lunes, 21 de marzo de 2016

Sidrería Yumay. Jornadas Oricios 2mil6. II edición.

Como colofón de las Jornadas, Quini y Tony Fidalgo, han sido nombrados “Cofrades de honor de los Gastrónomos del Yumay”.


El restaurante sidrería Yumay, abierta en el año 1975, ubicada en el popular barrio de Villalegre, se ha convertido con el pasar de los años en todo un clásico en la restauración de Avilés, bajo la eficiente gestión del matrimonio compuesto por Lola Sánchez en la gestión de cocina y de Justo García como gerente.
A su amplia oferta diaria, suma la celebración de jornadas gastronómicas específicas de temporada, durante prácticamente todos los meses del año, algunas consolidadas en el tiempo y otras de nueva creación que sin duda también se consolidarán dada su calidad.
A las ya clásicas del “pulpo a feira Álvaro Cunqueiro”, el “Certamen internacional del jamón ibérico Grande Covian”, “las de cocinando el chipirón”, “las del buey”, “del bacalao” y del “arroz ecológico”, en los últimos años se han puesto en marcha las del “jornadas de la montaña y el mar, en base al quesu Gamoneu”, las del “queso manchego”, siendo las últimas en sumarse a la oferta anual las del “Oriciu”.
Estas tres últimas jornadas son fruto de la colaboración de los Gastrónomos del Yumay, que tiene su base en la sidrería, con las Cofradías de Amigos del Quesu Gamoneu, de Cangas de Onís; del Queso Manchego, de Toledo y del Oriciu de Gijón, respectivamente.
El lunes, 14 de marzo de 2016, último día de la segunda edición de las jornadas del Oriciu, celebradas del 9 al 14, se ha celebrado la clausura de las mismas en un acto de los cofrades de los “Gastrónomos del Yumay” abierto al resto de Cofradías asturianas, con el nombramiento de dos nuevos Cofrades de Honor de la misma.





           
                                                           





El acto se inició con un sentido minuto de silencio en memoria del joven futbolista avilesino Hugo Sánchez, fallecido el día anterior a los 26 años de edad durante la celebración del partido de fútbol regional que jugaba con su equipo el Llaranes, C.F.









Seguidamente el polifacético Vicente Prado, conocido como el Pravianu, interpreto el “Himno del Yumay” como preámbulo de las diferentes intervenciones y de las entronizaciones posteriores.










Justo García, en calidad de propietario de la sidrería y presidente de la Cofradía, dio la bienvenida, agradeció la asistencia y felicito a los que a continuación serían investidos Cofrades de honor.
Seguidamente Carlos Guardado, como representante de los Gastrónomos del Yumay, intervino para realizar una breve semblanza de los galardonados, a la vez que tenía un sentido recuerdo para el periodista gijonés Gaspar Rosety, fallecido unos días antes, amigo de la casa y que era el encargado de glosar la figura de Quini en el acto.




Justo entre los premiados.




El avilesino Tony Fidalgo, futbolista amateur que compartió equipo con Enrique Castro en sus juventudes, periodista con una dilatada vida profesional en torno al fútbol en sus diferentes áreas, incluida un mínimo período de tiempo como presidente del Real Oviedo C.F., fue el primero en ser investido.
Tony, rodeado de muchas amistades que quisieron arroparlo, agradeció el nombramiento que le acababan de realizar, destacando la afinidad con la casa y el colectivo que se lo realizaba y reconociendo que la gastronomía en general y los oricios en particular, no eran sus fuertes.










El popular Enrique Castro, Quini, ovetense de nacimiento y avilesino de adopción en sus años jóvenes, donde residió en el cercano poblado de Llaranes hasta su salto al fútbol profesional,  fue el siguiente en ser investido.
Quini, que al contrario que Tony, es un reconocido devoto y consumidor habitual de oricios, puso la nota distendida del acto contando una curiosa anécdota sobre los mismos. Aún en edad juvenil, en los años 66-67 de la década pasada, un compañero de equipo cuya familia había llegado a Avilés como otras muchas a trabajar en Ensidesa, envío a unos familiares a Extremadura unos oricios en una caja, estos desconociendo el producto lo plantaron como si fueran semillas, preguntando posteriormente lo que les habían enviado, ya que después de un mes plantados no había salido ni florecido nada.









El acto continuó con la cena de hermandad compuesta por una degustación de sobrasada mallorquina, oricios crudos y cocidos, migas de Doña Imelda y queso de la Peral con dulce, todo ello acompañado por sidra y vino As Laxas, de la DOP Rías Baixas.








Acto que contó con la presencia de representantes de las Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, de Amigos de les Fabes, de Amigos de los Nabos, del Oriciu y del Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos.




De izquierda a derecha con Quini, Vicente Quintanilla -presidente de la Cofradía Buena Mesa de la Mar- y Alberto Estrada -de la Cofradía del Oriciu y promotor de la Fundación Quini-.




Y al que puso colofón el Pravianu, con varias interpretaciones de su amplio repertorio.











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“El tiempo que uno pasa riendo, es tiempo que pasa con los dioses”. Proverbio chino.


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