, manos y orejas del cerdo de la matanza realizada meses atrás. Lo que ha faltado en esta edición, con respecto a otras, han sido las guindillas en aceite para condimentar los mismos, el que suscribe no las ha echado de menos, pero seguro que algún riojano de pro sí.









Con aún el grato sabor del plato serrano por excelencia, se sirvió el postre como final de la suculenta comida. Postre que en esta edición ha variado por completo, siendo sustituidos los clásicos fardalejos al estilo de Arnedo, por canutillos de crema y por los Calagurris.
Fardelajos cuya elaboración corre a cargo de la repostera mayor del Centro Riojano, la asturiana Modesta cónyuge de riojano de Cervera del río Alhama, y que en esta edición no pudo estar presente por razones personales, pero que no se olvidó de sus compañeros y envió unos no menos deliciosos canutillos de crema.










Canutillos a los que acompañaban el Calagurris, postre típico de Calahorra, enviados para la ocasión por José Gabriel Pérez, propietario de la confitería Flor y Nata de la mencionada localidad y presidente de ARTESAR -Asociación de artesanos de la Rioja- a quién el Centro Riojano organiza cada mes de octubre su mercado tradicional en la polivalente plaza carbayona de Transcorrales.










El no menos tradicional vino riojano, con marca Alfonsina, el café y el pacharán de marca Las Endrinas, complementaron un Festival realizado íntegro con productos riojanos, a excepción del pan y agua,  con menos protocolo que en ediciones pasadas pero explendidamente disfrutado por todos los asistentes, que confraternizar y aprovechan para recordar tiempos pretéritos de su añorada tierra, a los que no sumamos asturianos encantados de poder acompañarles y disfrutar de una rica gastronomía que no forma parte de nuestro día a día.




Con los riojanos Julián y Tomás y el amigo Román Alonso, responsable del eficiente personal de servicio.





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