Compuesto por 27 tumbas, su peculiaridad es que las tumbas no tienen dueños.
Proaza es un concejo ubicado en el centro sur del Principado de Asturias, su extensión es de 76,79 kilómetros cuadrados y está vertebrado en ocho parroquias: Bandujo, Caranga, Linares, Proacina, Proaza, San Martín, Sograndio y Traspeña.
La primera de
ellas, Bandujo, parroquia y pueblo, fue en el siglo XVI su primera capital,
cuando el 16 de julio de 1581 el concejo se independizó de la iglesia gracias a
la desamortización de Felipe II constituyéndose en Ayuntamiento y quedando
fuera de la jurisdicción de la curia y cotos señoriales.
Situada en el
suroeste del concejo, a 660 metros de altitud, distante 11 kilómetros de la
capital, su extensión es de 10,78 kilómetros cuadrados y su censo poblacional
que apenas supera las cuarenta personas.
En
la época medieval Proaza estaba en la ruta principal de comunicación de la zona
central asturiana con la meseta, por lo que los valles del Trubia estaban
jalonados desde la Edad Media de castillos y torres defensivas que dan fe de su
importancia estratégica, siendo Bandujo uno de sus referentes, a lo que unía su
cercanía a los polos de poder. La localidad tenía, dentro del sistema feudal,
la categoría de behetría, lo que le permitía elegir como Señor a aquél que
mejor le conviniese, circunstancia de la que gozaban muy pocos núcleos.
Documentada ya en
la Alta Edad Media (siglos VIII-XI) como Vandugio, en la Baja Edad Media
(siglos XII-XV) tiene su época de mayor esplendor gracias a la construcción de
la torre en el siglo XIV por los Álvarez de Bandujo. En el siglo XVIII su
crecimiento se acentúa, manteniendo los herederos del viejo linaje su dominio
sobre la tierra y los inmuebles, a la vez que comienzan a levantarse construcciones
de los habitantes. Perseverándose todo el entorno durante los siglos XIX y XX,
lo que ha permitido que todas las etapas históricas han dejado su huella
constructiva, lo que permite que un recorrido por esta peculiar aldea sea un
recorrido cronológico por la historia asturiana.
Su
iglesia de Santa María es la construcción religiosa de mayor antigüedad del
concejo. De estilo románico, aparece mencionada en la donación de Fruela II a
la Catedral de Oviedo en el año 912, aunque el edificio actual está datado en
el siglo XIV de estilo románico del que solo se conserva el presbiterio y parte
de la nave. Ampliado en el siglo XVII con el coro alto y el cabildo.
Bandujo. Iglesia de Santa María.
La
importancia de Bandujo se pone de manifiesto en la existencia en el siglo XVIII
de una escuela taller, que confecciono los tres retablos de estilo barroco que
lucen en el interior. Escuela directamente relacionada con los artistas que
confeccionaron los retablos barrocos de la Catedral de Oviedo.
Retablos
confeccionados en los años 1767 el central y en 1774 y 1775 los dos laterales.
Cuyas imágenes barrocas han desaparecido siendo sustituidas por otras actuales,
a excepción de la central del principal de Santa María que es gótica del XVI
conservada en su momento por voluntad de los vecinos.
Entre
la iglesia y la torre medieval, situado en un altivo lugar sobre la aldea se
encuentra el cementerio parroquial datado en el año 912. Levantado en una
superficie de unos 500 metros cuadrados está compuesto por 27 tumbas que no
tienen dueño. Peculiaridad que lo hace diferencial en la actualidad, aunque
antaño era costumbre en muchos pueblos y aldeas.
Allí
perdura una tradición secular, en el que las lápidas y nichos no existen. Los
muertos son enterrados en la tierra, eran ya que en la actualidad no se permite
realizarlo, en la tumba del que más tiempo lleve enterrado, encima tanto de
estos restos como de los que existieran previamente.
El
finado no se enterraba con caja sino simplemente con una mortaja, y era transportado
desde su vivienda en una ataúd comunitario de madera que aún se conserva en el
coro de la iglesia parroquial, al que era devuelto una vez había cumplido su
función.
Una
placa ubicada a los pies de una pequeña cruz recuerda el nombre del difunto
durante su período en la tumba, que se cambia al ser sustituido el difunto.
Aunque algunas cuentan con una pequeña placa con el/los nombres de otros
sepultados cuyos restos óseos permanecen en la misma.
No
existiendo ningún archivo ni documento en el que conste los nombres de los
enterrados en cada una de las sepulturas.
Tradición
secular como es el proceder comunal en la festividad de todos los Santos, donde
todas las tumbas son decoradas de forma conjunta por los vecinos cubriéndolas
con trabajados mantos florales.
Colorida
decoración en la que primeramente las tumbas son cubiertas con borra de café
que la vecindad guarda durante los días previos, sobre la que se realiza una
decoración manual de intrincados dibujos y formas que son cubiertos con los
pétalos de flores cultivadas en el pueblo.
OBSERVACIONES:
1.-
Enlace al vídeo a las explicaciones del funcionamiento del cementerio
realizadas por Raquel García y José María Siñeríz, de la Asociación de Vecinos.
2.-
Fotos de la decoración floral gentileza de Sonia, de la Asociación de Vecinos.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA.
Pinchar en enlaces.
Información sobre Proaza.
Bandujo, el pueblo medieval del Principado
de Asturias.
Bandujo. Iglesia de Santa María.
Picos Grandamia, Plantón, Castiellu y
cascadas de Buanga desde Proaza.
Picos La Forcada y el Cueto desde
Villamejin.
Travesía desde los puertos de Marabio a
Bandujo.
“En este cementerio son todos igual,
no se diferencia ni por familiaridad ni por amistad. El turno se respeta
escrupulosamente. Y aunque no estén identificados quien está en cada tumba,
nosotros sabemos perfectamente donde están los nuestros”. Raquel García, de la
Asociación de Vecinos de Bandujo.

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