jueves, 24 de mayo de 2012

Gontrodo Petri, un acercamiento a su historia.

Hablar de la Cofradía Doña Gontrodo, es hablar de Gontrodo Petri, mujer de la que toman su nombre, en memoria de la misma. Un acercamiento histórico a la misma.

Gontrodo Petri o Gontrodo Pérez, es una de las pocas mujeres medievales que forman parte de la historia, al figuran mencionada, registrada y con una parte de su biografía en documentos medievales. No es para menos, pocas mujeres de su época han sido bisnieta de rey (aunque de esto hay dudas), sobrina del Cid Campeador, esposa y madre, concubina de rey, fundadora y abadesa de un monasterio  y madre de reina.
Según la “Chronica Aldefonsi Imperatori”, que habla largo y tendido de ella, pertenecía a uno de los linajes más distinguidos de Asturias, ya que era hija de Pedro Díaz del Valle (originario de Tineo) y María de Ordóñez, teniendo como abuelos paternos a Diego Gutiérrez y Gotina Pérez, y los maternos Ordoño Álvarez, alférez real y descendiente del infante Ordoño Rodríguez “el ciego” y Gontrodo “Sol” Rodríguez. Otros documentos la sitúan como nieta de Diego Rodríguez, duque de Asturias y conde de Oviedo, que se había casado con la infanta Jimena de León, hija de Alfonso V “el noble” (996-1028). Según esta última versión, sería por tanto bisnieta de rey, y sobrina de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, al ser Jimena Díaz, hermana de su madre María.
Nació en el año 1110 en el pequeño pueblo de Pelúgano, en el concejo de Aller, Asturias, y vivió con su familia en el palacio de Soto de Aller, dónde su padre sería Alcalde y Caballero Principal. En Soto aún se conserva en pie una torre, pabellón defensivo de un castillo del siglo XI, que en origen fue fortificación medieval cristiana, elevada sobre un montículo rocoso a orillas del río Aller, y cuyo primer propietario fue Pedro Díaz de Aller, en homenaje y pago a su fidelidad a la corona.
Sin embargo, existen serias dudas del linaje familiar y de su máxima nobleza, manifestado en la Chronica, orientada más bien a enaltecer la ascendencia materna de la que iba a ser la reina de Navarra y señora de Asturias, Doña Urraca “la asturiana”, y excusar el desliz del monarca. Hay noticias dispersas de sus padres, que los sitúan como terratenientes rurales, sin nivel social ni cualificación señorial, poniendo en duda lo anterior.
Sin embargo también surgen dudas, ya que este matrimonio aparece mencionado en un documento medieval de 1132, para defender delante de la curia de Oviedo sus derechos y la posesión del monasterio de San Juan de Berbió, en Piloña, y rebatir las reclamaciones del abad de San Pedro de Eslonza, monasterio leonés con grandes posesiones en la zona. En 1141 aparece otro documento, en este caso de donación para la fundación de un hospital para pobres en Rioseco, bastante cerca de Soto, dotado con los bienes de su herencia materna, cuya fortuna parece ser era muy superior a la de su marido.
El nombre de Gontrodo significa etimológicamente “la que tiene descendencia, la que tiene hijos”, y era muy usual en Asturias en durante los primeros siglos del milenio. Su apellido, de acuerdo con la costumbre de la época, es el nombre del padre latinizado, siendo Petri, Pedro latinizado, lo que hoy sería Pérez.
La Chronica, dice que el conde Gonzalo Peláiz, quien gobernaba la comarca conocida como “Asturias de Oviedo”, que abarca los territorios del centro y oriente, y que se sublevó contra el rey leonés, entre 1132 y 1137, con afán secesionista. Es en 1132, cuando Alfonso VII dirige y encabeza la campaña militar contra el rebelde, que se levanta en rebeldía desde sus palacios de Tudela, Proaza, Buanga y Alba de Quirós, llegando a Soto después de tomar el castillo de Gauzón, en Avilés, y el de Tudela, muy cerca de Oviedo, contando a Pedro Díaz entre sus fieles.
Es así, como el rey conoce en el palacio paterno a Gontrodo, que con 22 años estaba esposada con Gutierre Estábanez, y tenía tres hijos: Sebastián, Diego y Aldonza, haciéndola su concubina, prendado de su belleza, resaltada por su condición de albina. La Chronica también hace ver que el concubinato (relación sin estar casados) era consentido por ambos partes y por los esposos legítimos, alcanzando el esposo de ella, grandes prebendas y el título de teniente en Entrialgo, en la zona oriental. Asimismo sus padres y parientes también recibieron suculentas compensaciones, aunque después todos se levantan contra el rey, y su padre y marido son desterrados a Portugal, junto con el conde Peláiz.
En 1132, en plena guerra, nace la hija de Gontrodo y el rey en la casa familiar de Soto. Se llama Urraca, en honor a la madre de Alfonso y una hermana de ella. Al poco de nacer, es separada de su madre y es encomendada al cuidado y educación de la infanta Sancha, hermana del rey, no volviéndola a ver hasta 1144, fecha en que la Chronica describe  la boda de Urraca, y a la que asistió Gontrodo, recibiendo durante todos estos años generosos regalos regios. El 19 de junio de 1144 Alfonso entrego a su hija al rey Alfonso García Ramírez IV de Navarra, “el restaurador” viudo y mucho mayor que ella, en una ceremonia celebrada en León.
Después de la boda, y aunque ya anteriormente había realizado donaciones a la iglesia, Gontrodo revela su vocación religiosa a su hija, comenzando a desprenderse de sus bienes, teniendo en ocasiones como testigo a su hija, donándolos en su gran mayoría al monasterio de San Vicente de Oviedo.
El 28 de octubre de 1153 es la fecha del documento fundacional de un monasterio dedicado a la iglesia de Santa María Madre de Dios, en terrenos que le había donado el rey en la Vega, en Oviedo, llamándose monasterio de Santa María de la Vega. Sometió el cenobio a la orden de la congregación francesa de San Roberto Fontenvrault, acogidos a la regla de San Benito de Nursia,  de marcado rigorismo ascético, de escaso calado religioso, siendo uno de los tres que llegaron a funcionar en España. En su intención parece ser que estuvo apoyado por su familia, en especial por su hija y el rey, que le continuó haciendo importantes donaciones, que ella revertía en el monasterio.
Por su parte su hija Urraca, fue madre de Sancha Garcés en 1148, y en 1150 quedo viuda  y regresó a Asturias, concediéndole posteriormente su padre el gobierno de la misma, con el título de reina. Este cargo lo ejerció entre 1153 y 1164, a pesar de que su padre falleció en 1157. Durante ese tiempo hizo importantes donaciones a la Catedral de Oviedo, al monasterio de San Pelayo y colaboró con su madre en la fundación del monasterio mencionado. Urraca volvió a casarse en 1163 con Álvaro Rodríguez Castro, gobernador de Asturias entre 1150 y 1173. Sobre su fecha hay discrepancias históricas y está enterrada en la Catedral de Palencia, no respetándose su deseo de serlo en la Catedral de Oviedo.
Gontrodo falleció el 26 de junio de 1186, siendo abadesa del monasterio que ella fundó, treinta y tres años después de haber profesado como monja. El sarcófago románico dónde fue enterrado, realizado en piedra caliza, con unas medidas de 1,04 metros por 70 centímetros, está decorado con tallas de figuras de aves y perros, enlazados con tallos y follajes, se encuentra en el antiguo claustro del monasterio de San Vicente, que es el embrión del museo arqueológico del Principado de Asturias, que abrió sus puertas en 1952.

 




También allí se encuentra su lauda, con el epitafio escrito en latín, cuya traducción según un cartel dice:
“Oh muerte, sobrado justa, que a nadie sabes perdonar: si hubieses obrado con menos rectitud hubieras parecido más justa, pues igualando a Gontrodo con los demás mortales, con quienes no era igual por sus méritos, has quitado, con menos justicia, la vida, a quien no debías quitarla. Mas no murió Gontrodo; pasó por tu medio a una nueva vida, y es todavía la esperanza de su familia; la honra de su patria y el espejo de las mujeres. No murió, se nos escondió solamente, porque habiéndose hecho con sus méritos superior a los demás mortales, no debía estar en este mundo. Trocó la Vida de esta tierra con la del Cielo el año de la Era 1224”


 





Otra traducción existente es:
“Oh muerte, justa en exceso y que no entiende de piedad con nadie. Si hubiese sido menos justa, hubieras parecidazo más ecúanime; equiparas a Gontrodo con las demás, siéndole ellas inferiores en méritos. Excesivamente justa, perjudicas a aquella a quién más miramiento debes. Sin embargo, ella no muere, sino que mediante tu intervención revive la esperanza, el ornato, el espejo de un linaje, de la patria, de la mujer. No muere Gontrodo, se ausentó, muere esto visible, ella está oculta. Se incrementaron sus méritos, al abandonar a los hombres y el mundo, al aceptar morir al mundo;  con la muerte se deparo a si misma la vida. Mil y codos veces cien, más cuatro veces seis dan la era (era 1224 = año 1186)”
Años después de su  muerte, las monjas benedictinas se hicieron cargo del monasterio, hasta su confiscación en el año 1854, cuando la orden de Carlos IV dispuso que  se levantara en ese mismo solar que ocupaba el convento, la Real Fábrica de Armas. Fábrica que aún sigue funcionando, a pesar de que en estos momentos, mayo de 2012, hay serias dudas de su continuidad, lo que motiva que tanto el Ayuntamiento como las monjas benedictinas –aunque estas para donar los terrenos- manifiesten su derecho a recuperar la propiedad.
Con la confiscación la comunidad religiosa se traslado al cercano monasterio de San Pelayo, gestionado por la misma orden, llevándose con ellas el fondo documental, piezas de orfebrería, reliquias y restos de sus difuntos, que inhumaron en su nuevo destino, entre los que se encontraban las de su fundadora, que allí descansa en un arca de madera.


 





De Gontrodo, tomo su nombre la única cofradía gastronómica existente en España, compuesta únicamente por mujeres, la Cofradía Doña Gontrodo, con sede en Oviedo, fundada en 1987 y constituida oficialmente en el año 2005, siendo en ese momento la segunda de Europa, con esa peculiaridad. Defensoras de la cocina tradicional asturiana y compuesta en la actualidad (mayo 2012) por veinticinco cofrades, pasean el nombre de una mujer ejemplar no solo por el territorio del Principado de Asturias, sino también a nivel nacional e internacional, acudiendo a múltiples actos sociales, Capítulos y Congresos a lo largo y ancho de los territorios mencionados.
El 19 de mayo de 2012, han celebrado su IV Gran Capítulo, no olvidándose de la peculiar dama medieval, a la que honraron haciéndole una ofrenda floral en el monasterio que alberga sus restos, después de la celebración de la santa Misa en la iglesia del mismo.


 
Una representación de la Cofradía, efectuando la ofrenda.
 
 
 
 
“No muere Gontrodo, se ausentó: muere esto visible, ella está oculta” Parte del epitafio a la muerte de Gontrodo Petri, 26 de junio de 1186.

1 comentario:

  1. Javier, gracias por esta completa información, de ahora en adelante ya sé perfectamente quién ha sido Gontrodo. Había oído muchas cosas de ellas, veo que algunas ciertas, y otras no tanto. Buen trabajo histórico. Manolo. Aviles.

    ResponderEliminar