martes, 28 de diciembre de 2010

Rebelión en la Granja. George Orwell.

Resúmen de cada uno de sus diez capítulos del libro.

TITULO: “Rebelión en la granja”. AUTOR: George Orwell. Ediciones Destino. Colección Áncora y Delfín volumen 413. Barcelona 5º edición junio 1994. 181 páginas.

CAPITULO  1
Una noche ciando el señor Jones ya dormía su borrachera, el Viejo Mayor reúne a todos los animales en el establo y les explica el sueño que ha tenido la noche anterior. A la convocatoria acuden todos los animales dada la gran consideración que le tienen. En ella él les explica detalladamente el sueño, que no era otro que algún día los animales se levantarían contra el poder de los humanos, su único enemigo y serían dueños de su destino y de su trabajo; fue alentando una a una las especies de animales y acabo cantándoles una vieja canción que oía cuando era un lechoncito a sus progenitores “Bestias de Inglaterra” un auténtico himno a la libertad, y que en seguida encandilo a todos los allí reunidos que pronto aprendieron la letra y la cantaron, lo que motivo que el señor Jones se despertara y acudiera al establo pensando en que en el mismo había entrado el zorro.

CAPITULO 2
A los tres días de la reunión Viejo Mayor apareció muerto, pero su discurso no cayo en saco roto, y fue tenido muy en cuenta, sobre todo por los cerdos, que eran los animales más inteligentes, y en concreto en dos de los más jóvenes Snowball y Napoleón, que junto a Squealer fueron los encargados de dar forma a las teorías explicadas en el discurso. Durante semanas se reunían por las noches los animales y allí se explicaban las teorías del Animalismo y preparaban la Rebelión.
Esta llego mucho antes de lo que habían pensado y se realizó de una forma mucho más sencilla de lo jamás pensado. Un día de marzo, el señor Jones se había abandonado mucho en los últimos años, apenas cuidaba las tierras y se daba a la bebida continuamente. Un fin de semana se emborracho, los colones se fueron a cazar despreocupándose de las labores y a los animales no se les suministro la comida. Esto motivo una insurrección de todos los animales que se abalanzaron hacía el propietario y sus cuatro colones al azotarles a diestro y siniestro, consiguiendo echarles de la Granja Manor. La señora Jones al ver lo que estaba sucediendo también huyo por otro camino para no encontrarse con los animales.
A continuación tiraron y quemaron todos los vestigios humanos que servían para castrarlos, castigarlos, decorarlos o cualquier uso que les degradaba su espíritu. La noche fue la más placida de su vida. Al día siguiente subieron a la pradera desde dominaban todo la granja, entraron a inspeccionar la vivienda de los Jones y los cerdos explicaron al resto de animales que durante los últimos tres meses, que habían transcurrido desde la muerte de Mayor habían aprendido a leer y escribir. Antes de comenzar a recoger el heno, que era la faena que debían de realizar, se tacho el nombre de Granja Manor, y se escribió el de Granja Animal y en el establo escribieron los siete mandamientos que debían de ser las máximas de comportamiento del Animalismo, estos eran:
1.- Todo lo que camina sobre dos patas es un enemigo.
2.- Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tenga alas, es un amigo.
3.- Ningún animal usará ropa.
4.- Ningún animal dormirá en una cama.
5.- Ningún animal beberá alcohol.
6.- Ningún animal matara a otro animal.
7.- Todos los animales son iguales.

CAPITULO 3
El trabajo de la recogida del heno fue dura, pero todo salió perfectamente gracias a la gran labor realizada por los cerdos, estos no trabajaban pero dirigían y supervisaban todo el trabajo, salvando todos los inconvenientes que iban surgiendo con su gran inteligencia. Todos colaboraban con los trabajos, siendo el más aplicado el más fuerte de todos ellos, el caballo Boxer y así fue pasando el tiempo casi sin que se dieran cuenta.
Los domingos era día de descanso y no se trabaja en la finca, pero se realizaba un auténtico ritual de patriotismo. Se había diseñado una bandera, que consistía en un trapo verde (el color de los campos de Inglaterra) sobre el que se habían dibujado un asta y una pata, que significaban la futura República de los Animales, que surgiría cuando finalmente consiguieran derrocar a la raza humana. Dicha bandera se izaba los domingos para a continuación celebrar la denominada “Reunión” en la que se acordaban las labores y funciones a realizar a lo largo de la semana, esta acababa con el canto en varias ocasiones de “Bestias de Inglaterra” dedicando el resto del día al ocio.
Los cerdos no paraban de estudiar y Snowball organizo al resto de animales en los llamados Comités de Animales, que se organizaban por especies, aunque en la realidad tuvo muy poco éxito, teniendo sin embargo las clases de escritura y lectura. Al cabo de un tiempo Snowball decidió que los Mandamientos del Animalismo se podían reducir a un principio esencial y a una máxima “Cuatro patas sí, dos patas no”.
Napoleón no compartía muchos de los principios de Snowball y era partidario de la educación de los jóvenes, por eso cuando la pareja de perros parió nueve cachorros, los cogió y se los llevo para su educación, apartándolos del resto que casi se olvidaron de su existencia.
La leche de las vacas que el resto de los animales no sabían que se hacía con ella, pronto se supo que era mezclada con la comida de los cerdos, y cuando llego la recolecta de las manzanas, fueron directamente para ellos. El resto de animales intentaron protestar tímidamente, pero fue Squealer el responsable de dar explicaciones y hacerles ver que les eran necesarias para poder desarrollar su trabajo de dirección y coordinación de la granja, a la vez que les hacía ver lo bien que les iba las cosas desde la expulsión de Jones.

CAPITULO 4
Para finales del verano, la noticia de lo ocurrido en “Granja Animal” corría por todo el Condado, los cerdos habían enviado a las palomas por todas las fincas, contando lo sucedido y enseñando las notas de “Bestias de Inglaterra”.
Mientras Jones estaba todo el día bebiendo en la taberna de la localidad, y sus colegas no lo apoyaron mucho convencidos de que al final se quedarían con su finca, aunque en su interior tenían un gran temor de que la rebelión se trasladara a sus fincas. No paraban de desprestigiar y de difamar a los animales de la Manor, para evitar tentaciones en los suyos. Sin embargo las mentiras no calaron y pronto se vieron muestras de rebeldía en todos los animales, pero sin alcanzar la rebelión total ocurrida en la Granja Animal, aunque “Bestias de Inglaterra” era ya conocida y cantada por prácticamente la totalidad de los animales, siendo castigados cuando eran descubiertos.
En Octubre Jones con una escopeta y con sus cuatro hombres, más otros seis obreros de las otras fincas se dirigieron a reconquistar la granja. Snowball como ya contaba con este hecho, había preparado en meses atrás la defensa de la misma en el caso de ataque y en el momento en que fue avisado por las palomas puso en marcha la estrategia defensiva dirigiendo él personalmente el ataque final. Los animales salieron victoriosos, volvieron a expulsar a los humanos, con el resultado de una oveja muerta y el líder herido de bala en el lomo, pero sin gran importancia.
La celebración fue a lo grande, se izo la bandera, se canto el himno y Snowball se dirigió a todos, dando a conocer que se creaban las condecoraciones militares de “Héroe de Primer Grado” que se daban a Boxer y a él mismo y la de “Héroe de Segundo Grado” otorgada a título póstumo a la oveja muerta. Así mismo a la batalla de ahora en adelante se denominaría “Batalla del Establo de las Vacas”. La escopeta capturada a Jones se colgaría y se dispararía dos veces al año, el 4 de octubre fecha de la batalla y el día de San Juan, día de la Rebelión.

CAPITULO 5
El único animal no involucrado en el Animalismo, era Mollie, la yegua tonta que se volvía loca con el azúcar y que tonteaba con los humanos, cuando fue descubierta huyo de la finca. El día a día continuaba, pero cada vez eran más fuertes los enfrentamientos entre los dos lideres, Snowball y Napoleón, que mantenían opiniones contrarias en cada reunión, y como cada uno de ellos tenían sus partidarios, estas cada vez se volvían más tensas, contando Napoleón con las ovejas como grandes aliadas que interrumpían al otro líder en sus discursos.
Snowball aplicado al estudio a través de libros encontrados en la casa, era un gran erudito y tenía una gran cantidad de ideas para innovar y mejorar la granja, y la más novedosa era la de construir un molino de viento que generara electricidad para usar en beneficio de todos, que con sus ventajas solo trabajarían tres días a la semana. Napoleón no aportaba nada, pero se encargaba de intentar desmontar todas las promesas de su enemigo y era contrario a su construcción. Aquél no paraba de trabajar por los planos del mismo ante la curiosidad del resto.
El molino dividió a los animales, ya que algunos apoyaban a Napoleón en su idea de que era más importante trabajar y recolectar para tener el granero lleno. También tenían opiniones distintas en cuanto a la defensa de la granja, mientras Napoleón era partidario de la compra de armas para su defensa, el otro era partidario de enviar a las palomas a explicar el funcionamiento de la granja y animar al resto de animales de las otras fincas a rebelarse.
Al final llego el día en que un domingo en la “Reunión” fue presentado el plano del molino para someterse a votación, Napoleón no estaba de acuerdo pero no esgrimía argumentos, mientras su oponente desarrollaba un brillante discurso de las enormes ventajas que aportaría consiguiendo la aprobación de todos. Para sorpresa de todos, Napoleón emitió un chillido estridente jamás oído para a continuación aparecer nueve enormes perros ladrando que se fueron a por su enemigo que a duras penas pudo escaparse obligado a marcharse de la granja.
La sorpresa entre todos los animales fue mayúscula, los perros eran los retirados a sus padres al nacimiento, y que Napoleón había criado y educado para su defensa. Se subió al lugar dónde en su momento Viejo Mayor explico su sueño, diciendo que a partir de aquél momento se acababan todas las “Reuniones”, las decisiones las tomarían un “Consejo de Cerdos” presidido por él, los domingos se alzaría la bandera y cantaría el himno, pero cada animal recibiría órdenes para la semana, sin posibilidad de debate. Hubo algunos animales que mostraron su desacuerdo, pero los gruñidos de los perros los hicieron cambiar de opinión.
Squealer fue el encargado de reconducir la situación convenciendo al resto de las ventajas que tendrían con el nuevo gobierno, utilizando todos los argumentos posibles para convencerles y dejar en evidencia al desterrado. El cráneo de Viejo Mayor fue desenterrado de la huerta, fue colocado en lo más alto del mástil junto a la escopeta y los domingos después de izarse la bandera, eran obligados a desfilar ante él, para después oír las órdenes del Jefe, cantar el himno y dispersarse.
El tercer domingo después de la expulsión de su enemigo, sorprendió a todos al dar a conocer que el molino de viento se iba a hacer y que los planos estaban siendo construidos por una comisión de cerdos. Squealer fue el encargado de divulgar la noticia, hacerles ver que el Jefe nunca estuvo en contra de él y que realmente la idea era suya y fue robada por Snowball, y que si fue contrario a ella, era para deshacerse de él, al ser altamente peligroso y nocivo para la comunidad,

CAPITULO 6.
Todo aquél año trabajaron como esclavos, pero eran felices, hasta tuvieron que hacerlo los domingos por la tarde, era voluntario, pero él que no lo hacía le menguaba a la mitad su comida, y aún así quedaba tarea sin hacer. La construcción del molino estaba dando problemas, había cantera y arena, pero las piedras eran demasiado grandes para poderlas trabajar, hasta que a uno se le ocurrió practicar la teoría de la gravedad, subían las piedras a un alto y allí las soltaban para que se rompiesen.
Un domingo Napoleón les dijo que iba a negociar con los humanos, les iba a vender parte de la cosecha y huevos, las necesidades de ciertas piezas para construir el molino lo demandaban. Hubo protestas de animales recordando los siete mandamientos del Animalismo, pero los perros acabaron con las protestas, Napoleón dio por terminada la reunión comentando que los convenios ya estaban cerrados y que un tal Whymper sería el encargado de tener los tratos con los humanos. A Squealer le toco de nuevo convencer a los animales, jamás se había aprobado esa resolución de prohibido negociar con dinero y con los humanos, eso había sido una inventiva de Snowball, aunque varios se resistieron a creerlo al final tenían dudas y la tesis del interlocutor se impuso.
Por otra parte el odio de los humanos no solo no disminuía sino crecía, todos temían una rebelión en masa, dejaron de apoyar a Jones que se fue a vivir a la otra punta del país y excepto Whymper nadie tenía contacto con la Granja, a la que ya llamaban por su nombre, y circulaba el rumor de que Napoleón iba a firmar un acuerdo de colaboración con una de las dos fincas colindantes.
Por aquella época los cerdos se mudaron a vivir a la casa y Napoleón obligo que le llamaran Lider, de nuevo tuvo que ser su escudero el que calmara las voces contrarias. Al correr la voz de que los cerdos no solo vivían, sino que dormían en las camas, Clover se enfado y mando que le leyeran el cuatro mandamiento, Muriel la cabra leyó “Ningún animal dormirá en una cama con sábanas”, nadie recordaba lo de con sábanas, pero estaba escrito y había que aceptarlo. Squealer les definió de tal manera el concepto cama que los convenció, al igual que de la necesidad de vivir en la casa para poder trabajar mejor, al igual que ellos se levantarían una hora más tarde que el resto.
Llegado el otoño estaban todos muy cansados, pero contentos, aunque la venta de producto les había obligado a comer mucho menos, el ver levantarse el molino compensaba los esfuerzos. En noviembre fuertes vientos causaron destrozos en los cobertizos y derrumbo el molino, la desolación fue completa, todo el trabajo se venía abajo. Napoleón pensativo viendo todo destrozado, echo la culpa de lo sucedido a Snowball, que lo había echo por venganza, al que sentencio a muerte en aquél momento a la vez que recompensaría como “Héroe de segundo grado” al que diera con él. También decidió que durante todo el invierno se volcarían con la reconstrucción del molino.

CAPITULO 7
Los humanos jamás creyeron la versión de Líder, y achacaron a lo delgado de los muros su caída, ellos se volcaron en el trabajo, a pesar de las penurias que ello supuso, en el que el espectro del hambre apareció ante ellos. Era necesario ocultar la realidad a los humanos y se utilizó al comisionista para hacer ver lo contrario, haciendo ver los depósitos a rebosar después de haberse llenado de arena y colocado los pocos granos encima.
Por aquél tiempo el Líder no salía de casa y las órdenes las daba a través de algunos de sus colaboradores. Se anuncio un acuerdo de venta de huevos, lo que motivo un gran revuelo en las gallinas, aquello sí parecía una nueva rebelión, rompían sus huevos, pero Napoleón les quito toda la comida y al quinto día sucumbieron a su mandato y comenzaron a comercializarse los huevos.
Napoleón comenzó a negociar la venta de una pila de madera que estaba talada desde hacía tiempo con sus dos vecinos, a la vez que se propagaba la voz de que Snowball entraba todas las noches en la Granja a robar, cada vez que sucedía algún percance se le culpaba de ello e incluso hubo animales que juraron verlo. Napoleón organizó con sus perros batidas sin resultado y Squealer reunió a todos para notificarles que a través de papeles descubiertos en la casa, estaba aliado con Jones antes de la “Rebelión” y que era su agente secreto, cuando algunas voces le recordaron “La batalla del Establo de Vacas” y la valentía manifestada por él y su reconocimiento como héroe, lo desmonto diciendo que todo era una trama organizada, sus heridas fingidas, y que había sido el Líder el que había dirigido el ataque y el que había mordido a Jones y que lo de nombrarle “Héroe” jamás había sucedido.
Cuando acabo su discurso hizo su aparición el Líder con sus nueve perros, que se abalanzaron sobre los cuatro cerdos amigos del traidor, y sobre Boxer, que se defendió y los rechazó a golpes. Napoleón mando confesar a los cerdos, que reconocieron reunirse en la clandestinidad con el proscrito, que él había destruido el molino y que les había contado que era agente de Jones y ahora de Frederik, al acabar la confesión los perros acabaron con su vida. Las tres gallinas cabecillas de la rebelión de los huevos también confesaron e igualmente fueron asesinadas, al igual que un ganso y tres ovejas, aquello era una auténtica matanza.
Al acabar esta los animales estaban totalmente confusos, tanto con las declaraciones como con la matanza, algo que no sucedía desde los tiempos de Jones, la tristeza era total y para consolarles cantaron el himno. Al acabarlo llego Squealer que comunico la decisión tomada de abolir el himno, ya no era necesario, era el canto de la “Rebelión” pero con la ejecución de los traidores esta había terminado. En su lugar Minimus uno de los colaboradores del Líder creo una canción que se cantaría a partir de ese momento los domingos en el alzado de la bandera y que comenzaba así: “Granja Animal, Granja Aninal, Nunca por mí tendrás ningún mal” que no fue afectada de buen grado por el conjunto de animales, al considerarla inferior a “Bestias de Inglaterra”..

CAPITULO 8
Pasado el susto de la matanza, algunos animales creyeron recordar que el sexto mandamiento prohibía matar animales, cuando lo leyeron decía “Ningún animal matara a otro animal, sin motivo” ninguno recordaba las últimas palabras, pero si era así el caso de los traidores estaba justificado
Cada vez trabajan más y comían menos, pero los datos que Squealer les daba sobre rentabilidades, porcentajes de cosechas y resultados obtenidos hacían ver que todo iba viento en popa. Mientras tanto el Líder lo era cada vez más, sus interlocutores hacían que se le venerara e incluso se le hacían poemas de alabanza, que se escribió enfrente de los siete mandamientos junto a una pintura de un retrato suyo.
Se corrió la voz de que los humanos preparaban un nuevo ataque guiados por Snowball, tres gallinas fueron ejecutadas por querer matar al Líder, y uno de los cerdos jóvenes probaba su comida por el temor de ser envenenado A la vez se rumoreo que se había pactado la venta de la madera a Piklinton con el que Napoleón cada vez mantenía mejores relaciones, a la vez que más hostiles con Frederick, a al vez que ordeno a las palomas que propagaran el grito de “muerte a Frederick”
De nuevo se volvió a acusar a Snowball de todas las malezas que había en el campo, lo había echo con la colaboración de un ganso, al que se le dio muerte. En el otoño el molino estaba acabado, solo faltaba la maquinaría, los animales estaban orgullosos de su trabajo y se les comunico que se llamaría “Molino Napoleón”.
Un domingo fueron reunidos y se les comunico la venta de la madera a Frederick, ante el estupor de ellos, se les notifico que era falso el odio y las órdenes cursadas, y que todo debió ser a rumores que hizo correr Snowball. Los cerdos quedaron maravillados de la capacidad de negociación del Líder, que no solo consiguió sacar más dinero, sino que lo consiguió en efectivo. Mientras tanto la madera era retirada a toda prisa de la Granja y los animales fueron invitados a la casa a ver los fajos del dinero.
Tres días después se produjo un gran alboroto, Whymper llegó corriendo con su bicicleta, con la noticia de que los billetes del banco eran falsos. Napoleón los reunió urgentemente a la vez que les aviso del peligro de un nuevo ataque de los humanos.
En efecto al día siguiente el ataque se produjo, eran quince hombres con escopetas, esta batalla no iba a ser como la anterior. El ataque fue tremendo y los animales apenas lo pudieron soportar, pero todo empeoro cuando los hombres dinamitaron el molino destruyéndolo por completo. Aquello enloqueció a los animales que se fueron a por los humanos consiguiendo echarles de la Granja. Los habían vencido, pero estaban maltrechos y con muchas bajas, Squealer que estuvo desaparecido durante el combate disparo un tiro para celebrar la victoria, el molino había sido destruido, pero gracias al Líder se había recuperado su propiedad. Se hicieron entierros solemnes, se hizo la bandera, se disparo la escopeta, se canto y Napoleón en su discurso denomino a la batalla “La del molino” y creó una nueva distinción “La orden del estandarte verde” que se autoimpuso.
Unos días después los cerdos hallaron una caja de whisky en el sótano de la casa, aquella noche se oyeron canciones e incluso los sones de la “Bestias de Inglaterra” y el Líder fue visto pasear con el bombín del señor Jones. Al día siguiente Squelaer les reunió para decirles que el Líder se moría, todo fueron cuidados para él y se dijo que a pesar de todas las medidas de seguridad Snowball lo había conseguido envenenar. Más tarde se emitió un comunicado en el que el Líder como último acto suyo en la tierra aquél que bebiera alcohol automáticamente sería matado.
Al día siguiente sin embargo se había recuperado y había mandado a Whymper comprar libros sobre la fermentación y destilación de bebidas, y a la semana siguiente mando arar el campo destinado a los animales que se jubilaran cebada. Un noche un estruendo despertó a los animales, Squealer acababa de caer de una escalera cuando estaba escribiendo algo en los mandamientos. Posteriormente Benjamín, el burro, leía el quinto, en el que nadie recordaba dos palabras, decía: “Ningún animal beberá alcohol en exceso”.

CAPITULO 9
Boxer no acababa de curar de las heridas de la batalla, ya era muy mayor, le quedaba un año para jubilarse de acuerdo con las reglas marcadas en la Rebelión, aunque la realidad es que desde entonces nadie se había jubilado en la Granja, él espera con ansias ese día.
Mientras tanto la vida seguía siendo duro, el invierno duro y la comida escasa, aunque las cifras oficiales demostraban unas condiciones mucho mejor que en la época de los humanos. Había muchas bocas que alimentar, los cerdos se multiplicaban y siendo Napoleón el único berraco de rayas estaba claro el origen paterno. Este anuncio la próxima construcción de una escuela, y mientras esta se levantaba, él los educaba en la cocina. La situación no mejoro, pero si se bajo las raciones de comida de los animales, mientras en la casa se aplicaron en la elaboración de cerveza y los cerdos se apropiaron de toda la cebada, y aumentaron los discursos, desfiles y canciones para demostrar la buena salud de la Granja.
En abril la “La Granja Animal” fue proclamada República y Napoleón elegido Presidente por unanimidad, se descubrieron nuevos documentos de la complicidad de Sanowball con Jones y se supo que las heridas de la batalla se las habían producido los dientes de Napoleón.
Boxer una vez curado de sus heridas, se aplicaba cada más en su trabajo, hasta que un día se cayo y no pudo levantarse, sus compañeros consiguieron llevarle a los establos y Squealer les anunció que vendría un veterinario a curarlo. Cuando este llego, se trataba del matarife de caballos, Benjamín su amigo alertó a los demás de lo que ponía el carro e intento evitar que lo llevasen, Boxer pataleó pero ya estaba muy débil. A los pocos días se les anunció su muerte, a la vez que negaban que el que lo había llevado era el matarife, en realidad era el carro de él que lo había comprado el veterinario pero no le había dado tiempo a pintarlo, también Squealer les comento que estuvo hasta sus últimas horas con él y que sus palabras fueron de ánimo a sus compañeros y de reconocimiento a la labor realizada por el Líder. Este en persona elevo una oración por él el domingo, y al no ser posible traer sus huesos se le iba a hacer un reconocimiento por su labor y los cerdos celebrarían un gran banquete, para el que ya se había encargado una caja de buen vino y otra de whisky.

CAPITULO 10
Pasaron los años. Las cortas vidas pasaron volando, llego una época que ya nadie se acordaba de los viejos días anteriores a la Rebelión, excepto Clover, Benjamín, Moses el cuervo y algunos cerdos. Ningún animal se había jubilado, Jones había muerto y de Snowball ya nadie se acordaba. Había muchos más animales, aunque menos de los esperados, unos nacidos allí y otros adquiridos, para los que los Mandamientos eran unos desconocidos. La granja era más próspera, estaba mejor organizada, habían comprado más tierra a Pilkington y el molino y otras instalaciones estaban en funcionamiento.
Napoleón no implanto los lujos esperados con el molino, la esencia del Animalismo no era otra que trabajar mucho y vivir frugalmente. Allí realmente solo vivían bien los cerdos y los perros, aunque estos desarrollaban un trabajo agotador basado en ficheros, actas, informes y otras cosas que jamás habían oído, pero que Squealer les explicaba claramente. Aunque los más viejos querían recordar los primeros días posteriores a la Rebelión no eran capaces de ello, a pesar de lo cual nunca perdieron su sentido del honor y el privilegio de formar parte de “Granja Animal” la única existente en Inglaterra.
Un día Squealer llevo a las ovejas a un prado en barbecho y allí las dejo durante una semana para que aprendieran una nueva canción. A los pocos días se oyó un grito tremendo de Clover y cuando todos acudieron, observaron estupefactos a los cerdos, encabezados por un gallo negro y Napoleón desfilando a dos patas, a la vez que las ovejas proclamaban una nueva canción: ¡cuatro patas sí, dos patas mejor! pero cuando quisieron protestar los cerdos ya estaban de nuevo en la casa.
Benjamín y Clover se fueron hacia los Mandamientos, pero ya no estaban allí escritos, en su lugar aparecía un nuevo cartel: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Después de esto nadie se sorprendió de que los cerdos que supervisaban el trabajo llevaran en sus manos látigos, que en la casa se habían comprado una radio, que estaban gestionando el poner teléfono y se habían suscrito a los periódicos más importantes, ni que el Líder fumara en pipa y los cerdos se pusieran la ropa de Jones. El Líder iba de chaqueta negra y polainas y su preferida con los vestidos de la señora.
Cierto día llegaron a la granja varios coches, una delegación de granjeros vecinos había sido invitados a realizar una visita de cortesía, recorrieron la granja y mostraron su admiración por su estado. Los animales no levantaban cabeza del trabajo y cuando los cerdos y sus invitados se introdujeron en la casa, los animales se fueron a ver que pasaba en ella, atraídos por las fuertes carcajadas y canciones.
En la mesa estaban sentados seis humanos y los seis cerdos más eminentes, el Líder ocupaba el lugar de honor, estaban jugando a los naipes y bebiendo cerveza, pero lo dejaron para brindar y el señor Pilkington se levanto para dar un discurso de felicitación al Líder, habían quedado gratamente sorprendidos viendo los métodos modernos de gestión y la disciplina y el orden existente que debían de implantar en sus instalaciones; los animales inferiores no solo trabajaban más que los de ellos sino que además comían muchos menos. Estaba claro que entre los cerdos y los humanos no había diferencia, ellos tenían que lidiar con sus animales inferiores, pero ellos también tenían sus clases inferiores, estaba claro que el problema de los obreros era igual para todos ellos, acabando pidiendo un brindis por “Granja Animal”.
Napoleón tomo la palabra, le agradeció a su vecino las suyas, y recalco que la granja era en realidad una empresa cooperativa de todos los cerdos, aunque los títulos de propiedad estuviesen en su poder. Negó adversidad con sus vecinos con los que deseaba estrechar los lazos de amistad, a la vez que hacía publico ciertos cambios que ya no daban lugar, como los desfiles los domingos ante el cráneo de un cerdo, el cual ya se había enterrado, el quitar de la bandera el asta y la pezuña blanca y el prohibir dirigirse a los cerdos como camaradas, y por último la Granja, volvía a recuperar su nombre de siempre “Granja Manor” acabando proponiendo un brindis por ella.
Acabados los discursos, se volvió a la partida de naipes, pero en seguida se escucho un gran alboroto, se estaba desarrollando una gran discusión, con gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas. El origen de todo ello, parecía se que tanto Napoleón con el señor Pilkington, tenían un as de espadas cada uno. Los animales sorprendidos pasaron sus miradas de los cerdos a los hombres y de los hombres a los cerdos, pero era ya imposible distinguir quién era uno y otro.

PROTAGONISTAS
** Granja Manor, nombre de la granja dónde se desarrolla la novela, llamada posteriormente Granja Animal.
** Los Jones, propietarios humanos de la Granja Manor.
** Viejo Mayor. Cerdo inspirador de la Rebelión.
** Boxer y Clover, los caballos de tiro.
** Benjamín, el burro.
** Snowball y Napoleón, Los cerdos líderes de la rebelión.
** Squealer, lugarteniente de Napoleón, gran orador.
** Wellington, Condado dónde estaba ubicada la finca.
** Pilkington, dueño de una de las fincas colindante, la Foxwood. Se dedicaba a pescar y cazar y su finca era anticuada y estaba descuidada.
** Frederick, dueño de la otra finca colindante, la Pinchfield. Tenía fama de tacaño y de pleitador, su finca era más pequeña, pero mejor cuidada.
** Whymper. Comisionista de Wellington que negocio en nombre de la Granja con los humanos.






CONTRAPORTADA
Los animales de la granja de los Jones se rebelan contra sus dueños humanos y los vencen. Pero la rebelión fracasará al surgir entre ellos rivalidades y envidias, y al aliarse algunos con los amos a los que derrocaron, traicionando su propia identidad y los intereses de su clase. Aunque “Rebelión en la granja” fue concebida como una despiadada sátira del estalinismo, el carácter abierto y universal de su mensaje hacen de este libro un extraordinario análisis de la corrupción que engendra el poder, una furibunda diatriba contra el totalitarismo de cualquier especie y un lúcido examen de los desplazamientos y manipulaciones que sufre la verdad histórica en los momentos de transformación política. Crónica de una revolución traicionada, de la gradual tergiversación de un ideal, de cómo esterilizar años de lucha y sacrificio, “rebelión en la granja” es un examen de conciencia y una inflamada requisitoria que encuentra bellísima expresión literaria en la novela de un hombre que hizo del compromiso y de la denuncia de la injusticia la norma de su existencia.

EL AUTOR.
Georege Orwell nación en Montihari (India) en 1903. Curso estudios en Eton y en 1922 ingreso en la Policía Imperial de Birmania. Posteriormente sus experiencias de casi indigencia en Paris y después como vagabundo en Inglaterra, le dieron el material para su primer libro. “Sin blanca en Paris y Londres”. De su experiencia en España, sirviendo durante la Guerra Civil en las milicias del POUM, surgió “Homenaje a Cataluña”. Durante la segunda guerra mundial fue miembro de la Home Guard y colaboro en la BBC y en el periódico Tribuna. En 1945 apareció “Rebelión en la granja”y en 1949 su novela más famosa “1984”. Murió en 1950.


MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Resúmenes de libros Dendecagüelu.




"Se puede matar al soñador, pero no al sueño". Ralph Abernathy (1926-90) dirigente negro estadounidense, primer colaborador de Martín Luther King.

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