El alto de la Colladona, a 843 metros de altitud, hermana los concejos de Laviana y de Aller y une las capitales Pola de Laviana y Cabañaquinta, a través de la carretera AS-252. El alto desde La Chalana en Laviana tiene 535 metros de desnivel y una pendiente media de 4,5 % en sus 11,800 kilómetros.
Vista de los valles lavianeses desde la Colladona.
La excursión discurre una buena parte de la misma por la zona límitrofe de los municipios de Aller y de Laviana, Peña Mea como tal pertenece a este último, así como toda la parte final del recorrido, ubicándose el límite de los mismos en el Alto de la Colladona y en el collado de Pelúgano.
La salida se hace desde el mismo alto de la Colladona, con rumbo sudeste por un sendero muy marcada, que luego gira al noroeste por la cara norte de la sierra de Pelúgano, para pasar por debajo de una collada y tomar el camino ascendente de la izquierda que conduce al espacioso rellano de la Vega Llao (978 m.) por aquí se pasa campo a través a la forestada ladera al norte del cordal y en cómoda remontada al este rodear la cumbre rebasándola, luego retrocediendo un poco al oeste, alcanzamos el primer vértice importante de la sierra, el Pico Fermosu (1273 m.) o también llamado alto del Cordal.
Subida hacía el alto del Cordal.
Pico Fermosu (1273 m.)
Del alto del Cordal, hay que continuar hasta el collado de Frieres (1270 m.) también conocido como el Piquín de Mota, ubicado enfrente de la mole que forma el conjunto calcáreo de Peña Mea, todo un rosario de cimas por ella presidida y encima de la vaguada que forma la collada de Pelúgano (1017 m) y su pista que comunica este pueblo allerano con el lavaniaes de Tolivia y la ermita de Les Campes.
Peña Mea y el collado Pelúgano, desde la collada de Frieres.
El Piquín de Mota y la collada de Frieres desde la collada de Pelúgano.
Del collado hay que bajar a la collada de Pelúgano , cruzar la pista y tomar rumbo este se llega a la cercana majada de Cerreo.
En la collada Pelúgano, con la Peña detrás y el camino a Cerreo.
Ganado pastando en la collada, a la derecha la pista que baje a les Campes.
Sin posible pérdida hay que variar el rumbo a la derecha, inicialmente llaneando para después acometer la suave remontada que se dirige a la fuente, correspondiente al monte de utilidad pública número 190. Tras la misma, la senda se arrima a los primeros contrafuertes rocosos e incluso desciende un corto tramo, preámbulo de la dura remontada que comienza allí con la ascensión a la canal de Peña Mea (1090 metros) a través de sus continuas revueltas dibujadas en la misma, asomando a media canal al curioso y espectacular ventanón llamado Ojo de Buey (1300 m.).
Canal de Peña Mea que sube de Cerreo.
El impresionante ojo de buey, ubicado a mitad de la ascensión.
Después hay que continuar con la subida, superando aristas y espolones que vierten hacia el término de Laviana. Sobre la penúltima hombrera del espolón, hay que girar a la derecha por un marcado sendero que lleva a la base de la canal de la Cueva. El sendero se bifurca aquí con dos posibles rutas hacia la cima. Por la derecha la senda se dirige a la fuente del Gatu y a la campa de Peña Mea, sorteando las llambrias con facilidad. Al final de las mismas, un pequeño canalizo franquea la aproximación a la collada. Restos de cabañas y la inagotable fuente del Gatu son los elementos más llamativos del lugar, amén de las bellas panorámicas que desde aquí se aprecian sobre los horizonte septentrionales La otra alternativa es subir por la herbosa canal de la Cueva que permite igualmente el ascenso, mucho más directa y sencilla. Los últimos remontes se superan con facilidad, tras los cuales se corona la mojonada cima. Peña Mea con sus 1557 metros es el techo de Laviana, cuenta con índice geodésico, cruz con buzón y una caseta pequeña cuadrada con panel solar y es una auténtica atalaya de las cuencas del Nalón y el Aller.
Curioso totem en el tramo final de la ascensión.
Camperas en el tramo final de la ascensión.
En la cima, con el panel solar y el índice geódesico.
Las vistas desde la cumbre compensan la dura subida, hacía el oeste la panorámica abarca desde la sierra costera del Sueve hasta San Isidro, con el Toneo y el Torres como estandartes y resaltando la mole del Retriñón. Más al oeste toda la crestería que va del Puerto de Vegarada al de Piedrafita. La sierra de Peña Mayor en frente y los lejanos Picos de Europa contemplan un espectáculo digno de ser visto.
La bajada es posible igualmente por ambos itinerarios hasta el Ojo de Buey para bajar la canal, acceder a Cerreo y luego a la collada de Pelúgano.
Una vez en la collada hay que coger la pista rumbo norte y tras descender unos 120 metros en 600 metros de longitud, dejarla saliendo a la izquierda junto a unas cabañas por una pequeña pista que cruza la riega Mosquil.
El conjunto calcáreo de Peña Mea desde Mosquil.
Al poco rato la pista se transforma en senda tras un pequeño rancho que lleva a la majada de La Meloneras, dónde hay unas cabañas reconstruidas estrategicamente ubicadas.
Cabaña y vistas de la Peña desde las Meloneras.
Al poco de abandonar la majada, pasando un pequeño puente sobre un riachuelo, se coge una nueva pista hormigonada a tramos que desciende en fuerte pendiente directamente a Tolivia, fin de la excursión y que dista 7 kilómetros de la capital Pola de Laviana.
Tiempos del recorrido:
-- La Colladona. 00.00 horas.
-- Collada (939 m.). 00.15 horas.
-- Majada Vega Llaó. 00.30 horas.
-- Alto del Cordal (1273 m). 01.05 horas
-- Piquín de Mota. 01.25 horas.
-- Collada de Pelúgano (1017 m.). 01.40 horas.
-- Majada de Cerreo. 01.45 horas.
-- Inicio de la canal. 01.50 horas.
-- Ojo de buey. 02.15 horas.
-- Peña Mea. 02.55 horas.
-- Cabaña derruida dónde el ojo de buey. 03.35 horas.
-- Fuente en la majada del Cerreo. 04.05 horas.
-- Collada de Pelúgano. 04.15 horas.
-- Desviación. 04.45 horas.
-- Cruce de caminos. 05.35 horas.
-- Llegada a Tolivia. 06.30 horas.
Nota. Tiempos netos, sin tener en cuenta los descansos.
Altitud inicial: 843 metros.
Altitud máxima: 1557 metros.
Altitud final: 420 metros.
Desnivel acumulado: 1851 metros.
"Hay que subir al monte como un viejo para llegar como un joven " Proverbio chino.
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